La evolución de las caminatas espaciales, de los primeros pasos a la rutina de la exploración espacial

Desde las primeras incursiones de Leonov y White, las caminatas espaciales evolucionaron en complejidad y rutina, impulsando el desarrollo tecnológico y siendo esenciales para el éxito de innumerables misiones espaciales en todo el mundo, según Smithsonian Magazine

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Las caminatas espaciales, que comenzaron
Las caminatas espaciales, que comenzaron como hazañas arriesgadas en la década de 1960, se convirtieron en una herramienta indispensable para la exploración, el mantenimiento y la expansión de la presencia humana en el espacio (NASA)

Desde que Aleksei Leonov salió de su nave espacial en 1965, las caminatas espaciales marcaron un antes y un después en la exploración del espacio. Estas actividades, también conocidas como actividades extravehiculares (EVA), comenzaron como un acto pionero, pero con el paso de las décadas se convirtieron en procedimientos clave para la ciencia y tecnología espacial.

Según Smithsonian Magazine, estas maniobras pasaron de ser eventos extraordinarios a convertirse en una parte esencial de las misiones espaciales internacionales​.

Los primeros pasos: desafíos y descubrimientos

El 18 de marzo de 1965, el cosmonauta soviético Leonov realizó el primer EVA de la historia al pasar 12 minutos fuera de su cápsula espacial. Aunque el acto fue un hito para la humanidad, las dificultades fueron evidentes: el traje espacial no estaba diseñado para tales maniobras, y Leonov tuvo problemas para regresar a su nave debido a la expansión del traje en el vacío del espacio.

Pese a los contratiempos, Smithsonian Magazine destacó que el cosmonauta describió la experiencia como impactante, resaltando el silencio absoluto y la sensación de desconexión con la Tierra​.

Menos de tres meses después, Ed White, astronauta estadounidense, realizó una caminata de 23 minutos durante la misión Gemini 4. Al igual que Leonov, White enfrentó dificultades con su traje, pero vivió la experiencia de manera intensa.

Según la publicación, el astronauta expresó que el regreso a la nave fue “el momento más triste de su vida”, lo que evidencia la carga emocional de estas primeras incursiones en el vacío del espacio​.

En 1965, el astronauta estadounidense
En 1965, el astronauta estadounidense realizó una caminata de 23 minutos durante la misión Gemini 4, enfrentando los desafíos de la ingravidez con un traje aún en desarrollo. Su histórica salida marcó el inicio de la participación activa de EE.UU. en las actividades extravehiculares (NASA)

La evolución hacia la rutina

Tal como explicó Smithsonian Magazine, con el tiempo, las caminatas espaciales dejaron de ser eventos esporádicos y comenzaron a verse como una herramienta fundamental en las misiones espaciales.

Jennifer Levasseur, curadora del Museo Nacional del Aire y el Espacio del Smithsonian, afirmó que esta actividad representa una de las maniobras más peligrosas de la exploración espacial, ya que los astronautas quedan completamente expuestos y dependen únicamente de su traje espacial, que actúa como un “submarino personal” en el espacio exterior​.

El perfeccionamiento de estas misiones fue posible gracias a los entrenamientos en grandes piletas de agua en la Tierra, donde los astronautas desarrollaron memoria muscular y aprendieron a maniobrar en condiciones similares a las del espacio. La revista señaló que estos simulacros fueron cruciales para reducir los riesgos y garantizar que los astronautas ejecutaran tareas con mayor precisión​.

Para preparar a los astronautas
Para preparar a los astronautas para las caminatas espaciales, la NASA utiliza enormes piletas que simulan la ingravidez del espacio. Estos entrenamientos permiten desarrollar habilidades clave y adquirir la precisión necesaria para operar fuera de una nave en condiciones extremas (NASA)

El impacto de las estaciones espaciales y el trabajo en equipo

Uno de los momentos clave en la historia de las caminatas espaciales ocurrió en 1973 con Skylab, la primera estación espacial estadounidense. Smithsonian Magazine detalló que en esta misión se realizó el primer EVA en órbita, cuando los astronautas lograron reparar paneles solares dañados que impedían el correcto funcionamiento de la estación.

La publicación también destacó cómo esta misión demostró la importancia del trabajo en equipo y de las herramientas improvisadas para resolver problemas inesperados en el espacio​.

Durante el programa del transbordador espacial (1981-2011), las caminatas extravehiculares se volvieron aún más frecuentes. Según la revista, los astronautas utilizaron estas maniobras para realizar reparaciones críticas, como las del telescopio Hubble, y para la construcción de la Estación Espacial Internacional (EEI).

En 1984, Bruce McCandless realizó la primera caminata sin ataduras utilizando el dispositivo Manned Maneuvering Unit, lo que representó un gran avance en la movilidad en el espacio​.

En 1984, el astronauta estadounidense
En 1984, el astronauta estadounidense se convirtió en el primero en realizar una caminata espacial sin estar conectado a su nave, utilizando el MMU. Este avance amplió las capacidades de movilidad de los astronautas en el espacio, permitiendo mayor flexibilidad en sus movimientos (NASA)

Caminatas espaciales en la era de la EEI

Desde su inicio en 1998, la EEI se convirtió en un escenario clave para la evolución de las caminatas espaciales. Según Smithsonian Magazine, los astronautas realizaron 274 EVAs en esta estación, desempeñando funciones clave en el mantenimiento, la construcción y la investigación científica.

Levasseur explicó que estas maniobras permitieron extender la vida útil de la estación mucho más allá de lo originalmente previsto, con la expectativa de que siga operando hasta al menos 2030​.

A lo largo de los
A lo largo de los años, la EEI fue testigo de numerosas caminatas espaciales, que no solo permitieron su mantenimiento y expansión, sino que también fortalecieron la colaboración internacional en la exploración del espacio (NASA)

El futuro de las caminatas espaciales

Aunque se volvieron una práctica recurrente, las caminatas espaciales siguen siendo una de las tareas más complejas que enfrentan los astronautas. Como detalló Smithsonian Magazine, los tripulantes deben adaptarse a un entorno de microgravedad y trabajar en condiciones extremadamente desafiantes.

Levasseur enfatizó que no todos los astronautas son aptos para realizar estas maniobras, ya que requieren no solo una gran preparación física, sino también resistencia psicológica y un enfoque absoluto.

Smithsonian Magazine concluyó resaltando que las caminatas espaciales evolucionaron significativamente desde los primeros pasos de Leonov y White. Lo que comenzó como una hazaña llena de incertidumbre se convirtió en una parte esencial de la exploración espacial, impulsando avances tecnológicos que seguirán expandiendo los límites de la presencia humana en el cosmos​.