Bill Gates: “Si hubieras preguntado a mis compañeros de escuela quién sería el más exitoso, no estaba tan claro que yo lo sería”

En una entrevista íntima para la revista Interview, el creador de Microsoft habla sobre su rebeldía juvenil, la apuesta por el software y el impacto de la inteligencia artificial en el futuro

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El creador de Microsoft recuerda cómo en terapia entendió claves para manejar su relación con sus padres y cuestionamientos ante la autoridad (Podcast generado con IA)

“Tal era el amanecer de la revolución de la computación personal”, recuerda Bill Gates en su nuevo libro de memorias Source Code: My Beginnings. “Todos solo fingíamos saber lo que hacíamos”.

Con su característico tono pragmático, el cofundador de Microsoft narra sus inicios, desde su infancia en Seattle, su relación con la tecnología y la rebeldía que lo llevó a cuestionar las reglas establecidas.

En una conversación íntima con el periodista y gran biógrafo Walter Isaacson (son best sellers sus biografías de Kissinger, Steve Jobs y Elon Musk, entre otras) para la revista Interview, Gates reflexiona sobre su peculiar manera de pensar, la obsesión que desarrolló por la informática y la apuesta que lo llevó a crear uno de los imperios tecnológicos más importantes de la historia.

“Si hubieras preguntado a mis compañeros de escuela quién sería el más exitoso, no estaba tan claro que yo lo sería”, admite. “Tuve suerte de estar en el momento y lugar adecuados”.

Más allá de la tecnología, Gates también comparte aspectos más personales: su dificultad con las interacciones sociales, su amor por los juegos de cartas y su visión sobre el futuro de la inteligencia artificial.

“El software era la pieza clave que muchos no vieron en ese momento”, explica. “Pero ahora, con la IA, estamos entrando en una transformación aún más profunda”.

"Source Code: My Beginnings", el
"Source Code: My Beginnings", el nuevo libro de Bill Gates

Una mente diferente desde la infancia

Desde temprana edad, Gates percibió que su forma de procesar la información era distinta a la de los demás.

Su curiosidad y capacidad de concentración lo llevaron a destacarse en la escuela, especialmente en matemáticas. Mientras sus compañeros se mostraban nerviosos, él resolvía cada operación con rapidez.

“No iba tan rápido, pero veía que todos estaban en pánico. Supongo que tenía una ventaja de velocidad en problemas bastante simples”, explica.

Sin embargo, junto con su intelecto desarrollado, Gates también notó que tenía dificultades para encajar socialmente.

“Sabía que mi sociabilidad no era la mejor. Siempre fui un poco torpe con los niños de mi edad”, reconoce.

Sus padres, conscientes de su carácter reservado y de sus frecuentes discusiones en casa, decidieron enviarlo a terapia, algo poco común en la época.

“No fue por un diagnóstico específico, sino porque pensaban que el terapeuta podría convencerme de ser menos duro con ellos y traer más paz a la casa”, recuerda.

En un inicio, Gates era escéptico sobre el impacto que esto podría tener, pero terminó recibiendo una lección clave. “El terapeuta me decía: ‘¿Por qué estás en conflicto con tus padres? En realidad, el conflicto es entre tú y el mundo, y ellos están de tu lado’”, una idea que lo llevó a replantear su relación con su familia.

Terapia mediante, Bill Gates mejoró
Terapia mediante, Bill Gates mejoró la relación con sus padres, cuenta en el libro (Crédito: @thisisbillgates)

Aunque términos como neurodiversidad o el espectro autista no se usaban en aquel entonces, Gates reconoce que algunas de sus características podrían haber encajado en esos conceptos.

Sin embargo, está convencido de que su manera de pensar fue una ventaja. “Si me hubieran dicho que debía comportarme de manera ‘normal’ y yo hubiera aceptado eso, tal vez no me habría pasado horas leyendo libros o resolviendo problemas”, reflexiona.

A pesar de sus dificultades para relacionarse con otros niños, su madre insistió en que interactuara con los adultos que visitaban su casa. “Eso me sirvió muchísimo cuando empecé a trabajar en diferentes proyectos de software”, menciona.

Rebeldía y genialidad: El impulso de desafiar las normas

Desde joven, Gates sintió la necesidad de cuestionar lo establecido. Para él, la autoridad no era algo incuestionable, sino un punto de partida para explorar nuevas posibilidades.

“Uno de los grandes beneficios de la juventud es que puedes repensar todo desde cero”, explica. Esa actitud desafiante lo llevó a preguntarse si las soluciones existentes eran realmente las mejores o simplemente el resultado de una aceptación generalizada.

