Qué es Jomo y por qué es la mejor opción para desconectarse del mundo digital y eliminar el estrés

Reducir la fatiga por elección y priorizar lo esencial son pilares de esta nueva forma de interactuar en el ámbito amoroso

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Las aplicaciones de citas han
Las aplicaciones de citas han revolucionado la forma tradicional de las relaciones amorosas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La digitalización y las aplicaciones de citas han transformado las relaciones humanas, llevándolas a una instancia de inmediatez que, a menudo, afecta la salud mental de las personas. El Jomo o “Joy of Missing Out” (la alegría de perderse las cosas) es una tendencia que cuestiona estas dinámicas y busca mejorar la calidad de las relaciones amorosas, liberando la presión por responder en el instante.

Este concepto no se puede confundir con el Fomo (miedo a perderse algo), que alimenta el uso compulsivo de aplicaciones y redes sociales, mientras que el Jomo invita a los usuarios a desconectarse, priorizar lo esencial y buscar experiencias más significativas.

La hiperconexión en las relaciones

La digitalización ha transformado radicalmente las relaciones con la incursión de las aplicaciones de citas, que se han consolidado como una de las formas más populares para conocer personas y establecer vínculos afectivos, permitiendo que se establezcan nuevas formas de relacionarse entre las parejas.

Según datos recientes, millones de usuarios en todo el mundo utilizan plataformas como Tinder, Bumble o Hinge para buscar pareja, dejando atrás los métodos tradicionales. Sin embargo, esta nueva forma de “amar” ha traído consigo desafíos y tensiones, especialmente en un entorno marcado por la constante hiperconexión y la presión de las redes sociales.

Dinámicas de relaciones como el
Dinámicas de relaciones como el FOMO tienden a generar angustia y ansiedad en ciertas personas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Este enfoque no solo impacta en la salud mental, sino que también podría estar cambiando las expectativas en torno a las relaciones que nacen en la virtualidad.

Desde su llegada, las aplicaciones de citas han ofrecido una solución a los desafíos que plantea la vida moderna: agendas ocupadas, movilidad urbana y la dificultad de encontrar tiempo para conocer personas en entornos tradicionales.

Según un estudio publicado por Statista, más del 50 % de las parejas jóvenes en América Latina han utilizado al menos una vez estas plataformas, convirtiéndolas en un punto clave para socializar y explorar nuevas conexiones románticas.

Sin embargo, el modelo de interacción que proponen estas aplicaciones también puede generar ansiedad y estrés. La dinámica de “deslizar” y la posibilidad de acceder a miles de perfiles en segundos puede llevar a lo que los expertos denominan “fatiga por elección”, un fenómeno en el que la sobreabundancia de opciones dificulta tomar decisiones satisfactorias.

Una alternativa al agotamiento digital

En medio de esta saturación, el Jomo aparece como un “remedio” para los efectos negativos de la tecnología en la vida diaria. Este concepto, que busca disfrutar de los momentos de desconexión y aceptar las limitaciones de la vida, invita a replantear cómo usamos las aplicaciones de citas. Incorporar el JOMO en este ámbito no significa abandonar la tecnología, sino más bien usarla con mayor intención y equilibrio.

El JOMO destaca por dar
El JOMO destaca por dar prioridad a la calidad en vez de la cantidad de los vínculos amorosos. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por ejemplo, limitar el tiempo dedicado a las aplicaciones de citas puede ayudar a reducir la ansiedad generada por la búsqueda de pareja. Definir horarios específicos para interactuar con las plataformas o elegir aplicaciones que prioricen la calidad sobre la cantidad puede ser un paso hacia relaciones más auténticas. Asimismo, el Jomo puede alentar a los usuarios a enfocarse en los encuentros cara a cara, valorando más las conexiones reales que las digitales.

El Jomo también fomenta un cambio de perspectiva en el uso de estas aplicaciones, alejándose de la superficialidad que muchas veces domina las interacciones en línea. En lugar de buscar validación en “matches” o interacciones fugaces, el enfoque pasa a descubrir qué es lo verdaderamente importante en una relación. Esto puede incluir compartir valores, intereses y aspiraciones, más allá de la imagen proyectada en un perfil digital.

La desconexión voluntaria que promueve el Jomo también puede tener beneficios para la salud mental de quienes buscan pareja. Estudios han demostrado que el exceso de tiempo en redes sociales y aplicaciones de citas puede generar problemas como estrés, ansiedad y baja autoestima. Por el contrario, la práctica del Jomo permite recuperar la tranquilidad, mejorar la calidad del sueño y fomentar una mayor creatividad y productividad en otros aspectos de la vida.

Cómo incorporar el Jomo a las aplicaciones de citas

Adoptar esta filosofía no requiere cambios drásticos, pero sí implica un enfoque consciente. Algunas estrategias incluyen:

  • Minimalismo digital: reducir el uso de varias aplicaciones y elegir solo aquellas que realmente ofrezcan una experiencia significativa.
  • Limitar horarios de uso: establecer momentos específicos para revisar las aplicaciones, evitando la distracción constante.
  • Priorizar encuentros reales: una vez que se establece una conexión, enfocarse en llevar la relación al mundo físico en lugar de prolongar conversaciones interminables en línea.
  • Valorar el tiempo personal: dedicar tiempo a actividades fuera del ámbito digital, como leer, hacer ejercicio o compartir con amigos cercanos.
El JOMO no se remite
El JOMO no se remite solo a las aplicaciones de citas, sino que es una manera de entender las relaciones. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En un mundo donde las relaciones amorosas están profundamente influenciadas por la tecnología, conceptos como el Jomo invitan a replantear nuestras prioridades. Las aplicaciones de citas seguirán siendo herramientas útiles para conocer personas, pero su uso puede evolucionar hacia prácticas más conscientes y menos dependientes de la validación digital.

La alegría de desconectarse no está en renunciar al amor, sino en encontrarlo desde un lugar más auténtico y equilibrado. El desafío, entonces, radica en combinar lo mejor de la tecnología con la capacidad humana de vivir el presente, disfrutar de los encuentros cara a cara y, sobre todo, abrazar la imperfección de la vida fuera de la pantalla.

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