El ADN reveló secretos de las antiguas estructuras familiares en Eurasia

Las investigaciones recientes desvelaron sorprendentes patrones sociales de la antigüedad a través del análisis biológico. The Economist compartió los resultados sobre la comprensión de familias y comunidades en Europa y Asia Central

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El análisis del ADN transforma
El análisis del ADN transforma el entendimiento de estructuras familiares prehistóricas en Eurasia (Imagen Ilustrativa Infobae)

El análisis del ADN continúa demostrando ser una herramienta clave para reconstruir las historias olvidadas de la humanidad. Si bien su aplicación fue fundamental en el rastreo de migraciones y evoluciones biológicas, una de las áreas más novedosas que generó sorprendentes revelaciones es el estudio de las estructuras familiares y las relaciones sociales de épocas pasadas. Debido a esto, el portal The Economist difundió los avances más recientes.

Las investigaciones actuales están utilizando el ADN para desentrañar las complejas dinámicas de las antiguas sociedades, revelando patrones de poligamia, matrimonios entre diferentes comunidades y otros aspectos de la organización social que antes solo podían ser especulados. Los estudios en Eurasia, especialmente en regiones como Europa Central y Asia, están transformando nuestra comprensión sobre cómo se estructuraban las familias en tiempos remotos.

Las investigaciones en Eurasia descubrieron
Las investigaciones en Eurasia descubrieron una genealogía compleja que abarca múltiples generaciones (Pinterest)

Análisis de ADN e impacto en la historia humana

Durante años, el análisis genético sirvió como una ventana hacia el pasado remoto de la humanidad. Desde el rastreo de las primeras migraciones africanas hasta la evidencia de la convivencia entre Homo sapiens y otras especies humanas extintas, el ADN permitió trazar la evolución de nuestra especie.

Pero el análisis de linajes, antes limitado a los estudios de ADN mitocondrial (heredado solo de la madre) y cromosomas “Y” (heredados del padre), dio paso a un enfoque más completo, permitiendo rastrear los bloques de cromosomas que se intercambian entre generaciones durante la formación de células sexuales. Esto posibilitó un análisis más detallado de la ascendencia de individuos, revelando conexiones familiares más amplias y complejas de las que se pensaba.

Influencia de Maïté Rivollat y otros estudios

Una de las investigaciones más significativas en este campo es la realizada por Maïté Rivollat, antropóloga de la Universidad de Burdeos (Francia), quien presentó sus hallazgos en una conferencia de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Rivollat fue parte de una serie de revisiones que analizan sitios arqueológicos en Europa para entender mejor las estructuras familiares de las comunidades prehistóricas.

A través de la investigación genética de esqueletos de diferentes épocas, el equipo de Rivollat logró reconstruir complejas redes de parentesco, permitiendo una visión más detallada de las interacciones familiares en el pasado.

Entre los sitios investigados se encuentra Gurgy, una aldea en el centro de Francia, donde el análisis de 110 esqueletos reveló una extensa genealogía que abarcó hasta siete generaciones. Estos estudios, que antes se limitaban a la identificación de linajes directos, ahora permiten trazar conexiones entre distintas comunidades a través de los matrimonios y alianzas entre familias.

Los análisis genéticos liderados por
Los análisis genéticos liderados por Maïté Rivollat, desentraña las estructuras sociales europeas antiguas (INRAP)

Transformaciones sociales a lo largo del tiempo

Los primeros abordajes científicos, centrados en los periodos neolíticos y de la Edad del Bronce, muestran una predominancia de sistemas patriarcales, donde los hombres controlaban las estructuras familiares. Por ejemplo, en el Lech Valley (Alemania), se hallaron varias unidades familiares que involucraban hasta cinco generaciones, en las que se observó que las mujeres provenían de comunidades distantes, a veces viajando más de 350 kilómetros para unirse a estas familias.

Aunque con el paso de los siglos, las dinámicas sociales comenzaron a cambiar. En el periodo comprendido entre el 600 a.C. y el 200 a.C. en el suroeste de Alemania, los análisis revelaron que, en lugar de ser las mujeres las que se desplazaban, fueron los hombres quienes viajaban para casarse con mujeres de otras comunidades.

Importancia de los estudios en Eurasia

Los avances más espectaculares en la aplicación de genoma para entender las estructuras familiares provienen de sitios en Hungría y Mongolia. En Rákóczifalva (Hungría), un cementerio usado entre los siglos VI y VIII por los Avaros -antigua tribu nómada de Asia Central-, se descubrió una red intrincada de linajes familiares.

El estudio de alrededor de 300 individuos permitió identificar hasta nueve sub-pedigríes conectados entre sí, algunos de los cuales se extendían a lo largo de nueve generaciones. Este tipo de red genealógica compleja no solo ayuda a comprender mejor la organización social de los Avaros, sino también las interacciones entre diferentes grupos con el pasar del tiempo.

Por otro lado, en Mongolia, un hallazgo datado de 2900 a.C. reveló el ADN de una mujer cuya ascendencia podía rastrearse hasta 1.400 km de distancia, en lo que actualmente es Rusia. Este descubrimiento sugiere un alcance aún mayor de las redes familiares y cómo las personas, incluso en épocas remotas, mantenían conexiones extendidas a través de vastas distancias.

Próximos en Centroamérica buscan revelar
Próximos en Centroamérica buscan revelar vínculos familiares de civilizaciones precolombinas (EFE/ Martha Esther Huan)

Investigaciones en otras regiones

Aunque los estudios de ADN en Eurasia dominaron el campo de la arqueología genética, hay indicios de que esta tendencia podría expandirse a otras regiones. Los científicos están comenzando a explorar nuevas áreas, como Centroamérica, en busca de información genética sobre las civilizaciones precolombinas, en especial los mayas.

Estos estudios prometen arrojar nuevos datos sobre las estructuras familiares y las relaciones interpersonales en otras culturas antiguas, ampliando así el alcance de la comprensión sobre cómo las sociedades humanas se organizaban en el pasado.

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