El día en que Bill Gates fue abucheado por salvar a Apple: la ‘amistad‘ con Steve Jobs

Aunque a simple vista pareció un gesto altruista, la jugada del cofundador de Microsoft respondía a una estrategia cuidadosamente calculada para proteger los intereses de su propia compañía

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En plena crisis, Jobs aceptó
En plena crisis, Jobs aceptó el rescate de su rival más temido y convirtió ese momento en el inicio del Apple que hoy conocemos

En el escenario de la Macworld de 1997, Steve Jobs volvía a Apple entre aplausos. Había regresado a la compañía que había fundado y de la cual había sido expulsado una década antes. Pero ese mismo día, en ese mismo escenario, ocurrió algo que nadie esperaba.

Una transmisión en vivo desde una pantalla gigante mostró a Bill Gates, el rostro de Microsoft, y lo que siguió fue una oleada de abucheos. El público no estaba preparado para la noticia: Gates estaba invirtiendo 150 millones de dólares en Apple para salvarla de la quiebra.

En aquel momento, Apple no era sinónimo de innovación ni éxito. Las ventas de sus computadoras se habían desplomado, la empresa estaba desorientada y su futuro pendía de un hilo.

El regreso de Jobs fue la última carta que sus ejecutivos se animaron a jugar. Pero para que el plan funcionara, necesitaban algo más que liderazgo; necesitaban efectivo y rápido.

Abucheos minuto 4:48

Por qué Gates invirtió para salvar a Apple

La rivalidad entre Apple y Microsoft era conocida. Ambos fundadores se respetaban y al mismo tiempo se desafiaban. Jobs acusaba a Gates de haberle robado ideas, y Gates consideraba que Apple tenía una visión demasiado cerrada del mercado.

A pesar de eso, Gates accedió a una alianza. Pero no lo hizo por amistad, ni por nostalgia. Lo hizo porque la supervivencia de Apple también le servía a Microsoft.

En ese entonces, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos tenía a Microsoft bajo la lupa por posibles prácticas monopólicas.

Una de las acusaciones más fuertes había sido presentada por Netscape, que sostenía que Microsoft abusaba de su posición dominante al incluir Internet Explorer como navegador por defecto en Windows.

En 1997, Steve Jobs aceptó
En 1997, Steve Jobs aceptó lo impensado para evitar el colapso, mientras Bill Gates protegía su imperio con una jugada brillante - (AP Foto/Paul Sakuma, Archivo)

Aunque Gates logró evitar un fallo en su contra, entendía que los reguladores seguían observando cada uno de sus movimientos.

Salvar a Apple, en ese contexto, le convenía. Si su competidor más visible desaparecía, el argumento de que Microsoft dominaba el mercado sin rivales se volvía más difícil de refutar.

Con una inversión estratégica, Gates no solo rescataba a Apple, también protegía a Microsoft de una eventual intervención estatal.

En qué se benefició Microsoft con la inversión de Bill Gates

La ayuda no fue incondicional. Como parte del acuerdo, Apple debía retirar sus demandas contra Microsoft por presuntas violaciones de patentes en Windows.

También debía adoptar Internet Explorer como navegador predeterminado en sus computadoras. Y, además, comprometerse a mantener Microsoft Office para Mac, una herramienta vital para los usuarios profesionales.

El día que Microsoft salvó
El día que Microsoft salvó a Apple y cambió la historia de la innovación - REUTERS/Gonzalo Fuentes

Microsoft adquirió acciones sin derecho a voto, lo que significaba que no podía influir en las decisiones internas de Apple.

Jobs, por su parte, aprovechó la oportunidad para relanzar la compañía con una estructura más simple y un enfoque renovado en el diseño y la experiencia del usuario. Lo que siguió después fue una transformación sin precedentes en la historia de la tecnología.

El inversor sorpresa que nunca fue un amigo

El público de la Macworld no lo entendió en ese momento. Para muchos, ver a Gates en la pantalla fue una humillación. Pero, con el tiempo, ese momento quedó registrado como uno de los giros más sorprendentes de la industria.

Sin esa intervención, Apple probablemente no habría sobrevivido. Y sin la competencia que representaba Apple, Microsoft podría haber enfrentado un destino muy distinto en los tribunales.

Lo que comenzó como una maniobra de supervivencia se convirtió en el punto de partida de una nueva era. Jobs lanzó el iMac, luego el iPod, el iPhone y el iPad.

Apple dejó de ser una empresa en crisis para convertirse en una de las más valiosas del mundo. Gates, por su parte, se retiró del día a día de Microsoft y dedicó su tiempo a la filantropía.

Pero aquel día de 1997, entre aplausos para uno y abucheos para otro, dos rivales históricos sellaron un pacto que no solo salvó a una empresa, también redefinió el equilibrio del poder tecnológico por décadas.