“Cuando la gente decía: ‘Este es el único modo de resolver este problema’, yo pensaba: ‘¿Realmente lo analizaron a fondo? ¿O simplemente aceptaron la idea?’”, recuerda. Ese pensamiento crítico fue clave en su camino hacia la innovación.

Su capacidad para ver más allá de lo evidente se amplificó cuando su amigo y futuro socio, Paul Allen, le mostró el potencial de los microprocesadores.

“Paul me decía: ‘Estos chips van a mejorar exponencialmente’”, relata Gates. Para muchos, aquella afirmación pasaba desapercibida, pero él comprendió de inmediato su impacto.

“Pensé: ‘Las implicaciones de esto son increíbles. ¿Cómo es que otros no lo ven? Vamos a demostrarles la magia que hay aquí cuando combinas estos chips con buen software’”, dice.

Esa intuición lo llevó a apostar por la programación en una época en la que la mayoría aún veía el hardware como el verdadero motor de la computación.

La innovación de Gates se
La innovación de Gates se potenció gracias a su amigo y socio Paul Allen, con quien fundaron Microsoft

El nacimiento de la revolución del software

En la década de los 70, cuando la industria tecnológica aún estaba enfocada en la fabricación de hardware, Gates tuvo una visión que cambiaría el rumbo de la computación: el verdadero valor no estaba en las máquinas, sino en el software que las haría funcionar.

“El hardware ha sido increíblemente habilitador, desde los chips hasta la fibra óptica y los dispositivos de almacenamiento”, reconoce.

Sin embargo, a diferencia de otros emprendedores de la época que querían fabricar computadoras personales, él vio una oportunidad distinta. “En mis conversaciones con Paul Allen, él decía: ‘Deberíamos construir nuestras propias computadoras personales’ y yo pensaba: ‘IBM y las compañías japonesas de electrónica van a dominar ese espacio’”, recuerda.

En lugar de competir en hardware, Gates apostó por el desarrollo de software como el elemento diferenciador.

“Tal vez lo más crítico sea la pieza del software. Si una empresa realmente lograba ser la mejor en ese aspecto, sería extremadamente valiosa”, explica.

Ese enfoque estratégico lo llevó a crear Microsoft, cimentando la idea de que el software debía ser independiente del hardware y accesible para múltiples fabricantes.

Su decisión resultó acertada: mientras que muchas compañías de hardware quedaron atrapadas en un mercado altamente competitivo, el dominio de Microsoft en el sector del software la convirtió en una de las empresas más influyentes de la historia.

Gates también reconoce que, con el tiempo, algunas compañías lograron combinar ambas áreas con éxito. “Hoy en día, empresas como Apple han hecho grandes cosas con el iPhone porque innovan tanto en hardware como en software”, señala.

Sin embargo, para Microsoft, el camino fue distinto: “Tuvimos que construir asociaciones con fabricantes de hardware y empresas de chips para lograrlo”.

A pesar de los diferentes enfoques, Gates está convencido de que su apuesta original por el software fue lo que realmente transformó la industria.

Juegos, estrategias y aprendizaje: La influencia de los juegos de cartas

A propósito de sus flamantes
A propósito de sus flamantes memorias, "Source Code: My Beginnings", Gates fue entrevistado para la revista estadounidense Interview por Walter Isaacson, el periodista y gran biógrafo, autor de bestsellers sobre las vidas de Kissinger, Steve Jobs y Elon Musk, entre otras (EFE/CLEMENS BILAN)

Desde su infancia, Gates encontró en los juegos de cartas una manera de desarrollar su pensamiento estratégico. “Cuando juegas por primera vez, nadie te dice que debes recordar las cartas que ya se jugaron”, explica.

Sin embargo, pronto se dio cuenta de que su abuela, con quien solía jugar regularmente, tenía una ventaja sobre él.

“Me preguntaba por qué ella nos ganaba todo el tiempo, hasta que entendí que tenía un sistema: recordaba qué cartas habían salido y eso le permitía tomar mejores decisiones”, recuerda.

Ese aprendizaje lo llevó a desarrollar su capacidad de análisis y previsión, habilidades que más tarde aplicaría al mundo de los negocios y la tecnología.

Con el tiempo, su pasión por los juegos de estrategia evolucionó y encontró en el bridge un desafío aún más complejo. “De todos los juegos de cartas, el bridge es el más fascinante”, dice.

Su interés por este juego se reavivó gracias a su amistad con Warren Buffett, quien también es un entusiasta de la disciplina. “A través de él, volví a jugar y me lo tomé bastante en serio. Todavía trato de ir al menos a un torneo nacional al año”, comenta.

