Una granja futurista en Islandia: están cultivando superalimentos con inteligencia artificial

En estas plantas están sembrando microalgas, un alimento rico en nutrientes y que ha sido usado por diferentes civilizaciones humanas en la historia

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Las microalgas, como la espirulina,
Las microalgas, como la espirulina, podrían ser la clave para enfrentar los retos de seguridad alimentaria global. (Vaxa Technologies)

En Islandia, a tan solo unos 35 minutos de la capital Reikiavik, una granja está usando tecnología para implementar una nueva forma de producción alimentaria de manera sostenible, utilizando sistemas como la implementación de un sol artificial.

Se trata de Vaxa Technologies, una empresa local, que ha desarrollado una planta que utiliza energía geotérmica y sistemas de inteligencia artificial para cultivar microalgas, un superalimento con un largo historial en la alimentación humana y que podría ser clave para afrontar los retos alimentarios globales del futuro.

“Es una nueva forma de pensar sobre la producción de alimentos”, dijo el gerente general, Kristinn Haflidason, a BBC Mundo, donde se detalla lo que hace esta compañía.

Cómo es la granja del futuro para cultivar alimentos

Lo que hace única a esta granja es su ubicación estratégica junto a la central geotérmica más grande de Islandia, que proporciona la energía limpia necesaria para impulsar la producción de algas. La planta no solo depende de la electricidad renovable, sino también de los recursos naturales que le ofrece la cercanía a esta fuente de energía.

Vaxa Technologies cultiva microalgas junto
Vaxa Technologies cultiva microalgas junto a la planta geotérmica más grande de Islandia, aprovechando recursos naturales y energía limpia. (Vaxa Technologies)

En este escenario de innovación, las microalgas, organismos microscópicos con un alto valor nutricional, son cultivadas utilizando sistemas de producción que imitan las condiciones naturales en un entorno completamente controlado.

Aunque las algas marinas han sido parte de la dieta humana durante siglos, las microalgas, como la Nannochloropsis y la Arthospira (espirulina), han tenido un consumo más limitado. Sin embargo, su historia no es reciente: civilizaciones de América Central y África ya las utilizaban como fuente de sustento, aunque sin el reconocimiento y la valorización que hoy tienen.

Con una composición rica en proteínas, ácidos grasos omega-3, vitaminas y minerales, las microalgas están recibiendo nueva atención como una alternativa sostenible para la seguridad alimentaria global. Vaxa se ha propuesto hacer de ellas un alimento clave para el futuro.

Qué tecnologías usan en la granja del futuro

La planta de Vaxa utiliza una tecnología avanzada conocida como fotobiorreactores, que son estructuras modulares diseñadas para simular las condiciones necesarias para el crecimiento de las microalgas.

La planta de Vaxa produce
La planta de Vaxa produce hasta 150 toneladas métricas de microalgas al año gracias a tecnologías avanzadas y procesos automatizados. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En lugar de depender de la luz solar, como en los cultivos al aire libre, se emplean miles de luces LED rojas y azules de alta intensidad que proporcionan la longitud de onda específica que las microalgas requieren para realizar la fotosíntesis de manera eficiente. En estos fotobiorreactores, el proceso de cultivo está completamente automatizado y supervisado por sistemas de inteligencia artificial que ajustan las condiciones ambientales para optimizar la producción.

La planta puede producir hasta 150 toneladas métricas de microalgas al año, y lo hace de forma constante gracias a un proceso de recolección diaria que repone rápidamente los cultivos. La integración de estos sistemas avanzados de control aumenta la eficiencia y permite un monitoreo constante de la calidad y las condiciones de crecimiento, lo que asegura un producto de alto valor nutricional.

Otro de los aspectos destacados de la planta de Vaxa es su huella de carbono. Gracias a la cercanía de la planta a la central geotérmica, la producción de microalgas se realiza utilizando energía limpia, agua caliente para calefacción y agua fría para el cultivo. Además, la planta aprovecha las emisiones de dióxido de carbono de la central para alimentarlas directamente a los cultivos de algas, que absorben este gas para convertirlo en biomasa.

La sinergia entre energía geotérmica
La sinergia entre energía geotérmica y cultivos de microalgas permite una producción con huella de carbono ligeramente negativa. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según el consultor de tecnología alimentaria Asger Munch Smidt-Jensen, esta combinación de factores permite que la planta tenga una huella de carbono “ligeramente negativa”, lo que significa que, en términos generales, el proceso contribuye menos al cambio climático que otras formas de producción alimentaria.

Esta sinergia entre la energía geotérmica y el cultivo de microalgas representa un modelo de producción eficiente y respetuoso con el medio ambiente, algo que no resulta fácil de replicar en otras partes del mundo debido a los altos requerimientos energéticos y las condiciones específicas necesarias para su funcionamiento. Sin embargo, el modelo de Islandia abre la puerta a un futuro en el que se podría utilizar la energía renovable local para producir alimentos de alto valor nutricional sin dañar el planeta.