
Un hallazgo científico planteó que aprender a tocar música puede mejorar la función cerebral de adultos de más de 60 años. La investigación fue publicada en la revista Royal Society of Open Science.
El trabajo fue desarrollado por la Universidad de Sheffield junto a la Western Sydney University. Durante 12 meses, investigadores liderados por la Dra. Jennifer MacRitchie analizaron a personas sin experiencia previa en instrumentos musicales. Su objetivo principal fue medir cómo diferentes métodos de enseñanza musical inciden sobre la memoria, la atención y la agudeza mental en personas de edad avanzada.
El aprendizaje musical, tanto a través de la improvisación como de la replicación de melodías, produjo mejoras observables en la función cerebral. Sin embargo, la improvisación —la creación de melodías propias durante la clase— generó resultados especialmente favorables. “Nuestro estudio suma evidencia de que aprender a tocar un instrumento en la vejez — incluso sin experiencia previa — puede mejorar la función cerebral”, afirmó la Dra. MacRitchie.

Improvisar potencia el cerebro y facilita el acceso
El equipo científico comparó dos formas de aprendizaje: improvisar música, impulsando la creatividad y la espontaneidad, y replicar melodías siguiendo modelos o partituras. Ambos métodos resultaron positivos, pero la improvisación mostró un mayor impacto en las funciones cognitivas y en el desarrollo de habilidades motoras asociadas.
La especialista detalló: “Hemos evidenciado un vínculo directo entre el avance en habilidades musicales y la mejoría en capacidades cognitivas generales”. El hecho de que la improvisación no exija memorizar secuencias largas ni depender de la repetición hace que muchas personas mayores puedan sumarse a la práctica musical sin miedo al olvido, lo que favorece la motivación y el bienestar.

Instrumentos digitales y tradicionales: mismo beneficio, mayor inclusión
La investigación también evaluó la efectividad de diferentes soportes para el aprendizaje musical. Así, algunos participantes practicaron con piano real y otros utilizaron una aplicación digital. No se registraron diferencias en los beneficios cognitivos alcanzados en ambas modalidades. Esta constatación derriba barreras tecnológicas y promueve el acceso de mayores a la música, incluso para quienes no disponen de un instrumento tradicional.
El impacto demostrado radica en la metodología de la enseñanza y no en el tipo de instrumento, señala el estudio.
Más allá del entretenimiento: música como salud mental
El vínculo entre música y bienestar cognitivo ya había sido estudiado, en especial en relación al llamado efecto cocktail party (la capacidad de seguir conversaciones en ambientes ruidosos) y la coordinación motora. No obstante, la investigación liderada por MacRitchie marca un punto de inflexión al mostrar que personas adultas sin antecedentes musicales pueden experimentar mejoras medibles tras un año de práctica regular.

“Observamos que el progreso en el aprendizaje musical se reflejaba en otras áreas del pensamiento y la memoria”, indicó la especialista. Estas conclusiones ofrecen fundamentos para que instituciones, centros de día y profesionales de la salud incorporen la música como un recurso prioritario en programas de envejecimiento activo.
El equipo de la Universidad de Sheffield recomienda rediseñar los programas de educación musical para adultos mayores, priorizando la creatividad, la improvisación y el acceso a herramientas digitales. “La diferencia significativa está en la metodología aplicada y no en el tipo de instrumento utilizado”, sostuvo la Dra. MacRitchie.
La evidencia científica refuerza la idea de que nunca es tarde para aprender. La música —y en particular la posibilidad de improvisar— representa una herramienta eficaz y accesible para fortalecer el cerebro y mejorar la calidad de vida.
“El entrenamiento musical como intervención cognitiva a lo largo de la vida ha recibido diversa atención últimamente, con evidencia correlacional que sugiere que existe una ventaja para los músicos al llegar a la adultez mayor, particularmente para el habla en ruido y beneficios cognitivos generales”, escribieron los autores.
Últimas Noticias
El microbioma intestinal influye en la salud digestiva y general: claves para fortalecerlo
Hábitos saludables y otras medidas, como el uso moderado y supervisado de antibióticos, son fundamentales para lograr este objetivo

De nanocuerpos a antivenenos “inteligentes”: cómo se desarrollan antídotos más seguros y rápidos para mordeduras de serpiente
Frente a los riesgos y limitaciones de los tratamientos clásicos, la investigación científica abre paso a nuevas estrategias que prometen mejorar el acceso, la seguridad y la respuesta ante incidentes en regiones vulnerables

¿Toser ante un paro cardíaco? La verdad detrás del mito y qué funciona realmente ante una emergencia
Expertos consultados por Sportlife alertan sobre los riesgos de creer en tendencias populares y su impacto negativo en el organismo. La importancia de optar por estrategias respaldadas por instituciones reconocidas, según la Asociación Estadounidense del Corazón

El Alzheimer podría ser una consecuencia de antiguas defensas del cuerpo contra las infecciones
Así lo planteó un estudio del Hospital General Brigham de Massachusetts, asociado a Harvard

Nuevos datos señalan que el aspartamo presente en golosinas y gaseosas podría afectar la salud cardiovascular
Científicos advierten que el popular edulcorante podría alterar genes y proteínas clave. Por qué los resultados reavivan la discusión sobre los posibles efectos secundarios de consumir productos sin azúcar




