Cómo el VPH logra escapar de las defensas, permanecer en el organismo y desarrollar tumores

Un estudio identificó el mecanismo que le permite al virus responsable de la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino y de garganta sobrevivir, pese a la acción del sistema inmune. Por qué aseguran que este hallazgo abre la puerta a nuevas estrategias para reforzar los tratamientos existentes

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El bloqueo de la proteína
El bloqueo de la proteína IL-23 potencia la eficacia de vacunas terapéuticas contra el cáncer de VPH16 (Imagen Ilustrativa Infobae)

El descubrimiento de una proteína que limita la acción de los linfocitos T abre nuevas perspectivas para quienes enfrentan tumores resistentes tras una infección viral.

El virus del papiloma humano tipo 16 (VPH16), responsable de la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino y casi el 90% de los cánceres de garganta asociados al VPH, mostró una capacidad inesperada para manipular el sistema inmunológico y favorecer el crecimiento tumoral.

Un estudio reciente de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC) identificó que el VPH16 provoca la producción de la proteína IL-23, que impide que las células inmunitarias ataquen el tumor de forma eficaz.

Los investigadores comprobaron que, al bloquear esta proteína en modelos animales y cultivos celulares, se potencia la respuesta de las vacunas terapéuticas experimentales, lo que abre nuevas posibilidades en el tratamiento del cáncer relacionado con el VPH.

El hallazgo de la USC
El hallazgo de la USC explica por qué las vacunas actuales contra el VPH no siempre logran eliminar los tumoreS (Imagen Ilustrativa Infobae)

En este contexto, los hallazgos más relevantes son:

  • La proteína IL-23 limita la defensa inmunológica
  • El bloqueo de IL-23 mejora la acción de vacunas terapéuticas
  • Los anticuerpos anti-IL-23 ya se emplean en tratamientos aprobados

IL-23 y la respuesta inmunitaria en cáncer de VPH16

El hallazgo, publicado en Journal for ImmunoTherapy of Cancer, explica una de las principales limitaciones de las vacunas terapéuticas en desarrollo para combatir el VPH, las cuales buscan activar los linfocitos T —células clave en la defensa— para destruir las células infectadas tras la exposición al virus.

Hasta ahora, su eficacia fue limitada. El equipo liderado por W. Martin Kast, Ph.D., de la Escuela de Medicina Keck de la USC, demostró que la presencia de IL-23 en el microambiente tumoral, inducida por las proteínas E6 y E7 del VPH16, reduce la capacidad de los linfocitos T para multiplicarse y eliminar células cancerosas.

El uso de anticuerpos anti-IL-23,
El uso de anticuerpos anti-IL-23, ya aprobados para otras enfermedades, abre nuevas vías para tratar el cáncer por VPH (Imagen Ilustrativa Infobae)

La investigación se centró en modelos animales y cultivos celulares. Los científicos implantaron tumores de VPH16 en ratones y aplicaron una vacuna terapéutica diseñada para estimular linfocitos T especializados.

Cuando estos linfocitos fueron expuestos a IL-23, su capacidad de enfrentarse al cáncer disminuyó. Sin embargo, al tratar a los ratones con anticuerpos que bloquean IL-23, se incrementó la cantidad de linfocitos T activos en torno al tumor, generando una respuesta inmunitaria más fuerte y una mayor supervivencia de los animales, sobre todo al combinar el bloqueo de IL-23 con la vacuna terapéutica.

Por ejemplo, en los experimentos observaron que los ratones a los que se les bloqueó IL-23 tuvieron muchos más linfocitos T activos, y los tumores se redujeron más rápidamente y de forma más duradera que en los ratones que no recibieron este bloqueo.

Potencial clínico de los anticuerpos anti-IL-23 y próximos pasos

El avance permite combinar terapias
El avance permite combinar terapias existentes para ofrecer tratamientos más efectivos y rápidos contra el cáncer asociado al VPH (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un aspecto relevante del estudio es el potencial de aplicación inmediata de los anticuerpos anti-IL-23. Estos medicamentos ya cuentan con la aprobación de la FDA en el tratamiento de enfermedades como la psoriasis, lo que podría facilitar su uso en combinación con vacunas terapéuticas contra el cáncer de VPH.

Kast destacó que el hecho de que estos anticuerpos estén aprobados para otras enfermedades hace que este nuevo enfoque sea muy prometedor, permitiendo acortar el tiempo necesario para que llegue a los pacientes.

El equipo de la Escuela de Medicina Keck investigó el mecanismo biológico con análisis de ARN y cromatina de las células tumorales, y confirmó que las proteínas E6 y E7 del VPH16 son responsables de la sobreproducción de IL-23.

La vacuna preventiva Gardasil-9 protege
La vacuna preventiva Gardasil-9 protege eficazmente, pero solo antes del contacto con el VPH (Imagen Ilustrativa Infobae)

Este avance ayuda a explicar por qué las vacunas terapéuticas actuales, aunque generan linfocitos T específicos contra el VPH, no logran siempre la eficacia esperada en ensayos clínicos. Según Kast, las vacunas sí inducen linfocitos T adecuados, pero no funcionan bien por la acción de IL-23, y ahora ya se comprende la causa.

Esto quiere decir que, personas que recibieron una vacuna terapéutica sin éxito podrían, en el futuro, beneficiarse si el tratamiento se combina con un anticuerpo anti-IL-23, ya que estos medicamentos podrían liberarse para atacar al tumor con más eficacia.

El VPH16 representa una seria amenaza para la salud pública, causando más de la mitad de los casos de cáncer de cuello uterino y cerca del 90% de los de garganta relacionados con el VPH.

La vacuna preventiva Gardasil-9 protege de forma eficaz, pero solo si se recibe antes del contacto con el virus. De allí, la importancia de desarrollar vacunas terapéuticas para personas que ya contraen VPH o tienen lesiones precancerosas.

El avance permite combinar terapias
El avance permite combinar terapias existentes para ofrecer tratamientos más efectivos y rápidos contra el cáncer asociado al VPH- (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, los investigadores de la Escuela de Medicina Keck consideran que el papel de IL-23 podría ser relevante en otros cánceres, como los de testículo y vejiga, donde también se detectan altos niveles de esta proteína.

Es por eso que piensan continuar sus estudios para determinar si el bloqueo de IL-23 puede servir en esos tipos de tumores y explorar diferentes estrategias terapéuticas con base en estos hallazgos.

De esta manera, una persona que haya padecido cáncer de vejiga, donde se detecte IL-23 elevada, podría en el futuro recibir uno de estos anticuerpos junto a una vacuna específica, siguiendo la ruta ya demostrada para el cáncer de cuello uterino y garganta vinculado a VPH.

Así, este avance permite pensar en tratamientos más efectivos y rápidos para quienes enfrentan cánceres asociados al virus, usando herramientas que ya existen en la medicina actual.