
La manzana verde es una de las frutas más consumidas en el mundo, por su sabor fresco y crujiente y sus propiedades nutricionales y su impacto positivo en la salud.
Su popularidad se debe a su bajo contenido calórico, su riqueza en fibra y la presencia de compuestos bioactivos que la convierten en una opción recomendada dentro de una alimentación equilibrada.
El valor nutricional de una manzana verde
Cada 100 gramos de manzana verde aportan aproximadamente 52 kcal, lo que la convierte en una fruta baja en calorías. Su composición destaca por el alto contenido de agua, alcanzando el 86% de su peso total, lo que contribuye a la hidratación del cuerpo.
Desde el punto de vista de los macronutrientes, la manzana verde contiene 14 gramos de carbohidratos, de los cuales 10 gramos corresponden a azúcares naturales y 2,4 gramos a fibra dietética.
Su aporte de proteínas es mínimo, con 0,3 gramos por cada 100 gramos de fruta, al igual que su contenido graso, que es de solo 0,2 gramos, sin presencia de grasas saturadas.
En cuanto a las vitaminas y minerales, se encuentran:
- Vitamina C: 4,6 mg, lo que representa el 8% del valor diario recomendado.
- Vitamina A: 54 UI.
- Vitamina K: 2,2 µg.
- Potasio: 107 mg.
- Calcio: 6 mg.
- Magnesio: 5 mg.
- Hierro: 0,12 mg.
Cuáles son los beneficios de la manzana verde para la salud

Uno de los principales aportes de la manzana verde es su capacidad para favorecer la digestión, gracias a su contenido de fibra dietética, especialmente pectina. Esta sustancia regula el tránsito intestinal, evitando tanto el estreñimiento como la diarrea.
Además, ayuda a eliminar toxinas y a mantener el equilibrio de la microbiota intestinal.
Otro beneficio importante es su efecto saciante, lo que la convierte en un alimento ideal para quienes buscan controlar su peso.
La fibra y el alto contenido de agua aumentan la sensación de plenitud, reduciendo el impulso de comer en exceso.

La manzana verde también es beneficiosa para la regulación de los niveles de azúcar en sangre, lo que la hace una opción adecuada para personas con diabetes o quienes desean evitar picos de insulina. Su bajo índice glucémico permite una absorción lenta de los carbohidratos, estabilizando los niveles de glucosa.
Además, contribuye a la salud cardiovascular, ya que su contenido de flavonoles y otros antioxidantes mejora la presión arterial y el perfil lipídico, ayudando a reducir el colesterol malo (LDL) y previniendo el daño oxidativo en los vasos sanguíneos.
Su consumo en ayunas puede tener efectos positivos en la salud bucal, debido a su textura crujiente, que actúa como un limpiador natural de dientes y encías, estimulando la producción de saliva y reduciendo el riesgo de caries.

Otro de sus aportes es su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico, gracias a su contenido de vitamina C y otros compuestos antioxidantes que protegen al organismo contra infecciones y agentes patógenos.
Por último, se ha observado que la manzana verde puede contribuir a una mejor función cerebral, gracias a la presencia de quercetina y otros antioxidantes que reducen la inflamación y el estrés oxidativo en las células cerebrales.
Qué enfermedades ayuda a prevenir la manzana verde
En el caso de las enfermedades cardiovasculares, su riqueza en flavonoles y antioxidantes ayuda a mejorar la circulación sanguínea, reducir la inflamación en los vasos sanguíneos y disminuir el riesgo de hipertensión arterial.
Asimismo, la fibra presente en la fruta contribuye a la eliminación del colesterol LDL, reduciendo la probabilidad de desarrollar aterosclerosis.

Otro de los beneficios importantes de la manzana verde es su papel en la prevención de la diabetes tipo 2. Su contenido en fibra y su bajo índice glucémico contribuyen a la estabilidad de los niveles de azúcar en sangre, evitando picos de insulina y mejorando la sensibilidad a esta hormona.
El cáncer es otra enfermedad en la que se ha encontrado una relación positiva con el consumo de manzana verde. Gracias a su contenido en antioxidantes, especialmente quercetina, se ha demostrado que ayuda a prevenir el cáncer de hígado, colon y mama.
La manzana verde también es eficaz en la prevención de la obesidad. Investigaciones han demostrado que las variedades como la Granny Smith contienen compuestos no digeribles que favorecen el equilibrio de la microbiota intestinal, reduciendo la inflamación crónica asociada con la obesidad y contribuyendo a la sensación de saciedad.

Además, el consumo de esta fruta se ha vinculado con la reducción del riesgo de asma. Su contenido en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios puede mejorar la función pulmonar y disminuir la incidencia de crisis asmáticas en personas con predisposición a la enfermedad.
La manzana verde contribuye a la prevención de enfermedades bucales. Su acción mecánica al masticarla ayuda a limpiar los dientes y encías, mientras que su contenido en polifenoles limita el crecimiento de bacterias dañinas en la cavidad bucal, reduciendo el riesgo de caries y gingivitis.
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