Para Gates, el bridge no es solo un pasatiempo, sino una manera de ejercitar la mente y perfeccionar su capacidad para tomar decisiones basadas en información incompleta.

A diferencia del ajedrez, donde las computadoras han superado ampliamente a los humanos, Gates señala que el bridge sigue siendo un desafío sin resolver para la inteligencia artificial.

“Podría lograrse, al igual que en el ajedrez, pero nadie ha dedicado el tiempo suficiente para hacerlo”, reflexiona. En su opinión, la complejidad del bridge radica en la comunicación implícita entre los jugadores y la interpretación de señales, algo que todavía resulta difícil de replicar en los sistemas computacionales.

Así, lo que comenzó como un simple juego en su infancia terminó convirtiéndose en una herramienta clave en su forma de pensar y resolver problemas.

El futuro de la inteligencia artificial

Para Gates, la inteligencia artificial representa la transformación más profunda que la humanidad ha experimentado en el ámbito tecnológico. “Es la tecnología más trascendental porque impactará en toda la investigación científica y en muchas de las tareas que hoy requieren de humanos”, afirma.

Aunque ha sido testigo de revoluciones como la computación personal, la telefonía móvil y el internet, cree que la IA tendrá un alcance aún mayor.

“Por supuesto, la IA se construye sobre todas esas innovaciones previas, pero en cierto sentido, es más profunda, porque está creando inteligencia no humana”, explica.

Sin embargo, la velocidad y magnitud del cambio hacen que predecir el futuro de la IA sea un desafío. “Nunca hemos tenido algo como esto”, admite.

Gates señala que históricamente, los avances tecnológicos han generado más empleo en lugar de eliminarlo, pero la IA plantea preguntas sin precedentes.

“Siempre se ha dicho que la tecnología amplía el mercado laboral y que la gente sigue trabajando muchas horas, pero la IA no tiene límites en cuanto a sus capacidades”, reflexiona.

En su visión, uno de los efectos más positivos será la democratización del conocimiento y el acceso a servicios esenciales. “Hoy en día faltan médicos en África, expertos culturales, profesores… La IA podrá suplir muchas de esas carencias”, destaca.

Bill Gates considera a la
Bill Gates considera a la inteligencia artificial como la transformación tecnológica más profunda de la humanidad (Imagen Ilustrativa Infobae)

A largo plazo, Gates cree que la inteligencia artificial cambiará no solo la forma en que trabajamos, sino también la manera en que percibimos nuestro propósito.

“Por siglos, nuestras preocupaciones principales han sido producir suficiente comida, mantenernos saludables y evitar conflictos. Pero si la IA nos libera de muchas de esas limitaciones, tendremos que replantearnos en qué queremos invertir nuestro tiempo y cómo encontramos valor en nuestras vidas”, concluye.

Lecturas, cine, teatro y tenis

Aunque su vida ha estado marcada por la tecnología y los negocios, Gates también ha cultivado una profunda pasión por el arte, el entretenimiento y el deporte.

“Me encantan las películas”, dice, y una de sus favoritas es Spy Game (2001), protagonizada por Robert Redford y Brad Pitt. “Es una historia cuidadosamente construida; necesitas verla un par de veces para darte cuenta de lo meticulosamente armada que está”, explica.

Su amor por el cine se remonta a su juventud, cuando sus padres lo llevaban a ver obras en Broadway mientras estudiaba en Harvard. Además del cine y el teatro, también disfruta de la música, lo que complementa su interés por el aprendizaje en distintas disciplinas.

Otro de sus grandes pasatiempos es el tenis, un deporte que practica regularmente y que le permite desconectarse de sus responsabilidades diarias.

A pesar de su intensa rutina, siempre ha buscado un equilibrio entre el trabajo y la recreación. “Aunque probablemente leo más que la mayoría de las personas, también disfruto mucho otras formas de entretenimiento”, señala. Para Gates, estos espacios de ocio no solo son una manera de relajarse, sino también una fuente de inspiración y creatividad.

Su amor por los libros sigue siendo una parte fundamental de su vida. A través de su plataforma Gates Notes, comparte lecturas que lo han marcado y recomienda obras que considera valiosas.

“Siempre he disfrutado leer, y sigo haciéndolo tanto por aprendizaje como por placer”, comenta. A lo largo de los años, esta combinación de intereses ha moldeado su visión del mundo y su capacidad para innovar, demostrando que, más allá de la tecnología, Gates es una persona con una curiosidad inagotable por el conocimiento y la cultura.

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