Noland Arbaugh, el primer ser humano en recibir el implante cerebro-computadora de Neuralink: “Esta tecnología cambiará el mundo”

En una entrevista con The Guardian, Noland comentó que el implante lo conectó con el mundo virtual y físico de formas nunca antes vistas

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Noland Arbaugh es el primer
Noland Arbaugh es el primer ser humano en recibir un implante cerebral desarrollado por Neuralink (Neuralink)

“Me voló la cabeza. Solo ese pequeño sabor me hizo darme cuenta de que esta tecnología va a cambiar el mundo.”

Con estas palabras, Noland Arbaugh, el primer ser humano en recibir un implante cerebral de Neuralink, describe su experiencia al controlar una computadora solo con su mente.

En una entrevista con The Guardian, Arbaugh relató cómo su vida cambió radicalmente tras un accidente en 2016 que lo dejó tetrapléjico.

Ocho años después, tomó la arriesgada decisión de someterse a una cirugía pionera para implantar el chip N1, desarrollado por la empresa de Elon Musk.

“Mi cerebro es la última parte de mí mismo sobre la que realmente siento que tengo control”, confesó antes de la operación.

Desde su casa en Yuma, Arizona, Arbaugh mostró el impacto del implante: navegar por Internet, enviar mensajes y jugar videojuegos sin mover un solo músculo.

“A veces olvido lo impresionante que es, porque es muy natural para mí”, comentó. Sin embargo, la historia de Neuralink no es solo una de innovación tecnológica, sino también de dilemas éticos y cuestionamientos sobre el futuro de la humanidad.

El accidente que cambió su vida

“Nunca sabes lo que vas a hacer en esas situaciones de alto estrés. Descubrí ese día que es difícil sacudirme. Estoy muy, muy tranquilo bajo presión.”

Así recuerda Noland Arbaugh el momento en que su vida cambió para siempre. En junio de 2016, con solo 22 años, sufrió un accidente mientras nadaba en un lago en Nueva York.

Aunque no recuerda exactamente qué ocurrió, cree que un amigo lo golpeó accidentalmente en la cabeza mientras se sumergían.

Cuando despertó boca abajo en el agua, sin poder moverse ni respirar, supo de inmediato que estaba paralizado.

A pesar de la gravedad de la situación, Arbaugh no entró en pánico. “No sentí miedo en absoluto”, contó en la entrevista con The Guardian. Su lesión, a la altura de la cuarta y quinta vértebra, lo dejó tetrapléjico.

Aunque los médicos tenían esperanzas de que recuperara algo de movilidad, con el tiempo quedó claro que su condición sería permanente. “Tuve mucha suerte de no estar ventilado durante toda mi vida”, reflexionó. “Tuve mucha suerte de no tener una lesión cerebral traumática.”

Antes del accidente, Arbaugh era un joven activo. Jugaba fútbol, baloncesto, rugby y golf, además de tocar el bajo en una banda de rock. Sin embargo, tras quedar paralizado, su vida cambió drásticamente.

“Tengo que depender de mi familia para todo: para darme una ducha, para ayudarme a defecar y orinar.” Esta dependencia fue uno de los mayores desafíos que enfrentó en su nueva realidad.

La decisión de probar Neuralink

Noland Arbaugh describió a Elon
Noland Arbaugh describió a Elon Musk como "uno de los hombres más impresionantes" al conocer Neuralink (Ingrassia/Victor Edgardo)

“Es uno de los hombres más impresionantes que se involucraron en mi vida.” Así describió Noland Arbaugh a Elon Musk cuando supo por primera vez de Neuralink.

Fue en septiembre de 2023 cuando un amigo, gran admirador del empresario, lo llamó emocionado para contarle que la compañía había abierto su convocatoria para ensayos en humanos.

“Cuando vio que las pruebas humanas se habían abierto, lo primero que hizo fue llamarme.”

Hasta ese momento, Arbaugh sabía poco sobre la tecnología de interfaz cerebro-computadora, pero la posibilidad de recuperar cierta autonomía lo convenció de aplicar de inmediato.

“Nos preguntaron si teníamos alguna inquietud, pregunta, duda o algo”, recordó su madre, Mia, quien también participó en el proceso de selección.

Las pruebas fueron exhaustivas: escáneres cerebrales, análisis médicos y evaluaciones psicológicas.

Después de varias rondas de entrevistas, en enero de 2024 recibió la confirmación de que sería el primer humano en recibir el implante.

A pesar de la incertidumbre, Arbaugh se sintió en paz con su decisión. “Soy bueno acostándome allí y pensando en todos los escenarios posibles”, dijo.

La cirugía implicaba riesgos serios, pero él lo tenía claro: “Si tengo algún tipo de lesión cerebral, entonces ya no quiero vivir con ustedes, quiero que me pongan en un hogar.”

Para su madre, sin embargo, fue difícil contener la preocupación: “Me puse nerviosa, porque él ya pasó por mucho.”

La cirugía y el implante cerebral

El 29 de enero de 2024, Noland Arbaugh se convirtió en el primer humano en recibir un implante de Neuralink.

La cirugía, realizada en el Instituto Neurológico Barrow, duró menos de dos horas. “Sacaron un pedazo de mi cráneo y luego lo reemplazaron con el chip”, explicó.

Aunque Elon Musk no pudo asistir en persona, hicieron una videollamada antes de la operación. “Me dijo: ‘Vas a hacer historia’.”

Cuando despertó, el equipo de Neuralink activó el implante y esperó los primeros resultados. “Estaba tratando de mover el dedo, como lo había hecho un millón de veces, y vi una gran púa amarilla en la pantalla.”

En ese momento, los ingenieros rompieron en aplausos y algunos incluso lloraron. La conexión entre su cerebro y la computadora era real.

Musk llegó poco después para felicitarlo. Aunque aún estaba aturdido por la anestesia, Arbaugh recuerda que el empresario le agradeció su valentía.

“Es un tipo normal, mucho más impresionante y un poco más excéntrico”, comentó con una sonrisa. Para él, era el comienzo de algo que “iba a cambiar el mundo.”

El futuro de Neuralink y qué sigue para Noland

Neuralink transformó la vida de
Neuralink transformó la vida de Noland Arbaugh, abriendo perspectivas tecnológicas (REUTERS)

Para Noland Arbaugh, el implante de Neuralink fue una revolución en su vida, pero también una ventana al futuro de la tecnología.

“Solo ese pequeño sabor me hizo darme cuenta de que esta tecnología va a cambiar el mundo.” Sin embargo, es consciente de los dilemas que plantea.

“Control mental, control corporal... Podrías hacer que la gente vea cualquier cosa, experimente diferentes sentimientos, emociones, alucinaciones.”

A pesar de las incertidumbres, Arbaugh mira hacia adelante con entusiasmo. Sueña con un mundo en el que su implante pueda conectarse a un auto Tesla o incluso al robot humanoide Optimus para recuperar más autonomía. “Me daría la posibilidad de tener un cuidador las 24 horas que pueda controlar.”

Mientras tanto, quiere aprovechar su experiencia para ayudar a otros y explorar nuevas oportunidades.

Le gustaría completar su carrera universitaria y convertirse en un defensor de la comunidad BCI (interfaz cerebro-computadora). Sin embargo, una pregunta sigue en el aire: ¿qué pasará cuando termine el estudio con Neuralink?

La empresa podría quitarle el implante o simplemente apagarlo. “No pueden prometerme nada”, admitió.

Aun así, mantiene su optimismo. “Estoy contento con mi suerte en la vida. Lo era antes de Neuralink, y lo volveré a ser después. Encontraré una manera.”

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