En un nuevo episodio de La Fórmula Podcast, Mery Sánchez, mentora, conferencista y autora del libro Véndete antes de vender, compartió cómo, a pesar de tener “todo” lo que la sociedad esperaba de ella, según los mandatos y obligaciones, se encontraba desanimada y sin rumbo. La depresión la sumió en una lucha interna que la apartó de sus sueños y de la conexión emocional con su hija pequeña. Endeudada y agotada, decidió tomar las riendas de su vida. “Me tengo que hacer cargo. Nadie va a venir a salvarme”, fue la frase clave que impulsó un cambio radical en su mentalidad y desencadenó resultados sorprendentes. Podés escuchar el episodio completo en Spotify y YouTube.
Mery es licenciada en Marketing, comunicadora y entrenadora en liderazgo y ventas. Fundó en 2018 la primera Escuela de Emprendedoras de Argentina y se dedica a capacitar individuos y equipos en marca personal, marketing y liderazgo influyente. En 2023, recibió una mención honorífica del Congreso de EE.UU. por su aporte a la comunidad emprendedora hispana. Como speaker, promueve el liderazgo inclusivo, la autenticidad y la valentía en la comunicación y el emprendimiento.
— ¿Cómo empieza tu historia?
— Nací en un pueblito muy chiquito de la provincia de Buenos Aires, Florentino Ameghino. Soy hija de un papá bancario, una mamá maestra, empleados toda la vida, criada al lado de una abuela inmigrante española, una familia típica. Me crié en el pueblito con los mandatos de siempre y la vida de pueblo divertida, linda. A los 17, 18 años vine a estudiar a Buenos Aires, a darme los primeros golpes. Me acuerdo que tomaba el subte al revés porque no sabía tomarlo. Vine a estudiar, quería ser traductora del inglés y con el tiempo me fui dando cuenta que me gustaba el marketing, las ventas. Empecé a trabajar en esa área en una empresa, a trabajar con esfuerzo, con lo que yo creía que había que hacer, que era trabajar con esfuerzo, con ahínco. Ahí empezaron los problemas, cuánto más era el éxito, fueron apareciendo más problemas y un montón de patrones que no me daba cuenta hasta que llegó el momento del colapso. Sentí que tenía todo lo que se esperaba de uno a cierta edad, pero de pronto ya no era feliz y ahí tuve que tomar la decisión. Tenía un sueldo muy bueno que no sabía cuidar porque nadie me había enseñado a manejar mis finanzas y así como ganaba, gastaba. Era una locura porque estaba trabajando en el ejecutivo de presidencia de la empresa. No sabía cuidar el dinero que tenía. Tenía una super mala relación con el dinero. En ese momento también me separo del papá de mi hija, que hoy tiene 15 años, pero en ese momento era muy chiquitita. Y me quedé sola con mi hija. Venía de esos mandatos de estar para siempre con alguien, estar en mi trabajo de forma segura, y la vida me confrontó. Me quedé sola con mi hija, un montón de deudas, cada vez me hundía más y empecé a pagarlo con mi propio cuerpo: a alimentarme mal, dormir mal y todo eso fue afectando mi salud mental al nivel de terminar con una depresión muy fuerte, con una obesidad mórbida grave, muy marcada. La vida me colapsó y me confrontó.

