El poder del espíritu lúdico en las relaciones amorosas: un factor clave para la estabilidad emocional

Un estudio de Scientific Reports, citado por Forbes, reveló que el juego dentro de la pareja influye en el apego y los celos, impactando en la calidad afectiva del vínculo

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El espíritu lúdico refuerza el
El espíritu lúdico refuerza el apego emocional y alivia tensiones en pareja (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las relaciones románticas, más allá de los pilares tradicionales como la honestidad o el compromiso, requieren de un componente que muchas veces se pasa por alto: el espíritu lúdico. Según Forbes, este concepto que engloba la capacidad de disfrutar de los momentos con ligereza y humor, no solo genera momentos de diversión, sino que también puede ser determinante para la estabilidad y el apego emocional entre las parejas.

Un estudio, publicado en Scientific Reports, reveló cómo distintas formas de juego pueden influir en aspectos claves de la relación, como los estilos de apego y las experiencias de celos, cuestiones que afectan la calidad emocional de los vínculos.

En un contexto donde las relaciones pueden verse afectadas por múltiples factores estresantes, incorporar elementos de juego en la vida cotidiana parece ser una herramienta poderosa para mantener la armonía.

Sin embargo, no todas las formas de juego tienen el mismo efecto sobre la relación. Mientras algunas modalidades refuerzan el apego seguro, otras pueden generar incertidumbre y celos.

El espíritu lúdico y su impacto en las relaciones

A menudo se asocia el juego con momentos de distracción o entretenimiento, pero desde la psicología, se considera un componente más profundo que influye directamente en cómo las personas se relacionan con el mundo y entre ellas.

En una relación de pareja, el espíritu lúdico se traduce en una capacidad para transformar las situaciones cotidianas en momentos de disfrute, lo que fortalece la conexión emocional.

Según el estudio, este tipo de interacción no se limita a la diversión; también puede ayudar a las parejas a manejar conflictos y a lidiar con la incertidumbre.

El estudio de Scientific Reports sugiere que las parejas que adoptan una actitud lúdica, que no se toman demasiado en serio incluso en momentos de tensión, tienden a tener relaciones más estables y satisfactorias. Este tipo de enfoque no solo alivia el estrés, sino que también puede fomentar un ambiente de confianza y seguridad dentro de la relación.

Los tipos de juego que influyen en la relación

El estudio sobre el espíritu lúdico en las relaciones identifica diferentes formas de juego que afectan a la dinámica de pareja de maneras muy distintas.

Un tipo importante es el juego dirigido a los demás, que involucra el uso del humor y las bromas para crear momentos de conexión. Esto puede manifestarse cuando una pareja, al enfrentar una discusión, decide aliviar la tensión con una broma ligera. Este tipo de juego permite que las personas se mantengan conectadas emocionalmente, incluso cuando los temas tratados pueden resultar incómodos.

La manera en que las
La manera en que las parejas integran el humor y la diversión puede fortalecer la conexión y la estabilidad en la relación (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por otro lado, la diversión desenfadada se presenta como una forma de juego que involucra una actitud relajada frente a la vida. Las personas que adoptan este enfoque suelen ver los retos cotidianos como oportunidades para la diversión. Este tipo de juego genera un ambiente de espontaneidad y flexibilidad, lo cual contribuye a reducir el estrés y fomentar la conexión.

El juego intelectual se refiere a actividades que fomentan el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Parejas que disfrutan de debates intelectuales o desafíos como crucigramas y acertijos demuestran una mayor capacidad para la colaboración y el respeto mutuo. Este tipo de interacción no solo fortalece el vínculo emocional, sino que también ayuda a las parejas a abordar los problemas de manera creativa y colaborativa.

Por último, la alegría y diversión son características de aquellos que disfrutan de actividades impredecibles y poco convencionales. Las parejas que practican este tipo de juego pueden organizar citas temáticas espontáneas o disfrazarse sin una razón específica, creando un ambiente de sorpresa que añade emoción a la relación. Sin embargo, este enfoque debe ser manejado con cuidado, ya que puede generar ansiedad en aquellos que valoran más la previsibilidad y la estructura.

El vínculo entre el juego y el apego

Forbes también destacó que los estilos de apego juegan un papel fundamental en cómo las personas interactúan emocionalmente dentro de una relación. Estos estilos van desde el apego seguro, que se caracteriza por una mayor apertura y confianza, hasta otros como el apego ansioso o evitativo.

Las personas con apego seguro suelen disfrutar más de las interacciones lúdicas en pareja, ya que tienden a ser más relajadas y abiertas en cuanto a la resolución de conflictos.

Por otro lado, el tipo de humor que se utilice también influye en la dinámica de la relación. El humor más caprichoso o impredecible, aunque divertido en algunos casos, no favorece la misma sensación de seguridad que otras formas de juego. Las personas que requieren más previsibilidad en su vida emocional pueden sentirse incómodas o confundidas con este tipo de interacción, lo que puede obstaculizar el desarrollo de un apego emocional seguro en la relación.

El impacto del juego en los celos

Los celos son una emoción común en las relaciones, pero su presencia no siempre tiene que ser perjudicial. Según el estudio, las personas que adoptan un enfoque lúdico tienen menos celos emocionales, lo que sugiere que el juego puede reducir la ansiedad y la inseguridad en la relación.

Algunos estilos de juego aumentan
Algunos estilos de juego aumentan los celos cognitivos y comportamientos controladores, como revisar el celular de la pareja (Imagen Ilustrativa Infobae)

Sin embargo, el estudio también reveló un fenómeno interesante en las parejas que practican el juego caprichoso. Aunque estas personas reportaron niveles bajos de celos emocionales, experimentaron más celos cognitivos y conductuales, lo que indica que pueden ser más propensas a tener pensamientos o comportamientos sospechosos, como revisar el teléfono de la pareja. Este comportamiento puede originarse en una sensación de inseguridad subyacente, que no se manifiesta de manera abierta pero sí en acciones de control.

Además, cuando uno de los miembros de la pareja es extremadamente juguetón o despreocupado, el otro miembro, más ansioso, puede sentirse incómodo o desconfiado, lo que genera celos cognitivos.