
En los últimos años, el ayuno intermitente se instaló como una de las tendencias más populares entre quienes buscan perder peso y mejorar su salud. Esta práctica propone alternar períodos del día en los que se permite comer con otros de ayuno total, manejando diferentes modalidades.
Aunque sus raíces se remontan a tradiciones ancestrales y algunos estudios preliminares muestran efectos positivos, la evidencia definitiva sobre sus beneficios y riesgos a largo plazo aún es materia de debate entre especialistas. Incluso, un interrogante se suma a la ecuación: ¿es mejor que la dieta mediterránea?
Un nuevo estudio pone la lupa sobre la relación entre el ayuno y el corazón
Recientemente, un equipo de investigadores de Estados Unidos analizó datos provenientes del National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES), un estudio de referencia que releva la salud y los hábitos alimentarios de la población adulta.
Evaluaron a casi 20.000 adultos, de promedio 52 años, a partir de dos recordatorios de lo consumido en 24 horas, lo que permitió identificar la ventana horaria diaria destinada a comer y agrupar a los participantes según su duración: menos de 8 horas, entre 8 y 10, 10 y 12, 12 y 14, 14 y 16 y más de 16.

Los resultados, publicados en la revista Diabetes & Metabolic Syndrome: Clinical Research & Reviews, revelaron que quienes concentraron sus comidas en menos de ocho horas al día presentaron un riesgo de morir por enfermedad cardíaca un 135% mayor, comparados con quienes distribuían la ingesta en 12 a 14 horas. Esta asociación persistió incluso entre quienes tenían antecedentes de diabetes o enfermedades del corazón.
Qué otras conclusiones deja la investigación
El estudio no halló diferencias de riesgo según nivel socioeconómico, raza o hábito tabáquico, y tampoco observó una relación significativa entre el ayuno intermitente y la mortalidad general o por cáncer.
Si bien uno de los modelos mostró un aumento del 40% en el riesgo de muerte por cualquier causa para quienes ingerían alimentos durante menos de ocho horas diarias, ese resultado no se confirmó tras sucesivos análisis de control.
Los autores destacaron las limitaciones de su trabajo: los hábitos alimentarios se estimaron con apenas dos registros de 24 horas y no fue posible identificar en qué momento del día se realizaba la ingesta, un factor que podría afectar los resultados.

Además, subrayaron la necesidad de nuevos ensayos con mayor profundidad y seguimiento a largo plazo para determinar si la ventana alimentaria breve es la responsable directa de estos riesgos o si intervienen otros factores.
El ayuno intermitente Vs. dieta mediterránea
Más allá del ayuno intermitente, distintos enfoques alimentarios han sido estudiados por su relación con la salud del corazón. En ese tono, la dieta mediterránea se ha vinculado con menor riesgo cardiovascular en numerosos estudios, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este plan de alimentación, según Mayo Clinic, se sostiene como un patrón alimentario saludable para el corazón basado en el consumo predominante de vegetales, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y aceite de oliva.

Este enfoque, que surgió de la observación de bajas tasas de mortalidad por enfermedad cardiovascular en países del Mediterráneo, ha sido ampliamente respaldado por estudios recientes asociados a una reducción de factores de riesgo como colesterol y presión arterial altos.
Desde Mayo Clinic enfatizan la importancia de adoptar el modelo de la dieta mediterránea como un estilo de vida, más allá de una dieta restrictiva, y su recomendación cuenta con el aval de la Organización Mundial de la Salud.
Entre sus características principales, la dieta mediterránea prioriza las grasas insaturadas provenientes de fuentes vegetales y marinas, limita el consumo de carne roja y productos ultraprocesados, y recomienda la ingesta regular de pescado rico en omega-3, frutas, huevos, aves y lácteos en porciones moderadas.
Mayo Clinic señala que mantener este patrón a largo plazo es fundamental para el cuidado cardiovascular y destaca que la calidad y variedad de los alimentos son componentes esenciales para el bienestar sostenido.
Cómo el ayuno se compara con otras dietas

