
Una distracción fortuita durante un viaje en autobús fue el punto de partida para uno de los servicios de almacenamiento en la nube más conocidos del mundo. Dropbox, concebido por Drew Houston y Arash Ferdowsi en 2007, surgió como respuesta a una necesidad cotidiana.
Además de esto, su éxito llevó a la compañía a enfrentar una lucha feroz ante competidores como Apple y consolidarse como una plataforma utilizada por más de 500 millones de usuarios.
Cómo surgió la idea de la creación de Dropbox
La historia de Dropbox comienza a finales de 2006, cuando Drew Houston, recién graduado del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), abordó un autobús entre Boston y Nueva York con la intención de trabajar durante el trayecto.
Al sentarse, se dio cuenta de que había olvidado la memoria USB con sus archivos. Esa frustración, que no era la primera vez que le ocurría, lo impulsó a empezar a escribir el código de una solución sin tener claro en qué derivaría.

“No quería volver a tener ese problema, así que no había otra opción… empecé a escribir un código sin tener ni idea de cómo podría resultar”, relató Houston a la BBC.
En apenas dos semanas ya tenía un prototipo funcional y el nombre del producto: Dropbox.
A pesar del avance técnico, Houston necesitaba un cofundador para poder acceder a la ayuda de Y Combinator, la aceleradora de startups más influyente de Silicon Valley. La condición impuesta por esta firma era clara: no financian emprendimientos con un solo fundador.
Con apenas 14 días para encontrar un socio, Houston contactó a Arash Ferdowsi, un joven de 22 años que estudiaba ingeniería eléctrica e informática en el MIT. Solo se conocían a través de un amigo en común, pero tras una conversación de dos horas, Ferdowsi aceptó abandonar la universidad y sumarse al proyecto.

“Estoy seguro de que sus padres tenía un plan distinto para él, uno que incluía que completara los estudios”, dijo Houston en entrevistas posteriores.
Así le fue a Dropbox en sus inicios
Dropbox fue lanzado oficialmente en 2008 desde la sede de Y Combinator en Silicon Valley. El producto ofrecía algo que para entonces resultaba altamente innovador: almacenamiento de archivos en la nube, sincronización entre dispositivos y posibilidad de compartir carpetas con otros usuarios sin recurrir al correo electrónico.
En sus primeros pasos, la empresa apostó por el marketing viral. Promocionaron el servicio en foros como Reddit y Slashdot, lo que les permitió pasar de una lista de espera de 5.000 personas a más de 75.000 usuarios en cuestión de días.
Luego, diseñaron un programa de referidos que ofrecía espacio adicional a quienes lograran que un amigo se suscribiera. Ese mismo amigo también obtenía más capacidad, lo que generó un efecto multiplicador.
Según datos de la empresa, este enfoque orgánico fue clave: el 90% de sus ingresos provienen del autoservicio basado en la viralidad del producto.
El rechazo a Steve Jobs y la amenaza de Apple
El crecimiento acelerado atrajo la atención del mismísimo Steve Jobs. En 2011, el fundador de Apple intentó comprar Dropbox. Houston rechazó la oferta, lo que provocó una reacción airada por parte de Jobs, quien —según declaraciones de Houston citadas por Business Insider— amenazó con “matar” Dropbox.
Ese mismo año, Apple lanzó su propio servicio de almacenamiento en la nube: iCloud. A pesar de esto, Dropbox no perdió impulso y consolidó su base de usuarios.
En 2009, la empresa dejó de depender de Amazon Cloud y comenzó a operar con sus propios servidores bajo el dominio Dropbox.com. A partir de 2011, amplió su alcance lingüístico, lanzando versiones en español, alemán, japonés y francés. En la actualidad, la plataforma está presente en 175 países y ha superado los 100 millones de usuarios globales.

En términos de modelo de negocio, Dropbox apostó por una estrategia freemium que ofrecía 2GB gratuitos y opciones pagas para quienes requerían mayor capacidad. De los 500 millones de usuarios, alrededor de 12,3 millones —un 3%— están suscritos a planes premium.
Aunque esta proporción puede parecer baja, el crecimiento en suscriptores pagos ha sido constante. Sin embargo, la empresa aún no es rentable, debido a la gran inversión que destina a investigación y desarrollo (I+D) para convertir usuarios gratuitos en clientes pagos.
Hoy, con una capitalización bursátil que supera los 12.000 millones de dólares y una plantilla global de más de 2.000 empleados, Dropbox sigue enfrentando desafíos. La presión competitiva es constante, y su rentabilidad depende de lograr que una porción mayor de sus usuarios adopte planes pagos.
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