
Durante años, hacer cientos de abdominales fue considerado sinónimo de obtener un vientre plano. Esta idea se volvió un mantra repetido en gimnasios y rutinas caseras. Sin embargo, los estudios científicos actuales desarman este mito y proponen una mirada más completa sobre cómo funciona el cuerpo cuando se busca reducir grasa abdominal y tonificar el torso.
Alcanzar un abdomen firme y saludable va mucho más allá de repetir un solo ejercicio. Requiere combinar distintas estrategias: entrenamiento aeróbico, fuerza, buena alimentación y control del estrés.
Cuáles son los efectos de los abdominales en el cuerpo
Los abdominales activan los músculos del core, una red muscular profunda y funcional que incluye al recto abdominal, los oblicuos, el transverso del abdomen y los músculos de la parte baja de la espalda. Su fortalecimiento tiene beneficios que van más allá de lo estético.
Fortalecer el abdomen mejora la precisión, la rapidez y la eficacia en movimientos cotidianos y deportivos. También reduce el riesgo de lesiones y facilita acciones básicas como levantar peso, mantener el equilibrio o realizar tareas domésticas.
Sin embargo, este tipo de ejercicios no es eficaz para reducir grasa en la zona del vientre. Aunque los abdominales son útiles para tonificar, no son suficientes para eliminar la grasa abdominal por sí solos. La razón es que la pérdida de grasa localizada no se consigue con un solo movimiento repetitivo.
La grasa abdominal, especialmente la visceral, responde a factores metabólicos, hormonales y genéticos que requieren intervenciones integrales.
Además, realizar abdominales con mala técnica puede causar molestias o incluso lesiones. Por eso, los especialistas como el doctor Edward Laskowski, de Clínica Mayo, insisten en que “la calidad del movimiento es más importante que la cantidad”.

Cuántos abdominales hay que hacer por día
No hay un número fijo que garantice resultados. El entrenamiento del abdomen debe ajustarse al nivel físico de cada persona y adaptarse a su progresión individual. Los especialistas, sugieren orientaciones generales:
- Principiantes: entre 10 y 15 repeticiones, divididas en 2 o 3 series diarias.
- Intermedios: entre 20 y 30 repeticiones, organizadas en 3 o 4 series por día.
- Avanzados: de 30 a 50 repeticiones diarias, en 4 a 5 series, combinando ejercicios tradicionales con variantes para desafiar diferentes partes del abdomen.
El secreto no está en hacer más, sino en hacerlo mejor. “La técnica adecuada previene lesiones y optimiza los resultados”, resaltó un informe. Además, incorporar variedad —como abdominales laterales, en V o con movimientos isométricos— permite trabajar el core desde distintos ángulos y evita la monotonía.
En cuánto tiempo se notan los cambios en el cuerpo
Una de las preguntas más frecuentes es cuán rápido pueden verse los resultados. La respuesta no es uniforme.
Los primeros resultados pueden aparecer entre las 3 y 4 semanas si se sigue una rutina constante y adecuada. Esto incluye no solo abdominales, sino también cambios en la alimentación, el descanso y la actividad aeróbica.
En muchos casos, el proceso puede tomar más tiempo. Para algunos puede tomar meses, lo que es completamente normal. La paciencia y la constancia son esenciales. Los factores que influyen son múltiples: desde el porcentaje de grasa corporal inicial y la distribución genética de la grasa, hasta los niveles hormonales, el estrés y la calidad de la dieta.

El progreso no siempre se ve en el espejo. También se nota en una mayor estabilidad postural, menos dolores lumbares y más facilidad para realizar movimientos cotidianos. Esas mejoras funcionales pueden anticiparse a los cambios estéticos visibles.
Qué otros ejercicios hay que hacer para perder grasa abdominal
Eliminar grasa abdominal exige mucho más que hacer abdominales, por lo que requiere un enfoque integral. Los expertos recomiendan combinar varios tipos de entrenamiento:
- Ejercicio aeróbico: correr, nadar, andar en bicicleta o realizar caminatas intensas ayudan a quemar calorías. Son esenciales para reducir el porcentaje de grasa corporal general.
- Entrenamiento de fuerza: ejercicios con pesas o resistencia corporal —como sentadillas, estocadas o peso muerto— aumentan la masa muscular, lo que a su vez acelera el metabolismo y facilita la quema de grasa.
- Trabajo isométrico: ejercicios como las planchas (planks) fortalecen el core sin movimientos repetitivos y generan una activación muscular profunda.
- Variedad en el entrenamiento del core: más allá de los clásicos crunches, se recomiendan abdominales en V, elevaciones de piernas, bicicletas abdominales y ejercicios funcionales que integran el abdomen a otros grupos musculares.
La actividad física debe complementarse con una alimentación balanceada. Según investigaciones publicadas en Nature Metabolism (2024): “El consumo de una dieta balanceada y controlada en calorías, basada principalmente en alimentos de origen vegetal, puede ayudar significativamente en la pérdida de grasa abdominal”.
También se destacó que “el ejercicio regular modifica la composición del tejido graso abdominal, haciéndolo metabólicamente más saludable”. En personas activas, la grasa tiende a almacenarse de forma más segura debajo de la piel en lugar de acumularse alrededor de los órganos.
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