Reid Hoffman, inversor fundador de OpenAI: “La gente tiene miedo a la IA porque no la usa tanto como debería”

En diálogo con Vanity Fair, el visionario empresario reflexiona sobre cómo la inteligencia artificial puede ayudar a la sociedad a adaptarse y superar los desafíos de un mundo en transformación

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Reid Hoffman describe la inteligencia
Reid Hoffman describe la inteligencia artificial como el núcleo de una “revolución industrial cognitiva” (AP)

“Hay dramatismo en ambos lados”, reflexiona Reid Hoffman, el empresario e inversor que cofundó LinkedIn y se posicionó como una figura clave en el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) al ser uno de los primeros inversores en OpenAI. En una entrevista reciente con Vanity Fair, Hoffman habló sobre su visión de la IA, a la que describe como el núcleo de una “revolución industrial cognitiva”. Sin embargo, reconoce que este avance no será sencillo. “Habrá partes dolorosas”, advierte.

Hoffman, quien recientemente publicó su libro Superagency: What Could Possibly Go Right With Our AI Future, insiste en que la clave para navegar este momento de transición radica en la acción colectiva y la participación masiva. “Solo podemos conseguir un futuro realmente positivo si nos dirigimos hacia él y no si tratamos de evitar los futuros que no nos gustan”, afirma con convicción.

La tecnología avanza a pasos agigantados, y las implicaciones de la IA generan tanto entusiasmo como temor. Hoffman lo ve de cerca: “Nos encontramos constantemente con una combinación de escepticismo y, hasta cierto punto, exageración. Algunos dicen que la IA resolverá el cambio climático en tres años, mientras otros piensan que los robots asesinos vendrán a por nosotros. Ninguno de estos escenarios es realista”.

La revolución industrial cognitiva

Reid Hoffman compara el impacto
Reid Hoffman compara el impacto de la inteligencia artificial con la Revolución Industrial

“Estamos en la revolución industrial cognitiva”, sentencia Reid Hoffman, trazando un paralelismo entre el impacto histórico de la Revolución Industrial y el avance de la inteligencia artificial. Para él, la IA tiene el potencial de transformar profundamente la economía, la sociedad y las relaciones laborales. Sin embargo, Hoffman no niega que el proceso será complicado: “Al igual que en la revolución industrial, habrá un montón de dificultades y períodos de transición”.

El empresario reconoce que muchos temen el reemplazo de empleos humanos por la automatización. “Habrá trabajos que serán reemplazados por ‘humanos más IA’ y otros simplemente por IA”, explica. Pero insiste en que el impacto no será solo negativo, destacando que los países que abrazaron la industrialización experimentaron un florecimiento social. “El crecimiento de las clases medias y la riqueza en la sociedad fue una consecuencia directa de la Revolución Industrial, y creo que lo mismo sucederá con esta revolución”.

A pesar de su optimismo, Hoffman señala que la humanidad tiene un historial complicado para adaptarse a los cambios tecnológicos. “Antes de la imprenta, no podías tener una sociedad moderna; pero, cuando se introdujo, casi un siglo de guerras religiosas siguió a su implementación”. En este sentido, subraya la importancia de planificar y gestionar adecuadamente la transición hacia un futuro donde la IA juegue un rol central.

“Las habilidades necesarias para una amplia variedad de trabajos van a evolucionar y cambiar”, asegura, pero también destaca que la IA puede ser parte de la solución. Según él, las herramientas de inteligencia artificial pueden ayudar a las personas a aprender nuevas habilidades y adaptarse a las transformaciones del mercado laboral. “La disrupción estará ahí, pero también las oportunidades. La clave es usar la IA para ayudar con la transición”.

IA y regulación: ¿progreso o resistencia?

Según Hoffman, intentar frenar la
Según Hoffman, intentar frenar la IA con regulaciones estrictas o prohibiciones puede generar estancamiento y resistencia

Para Reid Hoffman, el debate sobre la regulación de la inteligencia artificial es uno de los más complejos de nuestra era. “Una vez puestas en marcha, las nuevas tecnologías ejercen una gravedad propia”, afirma. Según él, intentar detener el avance de la IA mediante regulaciones estrictas o prohibiciones solo generará “estancamiento y resistencia”, justo en un momento en el que deberíamos estar avanzando hacia un futuro más prometedor.

Hoffman aboga por un enfoque equilibrado: no se trata de evitar la supervisión, sino de garantizar que esta no frene la innovación ni profundice desigualdades económicas. “Gran parte de la gobernanza tecnológica no consiste en que exista una agencia reguladora que diga qué características se pueden introducir. En realidad, la gobernanza se da de manera iterativa, con los usuarios, los gobiernos, la prensa y las comunidades actuando como redes interconectadas de responsabilidad”, explica.

No obstante, Hoffman admite que hay situaciones donde una regulación más estricta es necesaria, especialmente en áreas de alto riesgo. “Si hay algo que podría tener un impacto masivo en la sociedad, como el bioterrorismo o el cibercrimen, entonces es razonable intensificar la regulación”, dice. Para él, en estos casos, el costo de no actuar sería demasiado alto.

