Impacto del cambio climático: ¿pueden los nacimientos tardíos ser más comunes?

El cambio climático y la exposición a factores ambientales extremos podrían alargar los embarazos, según un nuevo estudio de la Universidad de Curtin que examina los riesgos para las futuras madres

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Un estudio de la Universidad
Un estudio de la Universidad de Curtin, publicado en la revista Urban Climate, vincula la contaminación del aire y el calor extremo con embarazos que superan las 41 semanas de gestación (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un reciente estudio de la Universidad de Curtin reveló que la exposición a la contaminación del aire y a temperaturas extremas durante el embarazo puede estar relacionada con un aumento en la duración de la gestación, llevándola más allá de las 41 semanas.

Este análisis, que examinó casi 400,000 nacimientos en Australia Occidental, es el primero en explorar específicamente los efectos del cambio climático en los embarazos prolongados.

Según el Doctor Sylvester Dodzi Nyadanu, líder de la investigación, mientras que los riesgos asociados a los nacimientos prematuros fueron ampliamente documentados, las complicaciones derivadas de los embarazos que se extienden más de lo esperado aún no habían recibido la atención necesaria.

Los resultados del estudio, fueron publicados en la revista Urban Climate y destacan cómo los factores ambientales pueden alterar la duración del embarazo, subrayando la necesidad de integrar el impacto del cambio climático en las políticas de salud pública para proteger a las mujeres y los recién nacidos.

Un estudio de la Universidad
Un estudio de la Universidad de Curtin, publicado en Urban Climate, advierte que la contaminación del aire y el calor extremo pueden influir en la duración del embarazo, lo que podría aumentar la necesidad de incubadoras para bebés nacidos antes o después del tiempo esperado (Freepik)

Factores ambientales que influyen en la duración del embarazo

La investigación analizó datos de casi 400,000 nacimientos en Australia Occidental, concentrándose en la exposición a partículas finas de contaminación (PM2.5) y al estrés biotérmico, que abarca una combinación de factores como la temperatura del aire, la humedad, la velocidad del viento y la radiación térmica.

Según el Dr. Nyadanu, el estudio muestra que una mayor exposición a estos factores aumenta significativamente la probabilidad de que los embarazos se prolonguen más allá de las 41 semanas.

Este fenómeno se observó especialmente en grupos específicos, como mujeres mayores de 35 años, primerizas, quienes viven en áreas urbanas y aquellas con embarazos complicados.

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Según un estudio de la Universidad de Curtin, la contaminación del aire y el estrés biotérmico, causado por el calor extremo y la humedad, pueden prolongar los embarazos, afectando la salud materna y neonatal (Freepik)

Los riesgos asociados a un embarazo prolongado

El embarazo prolongado conlleva una serie de riesgos tanto para la madre como para el bebé. Como explicó el Dr. Nyadanu, los embarazos que superan las 42 semanas a menudo requieren intervenciones médicas, como inducción del parto o cesáreas, lo que aumenta la probabilidad de complicaciones durante el nacimiento.

Además, según la investigación, el riesgo de mortinato, problemas en el parto y complicaciones para el bebé también se incrementa. Para los niños, estas complicaciones pueden traducirse en problemas de salud a largo plazo, incluidos trastornos emocionales y conductuales en la infancia.

El impacto en las familias es también considerable, ya que enfrentan la ansiedad y el estrés asociado a estos riesgos.

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Los embarazos que exceden las 41 semanas pueden aumentar el riesgo de parto difícil, intervenciones médicas, mortinato y problemas en el desarrollo infantil (Freepik)

Cómo el estrés ambiental afecta la salud materna

El estudio, por otro lado, evidencia el impacto del estrés ambiental en las mujeres embarazadas. El estrés biotérmico, relacionado con factores como el calor extremo o las condiciones adversas del aire, puede afectar la respuesta al estrés materno, alterando los procesos endocrinos e inflamatorios que regulan la duración del embarazo.

El Dr. Nyadanu indicó que, si bien algunas mujeres pueden experimentar un parto prematuro debido a estas alteraciones, otras pueden enfrentar embarazos que se alargan más de lo esperado, lo que puede generar complicaciones graves.

Recomendaciones para políticas públicas y protección materna

Con el cambio climático intensificando fenómenos meteorológicos extremos y deteriorando la calidad del aire, el Dr. Nyadanu subrayó que es fundamental que los responsables de la salud pública y los proveedores de atención materna consideren estos factores al evaluar los riesgos durante el embarazo.

Según el estudio, se requiere una acción urgente para establecer regulaciones más estrictas sobre la calidad del aire y para crear programas de salud pública que protejan a las mujeres embarazadas y a sus hijos de los efectos perjudiciales del clima extremo.

Este estudio recalca que, si bien los nacimientos prematuros fueron el foco principal de atención en el contexto de la salud materna, los embarazos prolongados también deben ser considerados en las políticas de salud pública, debido a sus riesgos y complicaciones a corto y largo plazo.