
Desde la madrugada del sábado, varias provincias de Argentina se ven afectadas por lluvias de variada intensidad, acompañadas en muchos casos por fuertes vientos.
Y si bien hay personas que se dispusieron a disfrutar de un fin de semana indoor aprovechando las condiciones climáticas, a muchas otras, los días de lluvia les generan un estado de ánimo más cercano a la depresión que a la alegría.
Es que, según los especialistas, además de las situaciones de índole personal relacionadas con la familia, la pareja, el trabajo o el estudio, también hay aspectos medioambientales -del entorno- que tienen una influencia directa en cómo las personas se sienten diariamente. Y un ejemplo de ellos son las condiciones climáticas.
“El clima es un factor que puede afectar el estado de ánimo de las personas de diversas maneras -dijo a Infobae en una nota previa el psicólogo Alexis Alderete-. Los cambios en la temperatura, la humedad, la luz solar, la lluvia, la nieve y el viento pueden tener un impacto en cómo las personas se sienten y se comportan”.
¿Quiénes son más vulnerables a la lluvia?

Según Alderete, este mecanismo ocurre porque “el cerebro está diseñado para responder a estímulos y cambios en el ambiente para adaptarse y sobrevivir. Por lo tanto, cuando las condiciones externas cambian, el comportamiento puede cambiar, en consecuencia”.
En ese sentido, de acuerdo al psicólogo, “los cambios climáticos pueden generar cambios comportamentales y psicológicos en las personas”.
Sin embargo, hay quienes aseguran que se trata de una cuestión de gustos, y que mientras a unas personas les proporciona energía, la luz solar y el calor, a otras las relaja la lluvia y el frío.
Lo que está claro es que el clima puede afectar el estado de ánimo y, como en muchos aspectos de la vida, existen los matices. Tanto el frío como el calor pueden hacerte experimentar síntomas irritables o deprimidos, a la vez que beneficios como la calma o la felicidad.
¿Cuál es el efecto de la lluvia en la salud mental?

Así las cosas, las opiniones parecen estar divididas.
Para algunos especialistas, “escuchar llover puede llegar a ser muy placentero, gracias a su suavidad y su monotonía. Es por estas que algunas personas sienten que su estrés y su ansiedad se reducen cuando escucha el sonido de la lluvia. Por tanto, su salud mental se ve más reconfortada en estos momentos”. Esto se debe, según los expertos, sobre todo por su sonido, muy similar al ruido blanco.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Míchigan reveló que escuchar los sonidos de la naturaleza afecta de manera positiva en la salud mental del ser humano.
En el otro extremo, están aquellos a quienes el mal tiempo puede generar un efecto negativo en sus emociones. Según un estudio, casi el 9% de las personas entran en la categoría de “odia la lluvia”. Este grupo se siente más enojado y menos feliz en los días con más precipitaciones.

Para la psicóloga clínica Tecsia Evans, quien vive en San Francisco, EEUU, “cuando oscurece, algunas personas definitivamente son más susceptibles a sentirse solas”. En declaraciones al sitio de salud y bienestar WebMD, la especialista que vive y trabaja en la ciudad estadounidense donde en promedio llueve más de 65 días al año, dijo: “Es bastante común ver un cambio de humor, como sentir tristeza o baja la autoestima cuando, “es bastante común ver un cambio de humor, como sentir tristeza o baja la autoestima cuando llueve”.
En la misma línea, en la mirada de Alderete, “la falta de luz solar durante los días nublados puede aumentar los niveles de melatonina en el cuerpo, lo que puede causar somnolencia o fatiga. La lluvia y el clima frío pueden hacer que las personas se sientan deprimidas y ansiosas, mientras que los días calurosos y húmedos pueden provocar irritabilidad y cansancio”.
¿El ruido de lluvia ayuda a reducir el estrés?

Los efectos positivos de la naturaleza sobre la salud está en la base de la conocida Teoría de la Restauración de la Atención, según la cual, los entornos naturales mejoran la concentración y disminuyen la fatiga mental que provoca en nosotros la vida en entornos urbanos.
Según esa teoría, los estímulos naturales, como la lluvia, mantienen a las personas en un estado de “fascinación suave” que capta su atención y la restaura.
“Todos podemos beneficiarnos de los sonidos de la naturaleza en nuestro día a día, más aún los días de lluvia”, sentenció la bióloga estadounidense Rachel Carson, quien recomendó “acercarse a un parque o jardín y escuchar la lluvia cuando golpea las hojas de los árboles o su sonido sordo sobre los senderos”.
“La lluvia también nos trae olores maravillosos a tierra mojada; es un elemento natural que despierta todos nuestros sentidos, también el tacto si dejamos que nos golpee el rostro. Una experiencia emocionalmente sanadora”, según su mirada.
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