Los errores más comunes en la cocina que pueden provocar graves incendios

En cuestión de segundos, una sartén con aceite puede convertirse en una amenaza en la cocina. Un descuido, una temperatura demasiado alta o una distracción pueden provocar un incendio de grasa, es decir originado por la combustión de aceites, en la cocina, un fenómeno más común de lo que se cree.

Según la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA) de Estados Unidos, entre 2017 y 2021, la cocina fue la principal causa de incendios domésticos, representando el 44% de los casos reportados.

Saber cómo se originan estos incendios y cómo apagarlos de forma segura puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia. Chefs y expertos en seguridad explican los riesgos más frecuentes y los pasos correctos para actuar, en diálogo con Huff Post.

Cada tipo de aceite tiene un umbral de seguridad. Shawn Matijevich, chef e instructor del Instituto de Educación Culinaria, explicó que todos los aceites poseen un punto de humo (cuando comienzan a humear) y un punto de inflamación (cuando arden en llamas).

“El punto de inflamación suele ser unos 50 grados más alto que el punto de humo, por lo que pasar de humear a incendiarse ocurre bastante rápido”, advirtió en Huff Post.

El aceite de oliva, maíz o girasol comienza a humear a 210 °C. Superar estas temperaturas es peligroso, pero la clave está en la observación: antes de que haya fuego, hay humo.

Jessica Randhawa, bloguera gastronómica que experimentó un incendio de grasa en su hogar, insistió en que el humo es el primer indicio de que algo va mal.

Randy Feltis, chef y restaurador canadiense, recomendó freír a temperaturas seguras, entre 175-190 °C, y utilizar un termómetro de cocina para medir el calor del aceite.

La mayoría de los incendios de grasa tienen una causa en común: descuidarse mientras se cocina. La Cruz Roja Americana señala que dejar una sartén desatendida es el factor principal detrás de estos incidentes.

Algunos escenarios de riesgo incluyen:

• Distraerse con el teléfono o el televisor: Feltis advirtió que, si se deja la sartén sin supervisión, las llamas pueden aparecer en apenas cuatro o cinco minutos.
• Cocinar bajo los efectos del alcohol o sustancias: después de beber, muchas personas olvidan que han dejado algo en el fuego, lo que incrementa el riesgo de incendio.
• Freír sin controlar la cantidad de aceite: Randhawa explicó que un exceso de aceite en la sartén aumenta las posibilidades de que las salpicaduras alcancen una llama abierta o una resistencia eléctrica.
• Sobrecargar la sartén o el recipiente: Matijevich sugirió que la sartén tenga al menos el doble de capacidad que el volumen de aceite para evitar derrames peligrosos.

Si el aceite prende fuego, actuar con rapidez es fundamental. Estos son los pasos recomendados por expertos, según Huff Post:

• Cubrir la sartén con una tapa de metal, bandeja o toalla seca: esto sofoca el fuego al cortar el suministro de oxígeno. Matijevich advirtió que no se debe levantar la tapa de inmediato, ya que el fuego puede reavivarse.
• Apagar la fuente de calor inmediatamente: esto ayuda a controlar la propagación del incendio.
• Usar bicarbonato de sodio o sal: estos elementos pueden apagar pequeños incendios de grasa.
• Utilizar un extintor adecuado: Randhawa advirtió que los extintores a base de agua pueden empeorar la situación.

• No echar agua sobre el fuego: Randhawa enfatizó que el agua solo provoca que el aceite se disperse y agrave el incendio.
• No usar harina, azúcar ni polvo de hornear: Matijevich explicó que estos ingredientes pueden actuar como combustible y extender el fuego.
• No cubrir con una toalla mojada: el vapor generado puede causar explosiones y propagar las llamas.
• No mover la sartén: transportar una sartén en llamas puede hacer que el fuego se extienda a otras superficies.