
Solo cerca del dos por ciento de las pesquerías a nivel mundial cuentan con vigilancia directa de observadores, dejando a la gran mayoría de la actividad pesquera sin supervisión y vulnerable a la captura de especies protegidas. En este contexto, la inteligencia artificial emerge como una herramienta que puede transformar la gestión de los recursos marinos mediante soluciones de monitoreo más seguras y eficientes.
Un ejemplo notable es el sistema desarrollado por la startup canadiense OnDeck AI, diseñado para automatizar la identificación y el conteo de especies capturadas. Esta propuesta fue analizada en Smithsonian Magazine, a partir de una historia publicada en bioGraphic.
Monitoreo tradicional y sus limitaciones
La supervisión tradicional de la pesca comercial depende de observadores humanos que viajan con las tripulaciones para registrar capturas y reportar posibles infracciones.
Esta tarea, costosa y exigente, implica riesgos importantes para los observadores: enfrentan condiciones laborales peligrosas, acoso e incluso violencia, con al menos un caso de desaparición anual en la última década.

La instalación de cámaras a bordo mejoró la seguridad y redujo los costos, pero genera un volumen de material abrumador. Un solo viaje puede producir cientos de horas de video, cuya revisión manual resulta lenta y cara.
Desafíos para comunidades indígenas y pequeños pescadores
Las comunidades indígenas y los pescadores de pequeña escala, como los representados por Ha’oom Fisheries Society en la costa occidental de Canadá, enfrentan obstáculos adicionales.
El sistema canadiense de monitoreo fue diseñado para grandes pesquerías comerciales enfocadas en una sola especie, lo que dificulta su aplicación en contextos de capturas múltiples y expediciones modestas.
Cada especie se considera una pesquería diferente, con requisitos legales específicos de monitoreo. “Gestionar cinco o seis sistemas diferentes de monitoreo simplemente no es viable económicamente”, explicó Lauren Dean, especialista en comunicación de Ha’oom Fisheries Society, en declaraciones a Smithsonian Magazine.
El aporte de la inteligencia artificial
Ante estas limitaciones, la inteligencia artificial se perfila como una alternativa prometedora. OnDeck AI, fundada en Vancouver por Alexander Dungate, desarrolló un sistema con potencial para revolucionar la revisión de videos.

Dungate, inspirado en su experiencia en la costa de Columbia Británica y su formación en ciencias de la computación y biología marina, percibió la necesidad de una solución capaz de procesar el enorme archivo de grabaciones acumuladas, trabajo inabordable de manera manual. En Estados Unidos, por ejemplo, la Comisión de Pesca Marina de los Estados del Pacífico acumula más de un año y medio de videos pendientes de revisión.
Innovación tecnológica y perfeccionamiento del sistema
Con Sepand Dyanatkar, especialista en aprendizaje automático, Dungate creó un programa capaz de identificar peces en movimiento en las grabaciones. El sistema emplea la técnica de “seguimiento maestro de objetos”, que reconoce especies por color, forma y estructura de aletas, incluso bajo variaciones de luz y clima.
A diferencia de modelos anteriores que exigen grandes bases de datos etiquetadas, la propuesta de OnDeck AI busca que el sistema generalice y reconozca especies poco frecuentes, lo que representa un avance frente a uno de los principales obstáculos técnicos del sector.
A pesar de los progresos, el desarrollo requiere más entrenamiento para alcanzar la precisión necesaria. Durante el verano anterior, la empresa utilizó grabaciones de Ha’oom Fisheries Society para perfeccionar la herramienta.
Jessica Edwards, bióloga de la organización, participó identificando manualmente peces no reconocidos por la IA, lo que contribuyó a mejorar el algoritmo. Edwards señaló que la herramienta ya acelera su trabajo, ya que identifica automáticamente los momentos en que aparecen peces en los videos y facilita la revisión de segmentos relevantes.

Experiencias internacionales y el futuro de la vigilancia pesquera con IA
La evolución de OnDeck AI se suma a iniciativas en otras regiones. En Australia, un equipo de investigación desarrolló un sistema que clasifica peces en once especies o como “desconocidos”, logrando una tasa de acierto de cerca del 90% en pesquerías de atún y pez espada.
Estas experiencias internacionales respaldan la idea de que la inteligencia artificial puede ampliar significativamente la cobertura del monitoreo pesquero, una visión compartida por Bubba Cook, director de políticas de Sharks Pacific, organización con sede en Nueva Zelanda.
Cook considera que la combinación de monitoreo electrónico y revisión mediante IA representa el único camino para lograr los niveles de supervisión necesarios en los océanos, según Smithsonian Magazine.
La integración de inteligencia artificial en la supervisión de la pesca comercial genera no solo mayor eficiencia y seguridad, sino también oportunidades para una gestión más equitativa y autónoma de los recursos, especialmente para comunidades indígenas y pequeñas escalas. Como demuestra la experiencia de Ha’oom Fisheries Society, la tecnología permite acceder a datos críticos sobre los ecosistemas marinos y favorece la sostenibilidad a largo plazo.
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