— ¿Cuál fue el puntapié inicial en el que todo empezó a colapsar?
— Creo que no hay un momento. Muchos te dicen: “Estás pasando la noche oscura del alma”, para que eso suceda generalmente es una concatenación de situaciones. Llegó un momento donde sentí que cada área de mi vida estaba colapsada: había descuidado mi salud, no había cuidado mis finanzas, mis relaciones. Era todo junto. Me acuerdo de decirme a mí misma: “Qué triste estoy por más que tengo todo”. Todo lo que tal vez otros quisieran. A veces tendemos a minimizar el problema de los demás y decir: “Pero a vos no te falta nada”. Llegó un momento donde no quería vivir más, cada vez estaba más hundida y dije: “Basta, yo no quiero seguir viviendo”. No tenía ni fuerzas ni ganas de cuidar a mi hija y era una nena chiquita que me necesitaba y yo no podía estar emocionalmente para ella, para cuidarla. Entonces ahí fue cuando dije: “Algo tiene que cambiar”. Una noche me quedé en la casa de mi papá, me acosté al lado de mi hija, miré al techo y dije: “Dios, si realmente esto no va a cambiar, yo mañana no me quiero despertar”. Le di un beso a mi hija sabiendo que si pasaba algo, iba a estar cuidada. Yo no quería vivir más y tampoco tenía el coraje de hacer nada por mi propia cuenta, no me iba a sacar la vida. Al otro día amanecí y no fue un momento mágico ni revelador, pero dije: “Me tengo que hacer cargo. Se me regaló en esta segunda parte de vida. No va a haber nadie que venga a salvarme, no va haber otro trabajo de mis sueños, ya he tenido todas las oportunidades”.
Desde ahí en más fue un día a la vez. Cuando tenés muchas áreas de tu vida incendiadas, no podes cambiar de un día para el otro. Fue muy de a poco, un comienzo muy lento. A veces se aceleran mucho los procesos, hoy en día estamos tan influenciados por las redes donde te dicen que hay que cambiar y que tiene que ser ya. Pero son procesos muy largos. Sanar es un proceso muy largo y hay que darse el tiempo, darse el tiempo para perdonar. Yo viví mucho bullying cuando era adolescente, con una autoestima muy baja de no quererme, no sentirme suficiente. La gente que sufre trastornos de alimentación o tiene problemas de peso como yo, en su momento fuimos personas que estamos acostumbradas a no sentirnos suficientes, entonces a mí me costó muchísimo ir de una día a la vez, perdonando. Estuve dos años de trabajo profundo en cada una de las áreas de mi vida, fue decir: “Ok, mis finanzas son un caos, me están llamando de la tarjeta de crédito, me estoy por quedar sin contrato de alquiler porque me quedé sin garantía, un día a la vez, qué puedo hacer hoy, yo sé que tengo una bola de nieve de deudas, pero qué es lo que puedo hacer, cómo lo puedo pagar, qué tengo que hacer para hacerlo”. A veces tenemos objetivos enormes, pero si en el fondo no creo que me los merezco es difícil que haga algo por concretarlo. Y eso tiene que ver por cómo estamos influenciados por las metas, con esto de “alcanzá tu mejor versión”, siempre es “tenés que ser el mejor”. Pero ¿lo que estás haciendo ahora no vale? Vivimos una carrera en la rueda del hámster, queriendo algo más porque nunca es suficiente. No se trata de cambiar y revolucionar todo ya, sino de abrirse, ampliarse a esa zona y a todo eso que ya tengo. Está de moda y está buenísimo visualizar y manifestar, pero también hay que preguntarse: “¿Mi cerebro siente que lo merece?” Cuando siento que lo merezco voy por más, me comprometo y no abandono.

