Cuál es la pregunta que los jóvenes se deben hacer todos los días para ser felices, según Steve Jobs

En su discurso de graduación en la Universidad de Stanford en 2005, Steve Jobs, cofundador de Apple, dejó una reflexión que motivó a los jóvenes que lo escuchaban y a futuras generaciones. Aquel día planteó una pregunta sencilla pero efectiva: “Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?”.

Este cuestionamiento debía inspirar una reflexión sobre las decisiones cotidianas y ser una guía para vivir con autenticidad y propósito. Para Jobs, la verdadera felicidad no provenía del éxito material o de las expectativas ajenas, sino de la capacidad de alinearse con lo que realmente importa a nivel personal y profesional.

A lo largo de su intervención, Jobs detalló cómo esa pregunta lo había acompañado durante años, ayudándole a tomar decisiones fundamentales en su vida. El empresario compartió la importancia de escuchar a la intuición y de aprender de los fracasos.

Para Jobs, la clave para saber si uno está tomando las decisiones correctas cada día se encuentra en la autocomprobación constante. La pregunta que compartió en Stanford refleja el temor al arrepentimiento y la importancia de no malgastar el tiempo.

Si la respuesta a la interrogante era “no” en muchos días consecutivos, Jobs entendía que era momento de hacer un cambio significativo. La fórmula de Jobs para mantenerse alineado con su propósito consistía en vivir según sus propias pasiones y no bajo las expectativas de otros, algo que sugirió a los graduados de Stanford.

Este cuestionamiento también pone de relieve el papel fundamental de la introspección. Si la sensación diaria es que lo que se está haciendo no resuena con los valores personales, es un indicio de que el camino recorrido no es el adecuado.

Steve Jobs fue una figura que no solo alcanzó el éxito, sino que también vivió el fracaso de manera pública. A los 30 años, fue despedido de Apple, la empresa que él mismo había fundado, un golpe devastador para muchos, pero no para Jobs.

Según él, esa experiencia le permitió reinventarse, lo que resultó en la creación de empresas como NeXT y Pixar. Su historia demuestra que los fracasos no deben ser vistos como el fin del camino, sino como una oportunidad para aprender y adaptarse.

A lo largo de su vida, Jobs enfatizó que el fracaso es un paso necesario en el proceso hacia el éxito. En lugar de huir de los momentos difíciles, él los abrazó como lecciones que, en última instancia, lo acercaron más a su verdadera pasión.

Uno de los mensajes más poderosos que Jobs dejó en su vida fue sobre el valor del tiempo. “Tu tiempo es limitado, no lo malgastes viviendo la vida de otra persona”, indicó en un pasaje que resonó especialmente en la era moderna.

Jobs alertó sobre el peligro de vivir bajo esas influencias y subrayó que el tiempo, más que cualquier otra cosa, es el bien más valioso. Su diagnóstico sobre la vida adquirió aún más peso cuando se reveló que había sido diagnosticado con cáncer de páncreas en 2004.

Enfrentando una enfermedad terminal, Jobs afirmó que su perspectiva sobre la vida cambió radicalmente, y esa visión de la fragilidad humana lo instó a aprovechar cada día al máximo.

La trayectoria de Jobs mostró que las ideas más disruptivas y las empresas más influyentes, como Apple, nacen con frecuencia de mentes jóvenes que, al igual que él, no temen desafiar las normas establecidas.

La juventud, según personalidades como Jobs o su compañero al fundar Apple, Steve Wozniak, es el motor de la innovación, y esta capacidad para pensar diferente hace que muchas de las empresas sean más exitosas.

De acuerdo con una frase célebre de Wozniak, “cuando eres joven puedes hacer algo grande que te ayude a lo largo de la vida. Observa todas las grandes empresas emergentes como Microsoft, Apple, Google, Facebook, Twitter, etc”.