A pesar de las críticas al modelo actual de autorregulación tecnológica, Hoffman enfatiza que los desarrolladores de IA están trabajando arduamente para corregir errores. “Hay errores, pero la gran mayoría está esforzándose por evitar problemas graves y solucionar los menores”. Este tipo de gobernanza colaborativa, según él, ya está ayudando a moldear el desarrollo de la IA de una manera más responsable.

El temor al reemplazo laboral

Reid Hoffman afirma que el
Reid Hoffman afirma que el temor a que la inteligencia artificial reemplace empleos es fundado, pero no señala el fin de las oportunidades laborales (Imagen Ilustrativa Infobae)

El miedo a que la inteligencia artificial reemplace empleos humanos es uno de los temas más polémicos en torno a esta tecnología. Para Reid Hoffman, este temor no es infundado, pero tampoco significa el fin de las oportunidades laborales. “Habrá trabajos que serán reemplazados, eso es un hecho. Sin embargo, también surgirán nuevas oportunidades que antes eran impensables”, asegura.

Hoffman describe este momento como una etapa de transición, similar a lo que ocurrió durante la Revolución Industrial. “La naturaleza de ciertos trabajos cambiará, y muchas personas sentirán que ya no están calificadas para ellos”, admite. Sin embargo, sostiene que la clave estará en utilizar la IA como una herramienta de adaptación. “¿Puedes aprender cuáles son las nuevas habilidades necesarias? ¿Puedes encontrar un trabajo diferente? La IA puede ayudarte con cualquiera de esas cosas”.

En su opinión, la tecnología puede compensar parte de la disrupción que generará. “La IA podría enseñar nuevas habilidades, servir como asistente para aplicarlas y ayudar a las personas a encontrar trabajos que antes ni siquiera consideraban posibles”, explica. Hoffman confía en que, con la estrategia adecuada, la tecnología puede ser una aliada en lugar de una amenaza.

“Nosotros, como seres humanos, no siempre reaccionamos bien a estos períodos de cambio”, reconoce, refiriéndose al impacto inicial que la imprenta y otras revoluciones tecnológicas tuvieron en la sociedad. Sin embargo, insiste en que enfrentar los desafíos con imaginación y acción colectiva será crucial. “La disrupción estará ahí, pero las oportunidades también lo estarán. La clave es no paralizarnos por el miedo”.

Silicon Valley, Trump y el futuro político de la tecnología

Silicon Valley mantiene vínculos estrechos
Silicon Valley mantiene vínculos estrechos con figuras políticas como Donald Trump

La relación entre la industria tecnológica y el gobierno estadounidense fue objeto de debate en los últimos años, especialmente con la cercanía de algunos líderes de Silicon Valley a figuras como Donald Trump. Para Reid Hoffman, esta conexión no es necesariamente algo negativo. “Creo que es muy importante que el gobierno estadounidense esté estrechamente conectado con la industria tecnológica”, afirma. Según él, esta interacción es clave para garantizar el liderazgo del país en áreas como la inteligencia artificial, la fusión nuclear y otras innovaciones cruciales.

Hoffman, quien históricamente se alineó con el Partido Demócrata, no ve la cercanía entre algunos tecnólogos y Trump como una amenaza a la regulación de la industria. “En realidad, me preocupan más los gobiernos que son tan ignorantes en materia de tecnología que, por estar tan separados, toman decisiones equivocadas, incluyendo la regulación de formas realmente malas”, explica. Desde su perspectiva, un gobierno bien informado tiene más posibilidades de implementar regulaciones efectivas y beneficiosas para la sociedad.

La IA como herramienta para empoderar a las masas

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Reid Hoffman considera que el mayor problema de la inteligencia artificial es la falta de participación pública en su desarrollo (REUTERS)

Para Reid Hoffman, uno de los mayores problemas en torno a la inteligencia artificial no es la tecnología en sí, sino la falta de participación del público en su desarrollo y uso: “La gente habla mucho de la IA pero no la usa tanto como debería”. En su opinión, esto contribuye a la sensación de miedo e incertidumbre que rodea a esta revolución tecnológica.

Hoffman cree que la mejor forma de reducir el temor es experimentar con la IA de primera mano. “Parte de un truco que hago estos días es dejar mi teléfono sobre la mesa, iniciar un chatbot de IA y mostrar algunos ejemplos. La gente se da cuenta de que no necesita estar preparada, ni tomar un curso de certificación. Pueden empezar a jugar con la tecnología, involucrarse y explorarla”, cuenta. Según él, cuanto más se utilice la IA para resolver problemas cotidianos, más natural será su adopción.

El empresario insiste en que la IA está diseñada para grandes corporaciones o expertos en tecnología. “Deberíamos estar usándola para cosas reales, no solo para escribir un soneto o una receta de cena. Un periodista, por ejemplo, puede utilizarla para hacer investigaciones, poner a prueba ideas o buscar contraargumentos”, explica.

Más allá del uso personal, también ve un gran potencial en la forma en que la IA puede contribuir al crecimiento de la sociedad. “Siempre que se detecta un problema, la pregunta clave es: ¿se puede hacer que la tecnología sea también la solución?”, plantea. Desde su perspectiva, la inteligencia artificial puede ayudar en la educación, la capacitación laboral y la toma de decisiones estratégicas, reduciendo las brechas de acceso al conocimiento y generando nuevas oportunidades para todos.

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