Cuáles son las tres cualidades que tienen las personas felices, según un experto de la Universidad de Harvard

La felicidad es un concepto muchas veces ambiguo, un sentimiento que todos anhelan pero que pocos parecen entender completamente. Sin embargo, el psicólogo y experto en bienestar Arthur C. Brooks, profesor de la Universidad de Harvard y conocido por su enfoque en la psicología positiva, ha dedicado gran parte de su carrera a desentrañar los factores que realmente contribuyen a una vida feliz.

A través de su experiencia y estudios, Brooks ha desarrollado una fórmula para la felicidad que no solo distingue entre diversos tipos de emociones, sino que también ofrece herramientas prácticas para alcanzarla. En su intervención en el prestigioso Foro John F. Kennedy Jr. y su reciente libro La felicidad no es la meta, y la infelicidad no es la enemiga (2024), expone con claridad los componentes esenciales que, según él, definen a las personas felices.

Estos son los principales puntos, que pueden servir de guía para aquellos interesados en mejorar su bienestar.

Para Brooks, la felicidad no es un estado indefinido de euforia o alegría constante, sino una combinación de tres elementos fundamentales: disfrute, satisfacción y significado. A lo largo de los años, Brooks ha reflexionado sobre la naturaleza de estos componentes y cómo se interrelacionan entre sí para crear una vida equilibrada y plena.

Disfrute: Este es el primer componente que Brooks destaca. No se trata de un disfrute superficial o momentáneo, como el placer que proporcionan las compras o la comida, sino de un disfrute más profundo, que incluye conexiones con las personas y la creación de recuerdos significativos. Según Brooks, el disfrute va más allá del placer porque involucra compartir momentos con otros, creando experiencias que se atesoran en la memoria. Un buen ejemplo de esto son los anuncios de cerveza, en los que las personas no aparecen bebiendo solas, sino rodeadas de amigos, compartiendo risas y creando recuerdos conjuntos.

Satisfacción: Este segundo aspecto se refiere al cumplimiento de las expectativas y objetivos. Las personas felices no solo disfrutan del presente, sino que también sienten una satisfacción general con su vida. Esto está estrechamente relacionado con el sentido de progreso, el cual se asocia con lograr metas personales y profesionales que brindan una sensación de propósito y realización.

Significado: Para Brooks, el componente más importante de la felicidad es el significado. Este concepto, que a menudo se confunde con otros elementos, es esencial para las personas felices. El significado no solo se refiere a un sentido de propósito o a la búsqueda de metas, sino a una comprensión profunda de por qué nuestras vidas importan. Es el factor que da coherencia a nuestras experiencias y conecta nuestras acciones con algo más grande que nosotros mismos. Brooks menciona tres aspectos claves que constituyen el significado: la coherencia (entender por qué las cosas suceden de la manera qué suceden), el propósito (tener dirección y metas claras) y la importancia (entender por qué nuestra vida tiene valor).

Una de las distinciones más importantes que Brooks hace es la diferencia entre disfrute y placer. Mientras que el placer es un componente efímero, a menudo asociado a los sentidos y que proporciona una gratificación inmediata, el disfrute es más profundo y duradero. Según el experto, el disfrute toma la base del placer pero lo enriquece con experiencias compartidas con otras personas y con recuerdos que perduran en el tiempo. Esta es la razón por la cual muchas personas tienden a confundir la búsqueda de placer con la búsqueda de felicidad: el primero es fugaz y momentáneo, mientras que el disfrute está vinculado a la conexión emocional y a la construcción de historias personales significativas.

Brooks advierte sobre lo que él considera una crisis de la felicidad. A medida que la sociedad ha evolucionado, ciertos valores y hábitos que antes eran fundamentales para la felicidad, como la fe, las relaciones familiares y el trabajo significativo, se han ido perdiendo. Brooks atribuye esta crisis a la desconexión social, la polarización política y la creciente prevalencia de las redes sociales, que a menudo fomentan la comparación y la superficialidad. La fe, según el experto, no necesariamente debe estar vinculada a la religión, sino que puede adoptarse como una práctica de trascendencia: encontrar algo más grande que uno mismo, ya sea a través de la meditación, la conexión con la naturaleza o la reflexión filosófica.

La trascendencia juega un papel central en la visión de Brooks sobre la felicidad. Aunque cada vez menos personas practican una religión, el concepto de trascendencia sigue siendo crucial. Trascender significa pensar en algo más grande que la vida cotidiana, ya sea un propósito mayor, una conexión espiritual o un sentido de comunidad más allá de los intereses personales. Para aquellos que no siguen una religión formal, Brooks sugiere que se puede cultivar un sentido trascendental a través de actividades como la meditación, caminar en el bosque o simplemente reflexionar sobre el universo.

Las relaciones personales son otro pilar clave de la felicidad. El especialista destaca que las personas felices tienden a tener relaciones cercanas y significativas con familiares y amigos. Sin embargo, la polarización social y las divisiones políticas actuales están afectando la calidad de estas relaciones. Las redes sociales, por ejemplo, suelen crear una falsa sensación de conexión, lo que lleva a muchas personas a sentirse más solas y aisladas. Brooks advierte que, en un mundo cada vez más fragmentado, es esencial esforzarse por mantener relaciones auténticas, basadas en el respeto y la comprensión mutua.

Una de las ideas más importantes que expone es que la infelicidad no debe ser vista como un obstáculo a la felicidad, sino como una parte integral del proceso de crecimiento. Según Brooks, la infelicidad es necesaria para aprender, crecer y supervivir. En lugar de evitar la tristeza o el dolor, es esencial abrazarlos como experiencias que permiten evolucionar. El perseguir la felicidad absoluta puede llevar a una profunda frustración, ya que la vida está compuesta de altibajos emocionales. Aprender a aceptar y gestionar esos momentos difíciles es clave para una vida plena, destacó el experto.

La visión de Arthur C. Brooks sobre la felicidad es un llamado a profundizar en lo que realmente importa en la vida: disfrute, satisfacción y significado. A menudo se confunde el placer con la felicidad, por eso, es crucial reconocer las diferencias y poner en práctica los hábitos que fomentan un bienestar duradero. La trascendencia, las relaciones personales y la capacidad de enfrentar la infelicidad de manera constructiva son elementos esenciales que, según Brooks, permiten vivir de manera plena. En última instancia, la felicidad no es un destino final, sino un proceso continuo de crecimiento, conexión y reflexión.