—¿Qué te ayudó en ese proceso?
— El poder de las afirmaciones. Las afirmaciones positivas simplemente lo que hacen es recordarle a tu mente lo que en el fondo ya sabe, que soy buena, que lo merezco, que soy suficiente, yo me recordaba en todo do ese proceso donde estuve tan mal: “Está todo bien, todo esto va a pasar, estoy segura y estoy bien”. Vivimos preocupando por cosas que nunca van a pasar y siempre estamos profetizando cosas que no van a pasar. Dicen los estudios que el 80% de las cosas que pensamos y nos asustamos al final nunca pasan, porque al final siempre tuviste miedo de eso y se sale adelante. Las afirmaciones no son mágicas, pero te allanan el camino recordándole a tu mente de que sí puede estar tranquila, de que podés estar bien, de que hoy es un único día. Con el tiempo, se convierte en un hábito y empezás a pensar distinto. Cuando empezás a pensar distinto, a actuar distinto, vas a tomar decisiones distintas, vas a limpiar círculos y la vida empieza a cambiar porque vos miras las cosas con otros ojos. Es simplemente recablear el cerebro, recordarte de que sí podés, a dónde querés llegar y empezar a dirigir tu vida con esa dirección.
— ¿Cómo lo haces en tu caso?
— Primero que nada digo: “Gracias” a la mañana, cuando me levanto. Siento como si me levantara y encendiera un interruptor. Agradezco porque hoy me levanté, con eso ya estoy ganando. Ya estuve en la época donde me levantaba y decía: “Otro día más para vivir y está lloviendo, mira qué feo el día”. ¿De qué me sirvió? De nada, entonces digo: si vivir en ese frasco de negatividad no me sirvió de nada, qué tal si pruebo algo distinto. Hay días que no me va a gustar mi cara, que no voy a encontrar todo feliz, que me va a molestar, pero recordarme que estoy bien, que estoy a salvo, que todo está bien, es un paso. Una de las frases cabeceras de Henry Ford fue: “Tanto que creas que podés, como que no que no podés, estás en lo cierto”. Y es así. Tu mente se va a creer exactamente lo que vos le digas y tiene que ver con nuestro sistema de creencia que está moldeado por los lugares en los que nacimos, las cosas que nos pasaron, los círculos que habitamos y lo que nos dijeron de chicos, entonces por supuesto, yo no puedo venir a decirle a alguien: “La vida color de rosa y tenés que ser más positivo”, cuando vos te levantas a la mañana y de verdad no estás viendo un panorama positivo.
No va a cambiar en un día su vida y la salud mental hay que atenderla. Si me decís: “Hagamos un billion boards” y yo el lunes no tengo dinero para pagar la luz, por supuesto que hay que ser realista, es de a poquito. No digo que esté mal, pero digo: “¿Qué tal si lo probás?”. Toda tu vida probaste y te dijiste a vos misma de que esto no funciona y que la vida es de cierta forma y hay que trabajar durísimo para conseguir algo y que solamente es para los privilegiados y que la varita con un golpe de suerte te va a sacar adelante. Algunas personas todavía lo piensan y hasta el día de hoy no funcionó ser así, entonces qué tal si pensamos distinto, de a poquito, un día a la vez, qué tal si te llevas un pensamiento negativo y lo pasas a uno positivo. Yo sé que quizás no todo es color de rosa a tu alrededor, pero qué tal si lo encaras con otra actitud y te decís: “Ok, esto puedo ser así, pero voy a darlo vuelta, voy a intentarlo diferente”. Es un proceso largo a veces, pero va cambiando, porque vos te vas transformando, de a poquito.

— Me gusta la frase en tu libro que dice: “Si no logro tener control sobre mí misma, sobre mis emociones, lo que pienso y cómo filtro las cosas que me van pasando, mi bienestar, buen humor y energía están a merced del resto”
— Para tener paz mental y si vos realmente queres estar bien en tu vida tenés que estar ok con no caerle bien a todo el mundo. Hay mucha gente que no va a estar de acuerdo con vos, hay personas que se van a ir de tu vida y si no te amigas con eso vas a estar a la merced de cosas que no podes controlar. No puedo controlar qué piensan de mí, qué dicen de mí, no puedo estar siempre en el mismo lugar, en el mismo círculo, no puedo seguir debiendo lealtad a personas que no quieren que cambiemos. Es super triste, pero muchas veces las personas que menos nos apoyan cuando estamos haciendo un cambio, ya sea de carrera o cuando tenemos una noticia buena para contar, es gente de nuestro propio círculo. ¿Por qué? Porque a las personas que estuvieron toda la vida con nosotros les cuesta ver que nosotros vamos creciendo y ellos están en el mismo lugar porque ellos no se han animado, no han querido o no han tenido las herramientas, pero a veces tampoco se dejan ayudar. Hay que entender que hay tres tipos de personas: las que son para toda la vida, las que están por una etapa o por una temporada en nuestra vida y las que tenemos la misión de conocerlas y ya está. Hay personas que tal vez fueron nuestros amigos durante 5 o 10 años o 20 años y hoy en día ¿Qué te une a ellos? Te une solamente el tiempo, ya no hablan el mismo idioma y nos sentimos culpables “porque yo cambié, porque yo crecí”, o al revés, lo juzgamos porque el otro piensa distinto, porque ahora cambió. Ni el dinero, ni el crecimiento, ni otros proyectos te cambia solamente, muestran más de lo que vos ya era. Es importante no vivir preocupado por lo que piensan los demás de nosotros. Nos cuesta no tomarnos las cosas personales y nos enojarnos, pero el proceso es de a poco.

