
¿Olvidaste las llaves otra vez? ¿Te resulta difícil recordar el nombre de alguien que acabas de conocer o lo que debías comprar? La memoria, ese valioso pero escurridizo recurso, suele fallar cuando menos se espera. Sin embargo, la neurociencia identificó seis estrategias, avaladas por investigaciones y especialistas, que pueden potenciar la capacidad de recordar.
Según National Geographic, estas técnicas cuentan con respaldo científico y fueron validadas por profesionales de universidades de Estados Unidos, quienes brindan recomendaciones prácticas para aplicarlas en la vida diaria.
Olvidar no constituye una deficiencia, sino una función adaptativa. Charan Ranganath, neurocientífico de la Universidad de California, explica que la memoria filtra información irrelevante para evitar la saturación mental. “No quieres llenar tu cerebro de desorden”, afirmó Ranganath para National Geographic. Este proceso prioriza los datos esenciales y permite que la mente permanezca despejada y abierta a nuevas experiencias.
Hábitos fundamentales: sueño, ejercicio y dieta
Previamente a cualquier técnica específica, los expertos insisten en la importancia de hábitos saludables como base para una óptima memoria. Michael Hasselmo, neurocientífico de la Universidad de Boston, indica que dormir lo necesario es clave, ya que el cerebro consolida lo aprendido y lo almacena a largo plazo durante el sueño.

El ejercicio físico regular y una alimentación equilibrada también mejoran el rendimiento cerebral y, en consecuencia, la capacidad de recordar. Estas rutinas favorecen el terreno para que las estrategias particulares resulten más eficaces.
Estrategias probadas para mejorar la memoria
1. Conexiones significativas y mnemotecnia
La primera estrategia consiste en otorgar significado a la información nueva. El cerebro retiene mejor aquello que relaciona con conocimientos previos o vivencias personales. Traducir un término a palabras propias o asociarlo con algo familiar mejora su retención. Al memorizar datos sin sentido propio, como números o fechas, la mnemotecnia es una aliada eficaz.

Por su parte, Daniel Willingham, psicólogo de la Universidad de Virginia, explica que acrónimos, rimas o canciones refuerzan la memoria. Ejemplos como “Mi muy culta madre acaba de servirnos fideos” permiten recordar el orden de los planetas. Imágenes vívidas y relatos transforman datos abstractos en escenas memorables.
2. Repetición espaciada y práctica de recuperación
La repetición espaciada resulta fundamental para quienes estudian o aprenden idiomas. Este método implica repasar información en intervalos crecientes, lo que facilita la consolidación de los recuerdos. Ranganath detalla que con el aprendizaje espaciado los recuerdos se desprenden de un contexto específico y se accede a ellos en cualquier situación.

La práctica de recuperación consiste en tratar de recordar los datos antes de buscarlos. En vez de releer pasivamente, conviene autoevaluarse y sacar la información de la memoria. Según Ranganath, “esforzarse por recordar algo antes de encontrar la respuesta puede darle al cerebro la oportunidad de reparar la memoria y formar las conexiones necesarias”.
Incluso intentar adivinar el nombre de una persona antes de confirmarlo puede evitar asociaciones incorrectas y fortalecer la retención.
3. Leer en voz alta: el efecto de producción
Otra técnica efectiva es leer o decir en voz alta aquello que se quiere recordar. Estudios citados por National Geographic muestran que esta práctica activa áreas motoras y auditivas, generando más conexiones neuronales y facilitando la recordación. Hasselmo indica que “cuantas más conexiones neuronales tenga un recuerdo con diferentes regiones del cerebro, más distintivo y fácil será recordarlo”.

Aunque el efecto de producción es útil para memorización a corto plazo—como una lista de compras—no resulta igual de eficaz con conceptos complejos. Una investigación demuestra que leer en voz alta mejora la memoria, pero no necesariamente la comprensión. Los expertos recomiendan emplearla para datos puntuales y combinarla con otros métodos para objetivos duraderos.
4. Integrar los sentidos en el aprendizaje
La cuarta técnica consiste en vincular los sentidos con la información. Ranganath explica que al atender detalles sensoriales, como colores, sonidos y olores, se forjan recuerdos más intensos y duraderos.

Observar los elementos singulares en el entorno al guardar las llaves puede ayudar a recordarlas después. Hasselmo añade que “una imagen visual rica con un recuerdo específico aumenta el número de neuronas activadas y de sinapsis modificadas”. La integración sensorial refuerza el recuerdo de momentos personales y experiencias importantes.
5. Método de los loci: el palacio de la memoria
Este método clásico, ampliamente usado por atletas de la memoria, consiste en imaginar un entorno familiar, como una casa, y situar cada elemento que se desea recordar en un lugar concreto. Hasselmo menciona que “si el objetivo es memorizar una lista o material para un discurso, el método de loci es probablemente la forma más fácil de hacerlo”.
La eficacia radica en crear asociaciones inusuales para cada elemento. Para recordar una lista con bananas, espárragos y hielo, se podría imaginar lanzando la banana contra la puerta, dejando los espárragos en las escaleras y situando el hielo en la cama.

Al recorrer mentalmente ese espacio, los datos emergen con facilidad. Según National Geographic, este método aprovecha la capacidad del hipocampo para gestionar la memoria y la orientación espacial. Ranganath considera que su efectividad aún no está completamente demostrada, ya que consiste en otra forma de estructurar y dar significado a la información. Willingham coincide: “simplemente te da un marco” para organizar los recuerdos.
6. Crear recuerdos de forma intencional
Para quienes desean recordar acontecimientos importantes de manera fácil, Ranganath aconseja reflexionar previamente sobre lo que se espera obtener de la experiencia. De esta manera, resulta más sencillo enfocarse en las emociones y detalles del momento.

Ranganath señala que “a menudo vas a una fiesta y esperas guardar recuerdos gratis. Y así no es como funcionan las cosas”, según declaraciones recogidas por National Geographic. Pensar de antemano en los aspectos a recordar permite vivir la experiencia con mayor intensidad y favorecer la formación de memorias duraderas.
La memoria no es un proceso pasivo, sino una capacidad susceptible de entrenamiento y mejora mediante técnicas validadas por la ciencia. Desde las conexiones significativas hasta la creación intencional de recuerdos, los especialistas ofrecen herramientas prácticas para potenciar nuestro recuerdo y aplicarlas en la vida diaria.
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