Por su parte, la dieta DASH destaca por el consumo abundante de frutas, verduras, lácteos descremados, cereales integrales y bajo contenido de sodio.
También el vegetarianismo, al enfatizar alimentos de origen vegetal y limitar o evitar la carne, ha mostrado efectos beneficiosos en ciertos parámetros cardiovasculares, según consignó la Asociación Americana del Corazón (AHA).
Estas estrategias, a diferencia del ayuno, priorizan la calidad y variedad de los alimentos, más que el horario de consumo. Incluso la restricción calórica continua—reducir la cantidad total de calorías, sin restringir horarios—ha demostrado, en ensayos clínicos, efectos comparables al ayuno intermitente en cuanto a pérdida de peso y mejora de factores de riesgo cardiometabólico.
El desafío de adaptar la alimentación para cuidar el corazón
Los especialistas resaltan que no existen soluciones universales en nutrición. Las necesidades dependen de la historia clínica, las preferencias, los objetivos y el estilo de vida de cada persona. Optar por un esquema alimentario demasiado restrictivo puede implicar riesgos, como el déficit de nutrientes esenciales o la aparición de efectos adversos.

Por eso, antes de iniciar este tipo de regímenes, se recomienda consultar con profesionales de la salud capaces de guiar y acompañar en el proceso, como informa la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Una alimentación equilibrada, combinada con ejercicio regular, manejo del estrés y sueño adecuado, sigue siendo la base para cuidar la salud cardiovascular a largo plazo. La meta es encontrar una estrategia sostenible que permita mantener el bienestar y prevenir enfermedades crónicas, sin apelar a intervenciones extremas o modas pasajeras.
Qué falta descubrir y cómo puede evolucionar el debate
El caso del ayuno intermitente refleja el dinamismo de la ciencia alimentaria. Aunque algunas investigaciones observan beneficios y otras advierten sobre riesgos potenciales, la evidencia aún es insuficiente para trazar conclusiones definitivas.
Futuros estudios serán claves para entender mejor cuál es el impacto real de las ventanas horarias extremadamente cortas y qué recomendaciones resultan más seguras y eficaces para cada perfil de persona.
Las tendencias nutricionales seguirán cambiando y generando debate. Ante cada nueva “moda”, la mejor herramienta sigue siendo la información basada en evidencia y la consulta profesional.
Últimas Noticias
Escribir a mano aún en la era digital: por qué los neurólogos lo recomiendan
Es una actividad multifacética que crea un círculo virtuoso: activa memorias, aspectos emocionales y motores, todos claves para el cerebro. Cuáles son sus beneficios para niños, adultos y pacientes con Parkinson, según los expertos

Trastornos del crecimiento: el estudio que detectó una brecha de género en el acceso al tratamiento en América Latina
En el marco del Día Mundial de la Conciencia sobre el Crecimiento Infantil, un análisis presentado en el Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Endocrinología Pediátrica evidenció que las niñas acceden menos a la hormona de crecimiento que los varones. Los detalles

Por qué el cansancio después del almuerzo no depende solo de la comida
La somnolencia vespertina afecta a la mayoría de los adultos debido a variaciones naturales en la actividad cerebral. Según expertos citados por Science Focus, el fenómeno no está asociado únicamente con el tipo o cantidad de alimentos consumidos

Por qué ser donante de médula ósea puede salvar miles de vidas: cómo sumarse
En el Día Mundial del Donante de Médula Ósea y sangre del cordón umbilical, se busca generar conciencia sobre la importancia de este acto solidario que permite tratar enfermedades graves como leucemias y linfomas

El cerebro en desarrollo y las huellas de la separación entre madres e hijos: la ciencia del apego temprano
Un novedoso método desarrollado en el Instituto Weizmann permitió demostrar que la hormona oxitocina ayuda a los jóvenes a regular mejor la respuesta emocional ante la separación parental