— Te propongo un juego. Son tres oraciones con el nombre de este podcast para completar con el mensaje que te gustaría dejar. La fórmula para crear buenos hábitos es…
— Comprometerse. Reconocer por qué empezaste y más allá de por qué empezaste con ese hábito, tener en claro lo que no querías más en tu vida. Yo no voy a empezar el hábito de cuidarme solamente porque me digan que la salud es importante. Llegó un momento donde no quiero más comer mal, dormir más mal, no hacer ejercicio, etc. El hábito de cuidar mis finanzas no es solamente lo que quiero alcanzar, es lo que no quiero más. Puede ser no quiero vivir más condicionado, no quiero más vivir aguantando esta relación, no quiero seguir más en este círculo, siempre tiene que haber algo que me haga cambiar. No solamente la meta sino, es por qué empezaste, qué es lo que te prometiste, qué era lo que te motivaba, volvé a eso para rescatarte en esos días donde querés abandonar y por sobre todas las cosas recordá que lo mereces. Estamos mentalmente preparados para la catástrofe, para pensar qué es lo peor que puede pasar, pero ¿y qué es lo mejor que te podría pasar? Lo mejor que te podría pasar es esto que vos querés y no te estás arriesgando o tenés miedo. Yo tengo una frase que dice que infinitas posibilidades crean múltiples oportunidades, en este preciso momento hay cientos de versiones de vos que han tomado otras decisiones, hoy estás en una decisión de cambiar tu vida para siempre, para lo que sea. Hay conversaciones que tenés que tener, que se basan en una decisión, ciclos que se van a cerrar que se basan en una decisión, personas, trabajos, todas esas “vos”, todas esas personas de sos vos misma te puede llevar a distintas oportunidades. ¿Qué era de tu vida hace cinco años? ¿Qué querías? ¿Qué soñabas? Un día en algún momento tomaste una decisión diferente y esa decisión te trajo las oportunidades que tenés hoy. La decisión que tomemos hoy cambia el rumbo de nuestra vida, por pequeña que sea, es porque justamente todas las oportunidades son acumulativas.

— Se trata de empezar con lo que tengas.
— Es que vivimos esperando que algo pase para nosotros ser felices, porque nos educaron con esto de que hay que conseguir cosas, entonces decimos: “Cuando me reciba voy a ser feliz. Cuando consiga ese trabajo voy a ser feliz. Cuando tenga mi casa voy a ser feliz”. Siempre falta algo más para ser feliz. El momento perfecto no va a suceder nunca, porque mi momento perfecto es ahora. Empezá con lo que tengas, no necesitas nada grande ni extravagante. Todo lo que te dicen las redes es lo que te lleva a la comparación, entonces como vemos cuentas perfectas, familias perfectas, casas perfectas, pensamos que necesitamos alcanzar eso y no estamos comparando los medios o finales de otros, en nuestro inicio, en nuestro espacio cero, tengo miles de oportunidades y empiezo hoy.
— Vamos con la segunda frase para completar. La fórmula para gestionar bien el tiempo es…
— Primero hacernos cargo del tiempo que tenemos. Todos tenemos las mismas 24 horas. Desde que me levanto hasta que me acuesto estoy al mando de la organización, y organizarse no es anotarse las cosas en la agenda. Organizar es fijar bloques de horario concretos en los que voy a hacer las cosas, en qué momento voy a hacerlas. Segundo, una de las mejores formas es clasificar las tareas por temática. Uno no va por la casa y cuando encuentra una media la pone a lavar, al rato pone el suéter, agarras una muda y haces un lavado de toda la ropa junta. Entonces unir actividades similares en las que puedo focalizarme en la medida que sea posible. La tercera es eliminar las distracciones, porque no es que no tenemos tiempo: estamos distraídos y nos cuesta hacernos cargo de la cantidad de veces que miramos el teléfono, que miramos las pantallas, que estamos distraídos. Estamos todo el día con el celular y cuando dijimos: “Quiero dejar de scrollear” nuestra propia mente nos dice: “Un poquito más”. Las redes sociales están diseñadas para que estemos todo el día en ellas y en ese scroll infinito están nuestros objetivos que se fueron y nuestro día que se ha perdido, entonces hay que limitarlo. Cada vez está más verticalizado y preparado para que vayas pasando, no te das ni cuenta y no puedas dejar de mirar cuentas que ni siquiera conoces, que ni siquiera seguís y descubriendo cada vez más información, más dopamina y esa no es la que necesitamos justamente. Pero hay un montón de herramientas para limitarlo.

