
¿Y si una simple señal eléctrica aplicada en la espalda pudiera acelerar la conexión entre mente y máquina? Nuevas investigaciones están revelando que la clave para mejorar la tecnología asistida no está solo en el cerebro, sino también en la columna vertebral.
Según los últimos avances, un impulso eléctrico suave en la espalda podría cambiar la forma en que las personas aprenden a controlar dispositivos con la mente. Investigadores de la Universidad de Texas en Austin descubrieron que una pequeña estimulación no invasiva en la columna vertebral puede reducir a la mitad el tiempo necesario para aprender a usar una interfaz cerebro-computadora (BCI). Este avance podría ser clave para ayudar a personas con discapacidad a recuperar autonomía usando tecnología asistida.
Según explicó la institución, este descubrimiento abre nuevas oportunidades para personas con dificultades para moverse, ya que haría más fácil y eficaz el uso de sistemas que permiten controlar sillas de ruedas o brazos robóticos solo con el pensamiento.
Qué es una interfaz cerebro-computadora y su uso actual
Las interfaces cerebro-computadora, o BCI por sus siglas en inglés, son sistemas que conectan el cerebro con dispositivos externos, captando las señales que este emite y que indican intención de movimiento y transformándolas en órdenes para una máquina.
La Universidad de Texas en Austin explicó que estas interfaces se basan en ciertos patrones de actividad cerebral, llamados ritmos sensoriomotores, que aparecen cuando una persona imagina mover alguna parte del cuerpo, como una mano o una pierna. Esto hace posible que personas con parálisis o movilidad reducida puedan, por ejemplo, manejar una silla de ruedas con el pensamiento.

El problema es que aprender a usar una BCI puede ser difícil y llevar mucho tiempo. Algunas personas necesitan muchas sesiones de entrenamiento para lograrlo, y otras directamente no lo consiguen. Esta dificultad limitó mucho el uso de esta tecnología, sobre todo en quienes tienen más obstáculos neurológicos o de aprendizaje.
La técnica de estimulación espinal eléctrica transcutánea
El equipo desarrolló un método llamado estimulación espinal eléctrica transcutánea, que consiste en enviar suaves impulsos eléctricos a la médula espinal usando electrodos colocados sobre la piel, sin necesidad de cirugía.
Según explicó la universidad, esta estimulación hace que ciertas zonas del cerebro se “relajen” por un momento. Eso permite que las señales cerebrales relacionadas con el movimiento se vuelvan más claras y estables. Este efecto, que los científicos llaman “preparación previa”, ayuda a las personas a generar señales mentales más fuertes y constantes. Así, la BCI puede entender mejor qué quiere hacer el usuario.
Hussein Alawieh, el principal autor del estudio y exalumno del laboratorio de José del R. Millán, lo explicó así: “La estimulación espinal ayuda al cerebro a eliminar el ruido y enfocarse en las señales más importantes para controlar la BCI. Esto hace que el aprendizaje sea más rápido y efectivo”, según publicó la Universidad de Texas en Austin.
Detalles del estudio: participantes, metodología y protocolo

El estudio, que se publicó en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, se hizo con 22 personas: veinte sin problemas de movilidad y dos con lesiones en la médula espinal. Se formaron dos grupos: uno recibió la estimulación espinal antes de cada práctica con la BCI, y el otro solo descansó.
El ejercicio consistía en entrenar a las personas para que movieran una mano usando solo su mente, a través del sistema BCI. El grupo estimulado recibió los impulsos eléctricos justo antes de cada sesión, lo que permitió a los investigadores comparar resultados con el grupo que no fue estimulado.
También probaron la técnica en personas que antes no habían logrado aprender a usar la BCI con los métodos tradicionales. Después de recibir la estimulación, todos lograron manejar el sistema, lo que muestra que esta técnica podría ayudar incluso a quienes tienen más dificultad para aprender.
Resultados principales: velocidad de aprendizaje, precisión y efectos duraderos
Los resultados fueron muy positivos. Las personas que recibieron la estimulación aprendieron a usar la BCI en solo dos sesiones, mientras que el grupo sin estimulación necesitó cinco. Es decir, aprendieron el doble de rápido.
Además, quienes fueron estimulados lograron un control más preciso del sistema, ya que sus señales cerebrales eran más fuertes y enfocadas. Los beneficios no desaparecieron rápido: se mantuvieron por lo menos durante una semana después del entrenamiento.

Según la Universidad de Texas en Austin, incluso aquellas personas que antes no podían usar la BCI lograron hacerlo gracias a esta técnica. Esto abre la posibilidad de que muchas más personas, incluso aquellas con más limitaciones, puedan beneficiarse de esta tecnología.
Impacto potencial: rehabilitación, plasticidad cerebral y ampliación de usuarios
La estimulación espinal no solo sirve para aprender más rápido. Los investigadores creen que se podría usar en programas de recuperación para personas que han tenido accidentes cerebrovasculares o que tienen otras discapacidades motoras. Las BCI ya ayudan a muchas personas a recuperar independencia, y si el aprendizaje se hace más fácil, más gente podrá usarlas.
Además, se sabe que las BCI estimulan la plasticidad cerebral, es decir, la capacidad del cerebro de adaptarse y formar nuevas conexiones. Esto es muy importante para recuperarse después de una lesión. Si una persona aprende más rápido a usar la BCI, eso también puede mejorar su recuperación.
El estudio se enfocó en movimientos simples de la mano, pero los científicos creen que esta técnica podría aplicarse a tareas más complejas, como manejar brazos robóticos que se muevan en varias direcciones. También planean probarla en personas con enfermedades neurológicas más graves.

Perspectivas futuras y declaraciones de los autores
Los científicos creen que la estimulación espinal eléctrica transcutánea podría cambiar la forma en que se usan las BCI en hospitales o centros de rehabilitación.
José del R. Millán, profesor en el Departamento de Ingeniería Eléctrica y del Departamento de Neurología, dijo: “Cuando usamos esta estimulación para preparar el cerebro, no solo aprendemos más rápido, también ayudamos a quienes antes no podían usar la BCI a lograrlo”.
Por su parte, Hussein Alawieh comparó el efecto con “ajustar una radio para que capte bien la señal”, destacando que esta técnica permite al cerebro enfocarse en las señales que realmente importan para manejar el sistema.
Un objetivo de impacto social
Los investigadores tienen una meta clara: “Queremos mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidades motoras”, dijo Millán, según la Universidad de Texas en Austin. El profesor remarcó que esta tecnología puede marcar una diferencia real, desde ayudar a alguien a mover un brazo, hasta permitir que controle una silla de ruedas con la mente.
Gracias a que acelera y facilita el aprendizaje, la estimulación espinal no invasiva podría convertirse en una herramienta clave para aumentar la autonomía de muchas personas que lo necesitan.
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