A comienzos de los años 2000, la canción El baile del gorila, interpretada por Melody, se instaló en discotecas y estudios de danza con una coreografía que imitaba los movimientos de los primates. Dos décadas después, la caminata del gorila dejó de ser solo un baile para convertirse en una práctica deportiva en gimnasios y entrenamientos funcionales.
Especialistas en medicina deportiva y entrenadores lo recomiendan para mejorar la movilidad, la estabilidad y la fuerza de varios grupos musculares.
¿Qué es la caminata del gorila y cómo se hace?
La caminata del gorila es un ejercicio funcional de locomoción cuadrúpeda que imita los movimientos de los primates al desplazarse utilizando tanto las piernas como los brazos. Consiste en agacharse en una sentadilla profunda, apoyar los puños en el suelo y avanzar alternando el impulso entre las extremidades.
Paso a paso para ejecutarla correctamente:
- Adoptar una posición inicial de sentadilla baja, con los pies ligeramente más separados que el ancho de los hombros y las rodillas alineadas con los dedos de los pies.
- Mantener la columna neutra, evitando encorvarse, y activar el core.
- Balancear suavemente el cuerpo de lado a lado para generar impulso natural.
- Colocar los brazos hacia adelante con los puños cerrados en el suelo.
- Impulsarse con las manos y brazos, llevando las piernas hacia adelante en coordinación con el movimiento del torso.
- Avanzar alternando el movimiento de brazos y piernas en distintas direcciones (frontal, lateral o en reversa).
¿Cuáles son los beneficios de la caminata del gorila?
Este ejercicio, que forma parte del animal flow y otras disciplinas de entrenamiento funcional, ofrece múltiples ventajas para la salud.
Principales beneficios:
- Mejora el equilibrio y la coordinación: al involucrar los cuatro miembros, el cuerpo trabaja de manera sincronizada, lo que fortalece la estabilidad.
- Aumenta la movilidad de la cadera: favorece la activación de los flexores y extensores de la cadera, una zona que suele debilitarse debido al sedentarismo.
- Fortalece hombros y muñecas: al soportar peso con los brazos, los músculos del tren superior trabajan de manera intensa, promoviendo la estabilidad articular.
- Activa la circulación y ayuda a perder peso: al ser un ejercicio dinámico, permite mejorar la resistencia cardiovascular y contribuir a la quema de calorías.
Además, este movimiento permite trabajar varios grupos musculares simultáneamente, algo que lo convierte en un ejercicio eficiente para mejorar el estado físico general.
¿Cómo ayuda la caminata del gorila a ganar masa muscular?
La caminata del gorila es un ejercicio funcional que permite ganar masa muscular al involucrar varios grupos musculares de forma simultánea. Este movimiento activa el core, los brazos y las piernas, lo que genera un trabajo integral del cuerpo sin necesidad de utilizar pesas o máquinas.
El crecimiento muscular ocurre cuando los músculos se someten a un esfuerzo que provoca microlesiones en las fibras musculares, las cuales luego se reparan y se fortalecen. En este sentido, la caminata del gorila es un ejercicio efectivo porque combina resistencia, fuerza y estabilidad, lo que estimula la hipertrofia muscular en distintas zonas del cuerpo.
Uno de los principales beneficios de este ejercicio es el desarrollo del tren superior, ya que al apoyar el peso del cuerpo sobre los brazos, los músculos de los hombros, tríceps y antebrazos trabajan intensamente. Esto es similar a lo que ocurre con ejercicios como las flexiones, pero con un enfoque más dinámico y coordinado.
¿Quiénes no deberían hacer la caminata del gorila?
A pesar de sus múltiples beneficios, este ejercicio no es apto para todas las personas. Aquellos que tengan lesiones en las rodillas, tobillos o caderas deberían evitarlo o consultar a un médico antes de practicarlo.
- Quienes tienen lesiones articulares en las rodillas, tobillos o caderas, ya que la carga sobre estas zonas puede agravar el problema.
- Personas con problemas en la columna o con antecedentes de hernias discales, debido a la posición baja y la activación constante del core.
- Adultos mayores sin entrenamiento previo, especialmente si no tienen una buena movilidad articular o fuerza en el tren superior.
- Personas con condiciones médicas preexistentes, como artritis o problemas de equilibrio, que podrían aumentar el riesgo de caídas o lesiones.