— La última: la fórmula para diferenciarse del resto es…
— Primero que nada: encontrar qué es lo que a mí me hace diferente. Segundo, entender que si yo quiero ser una copia estoy dejando morir la originalidad con la que nací. Naciste único, nadie tiene tu poder y ese es tu mayor poder. Si seguimos intentando ser como el resto vamos a vivir como el resto, estar estresados como el resto y tenemos la posibilidad de hacerlo diferente. Es importante que reconozcas cuál es tu poder, tu talento. Se romantiza el talento al pensar que es un famoso, un cantante o un emprendedor tiene que ser algo super especial o altruista, que es un mentor que cambiar vidas. Y a veces, tu talento y tu pasión, está en hacer pan rico todos los días y venderlo en la panadería en la que estés. A veces tu propósito es cambiarle la vida a la gente ayudándolos a vestirse mejor, ayudar a otros a través del canto, el arte. No tenés que hacer algo “guau” para poder brillar desde el lugar donde estás y cuando trabajas con pasión todo llega solo, incluso en lo económico. Es increíble cuando alineas toda esa intención con acción. Cada vez más acciones te traen mejores resultados y ahí te diferencias. Tu talento es único, es innato, ya viene con vos y si crees que no tenés ningún talento, es hora que te revises adentro y digas: “¿Qué es lo que me sale muy bien?”. Puede ser alguien que está maquillando, que esté haciendo pan, que esté vendiendo, puede ser alguien que está en la oficina, en el cuadrante donde está, siempre te podés diferenciar. Si no sos feliz podes elegir diferente.
Receta de galletas de coco sin harina, rápida y fácil
Esta es una deliciosa opción para aquellos que buscan un snack sin gluten pero lleno de sabor

El regreso a las clases en Argentina será con altas temperaturas, advierte el Servicio Meteorológico Nacional
El pronóstico de calor extremo impactaría en el inicio del ciclo escolar, especialmente en el área metropolitana y zonas cercanas. Qué podría pasar los días siguientes

La evolución de los anteojos de sol, de herramienta científica a símbolo de estilo
Desde sus inicios como protección contra la ceguera por nieve hasta convertirse en un accesorio de moda, este accesorio recorrió un largo camino, impulsado por innovaciones tecnológicas y el glamour de Hollywood, según detalla Popular Science

El estilo de vida influye más que los genes en la salud y el envejecimiento, según un estudio
Un equipo internacional analizó datos de medio millón de personas y reveló que juega un rol clave en el desarrollo de enfermedades asociadas con la edad, como la demencia y las afecciones cardíacas. Los detalles de la investigación

Las ballenas enfrentan un futuro incierto: los 3 factores que ponen en peligro su existencia
El estado de estos cetáceos refleja cuán saludable se encuentran los océanos, afirman los expertos, pero la contaminación y la caza, entre otras circunstancias siguen amenazándolos
