Máscaras LED: ¿revolución estética o promesas vacías?

Promocionadas como el futuro del cuidado facial, estos dispositivos ganan adeptos. Pero la ciencia y los especialistas aún encuentran motivos de precaución, según Der Spiegel

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Por estos días, el uso
Por estos días, el uso de máscaras LED para el cuidado de la piel causa furor en TikTok e Instagram (Imagen Ilustrativa Infobae)

El uso de máscaras LED para el cuidado de la piel ganó popularidad en redes sociales como TikTok e Instagram, donde influencers y usuarios muestran estos dispositivos de aspecto futurista que prometen beneficios como combatir el acné, reducir arrugas y mejorar la elasticidad de la piel.

Sin embargo, expertos en dermatología advierten que la efectividad de estas herramientas aún está lejos de estar científicamente comprobada.

Según un artículo publicado por Der Spiegel, aunque la tecnología de luz para tratamientos dermatológicos tiene décadas de historia, las máscaras LED de uso doméstico presentan limitaciones significativas en comparación con las terapias profesionales.

La terapia de luz no es un concepto nuevo. Sus orígenes se remontan a la década de 1960, cuando el médico húngaro Endre Mester descubrió accidentalmente los efectos positivos de la luz roja mientras investigaba tratamientos para tumores en ratas.

Aunque no logró su objetivo inicial, observó que la luz estimulaba el crecimiento del pelo y aceleraba la cicatrización de heridas en los animales.

Este hallazgo dio lugar al desarrollo de la terapia láser de baja intensidad (LLLT), también conocida como terapia de luz fría, que hoy se utiliza en medicina para aliviar el dolor, reducir inflamaciones y promover la regeneración de tejidos.

Sin embargo, las máscaras LED disponibles en el mercado no alcanzan la potencia de los dispositivos utilizados en clínicas dermatológicas, lo que genera dudas sobre su eficacia.

Luz roja y azul: ¿cómo actúan en la piel?

La luz roja tiene la capacidad de penetrar profundamente en la piel, estimulando la producción de colágeno y elastina, dos proteínas esenciales para mantener la firmeza y elasticidad cutánea.

Por otro lado, la luz azul se asoció con la eliminación de bacterias como Cutibacterium acnes, responsables de los brotes de acné.

Estas propiedades fueron aprovechadas en tratamientos dermatológicos supervisados, pero la falta de estudios sólidos y metodológicamente rigurosos sobre las máscaras LED de uso doméstico plantea interrogantes sobre su efectividad real.

El dermatólogo Klaus Hoffmann, citado por Der Spiegel, señaló que “aunque existen investigaciones que respaldan los beneficios de la terapia de luz, muchos de estos estudios son pequeños o presentan debilidades metodológicas".

“Además -sigue-, gran parte de las pruebas provienen de experimentos con animales o cultivos celulares, lo que dificulta su aplicación directa en humanos”.

Hoffmann subraya que, aunque los médicos acumularon experiencia empírica en el uso de la luz para tratar problemas cutáneos, las máscaras LED que se comercializan en línea no cuentan con el mismo nivel de respaldo científico.

Certificación y precauciones al comprar máscaras LED

Los expertos no desaconsejan completamente
Los expertos no desaconsejan completamente las máscaras LED, pero enfatizan la necesidad de tomar precauciones (Imagen Ilustrativa Infobae)

A pesar de las dudas sobre su eficacia, los expertos no desaconsejan por completo el uso de máscaras LED, siempre y cuando se tomen ciertas precauciones.

Es fundamental que los dispositivos cuenten con la certificación CE, que garantiza que no contienen materiales nocivos y cumplen con estándares básicos de seguridad eléctrica.

Sin embargo, esta certificación no asegura que el producto sea efectivo para los fines estéticos que promete.

El dermatólogo Christian Kors, también citado por el medio, recomienda elegir máscaras que emitan luz roja o azul con longitudes de onda específicas, ya que las luces multicolores o de “arco iris” suelen ser ineficaces.

Además, Kors advierte que la intensidad de la luz es crucial: para la luz roja, se considera útil una emisión de 105 milivatios por centímetro cuadrado, mientras que para la luz azul, la intensidad adecuada ronda los 40 milivatios.

El uso incorrecto de estas máscaras, ya sea por una dosis insuficiente o excesiva, puede resultar ineficaz o incluso perjudicial para la piel.

Riesgos y limitaciones de las máscaras LED

El uso de máscaras LED no está exento de riesgos. Una exposición prolongada a la luz azul puede causar molestias o daños en los ojos, por lo que se recomienda cubrirlos durante el tratamiento.

Además, una aplicación excesiva podría provocar enrojecimiento, irritación o incluso quemaduras solares. Kors señaló que seis horas de exposición a luz azul pueden ser tan dañinas como una hora de radiación ultravioleta.

Las personas que toman ciertos medicamentos o padecen enfermedades que aumentan la sensibilidad a la luz deben ser especialmente cautelosas.

Entre los medicamentos que pueden incrementar esta sensibilidad se encuentran antibióticos como la doxiciclina, retinoides como el retinol, antidepresivos, antiinflamatorios no esteroides (AINE) y diuréticos utilizados para tratar la hipertensión.

Según Kors, cualquier persona en estas condiciones debería consultar a un médico antes de usar una máscara LED.

Recomendaciones para un uso seguro

Limpieza facial con limpiador de
Limpieza facial con limpiador de pH neutro es esencial antes de usar máscaras LED (Imagen Ilustrativa Infobae)

Para quienes decidan probar las máscaras LED, los dermatólogos ofrecen algunas recomendaciones clave.

Es importante limpiar el rostro a fondo antes de cada sesión, utilizando un limpiador con pH neutro y sin jabón para eliminar maquillaje y residuos.

Aunque algunos fabricantes sugieren el uso de sueros específicos para potenciar los efectos de la luz, Kors aconseja aplicarlos después del tratamiento, dependiendo de las necesidades individuales de la piel.

Productos con vitamina B3 o retinol pueden ser útiles para tratar el acné, pero siempre es mejor consultar a un especialista antes de incorporarlos a la rutina.

En cuanto a la frecuencia y duración del uso, los expertos sugieren sesiones de 10 a 20 minutos, tres a cinco veces por semana, durante varias semanas.

Sin embargo, advierten que los resultados pueden variar según el tipo de piel y la intensidad del dispositivo.

Entre la ciencia y las tendencias

Aunque las máscaras LED captaron la atención de millones de personas gracias a su presencia en redes sociales, su efectividad sigue siendo objeto de debate.

Mientras que la terapia de luz supervisada por profesionales demostró ciertos beneficios, las versiones domésticas de estas tecnologías presentan limitaciones significativas.

Los expertos coinciden en que, aunque no son necesariamente perjudiciales, su uso debe realizarse con precaución y expectativas realistas. En caso de duda, siempre es mejor acudir a un dermatólogo para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

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