
En Río Grande do Sul, Brasil, se prevé un recorte significativo para la presente campaña agrícola, producto de las inclemencias climáticas. “Estamos en un proceso de cambio climático: pasamos de la catástrofe más grande vivida en la región en mayo de 2024 -con inundaciones que provocaron pérdidas millonarias- a una sequía muy profunda en enero y febrero de este año”, aseguró Gedeão Pereira, vicepresidente de la Confederación de Agricultura y Pecuaria de Brasil (CNA) y presidente de la Federación de Agricultura del Estado de Río Grande do Sul (Farsul), en el programa Chacra Agro Continental.
Pereira destacó que la región ha experimentado un clima inestable en los últimos años, con alternancia de sequías y grandes crecidas. “Tuvimos una creciente muy fuerte en la primavera del 2023 y la catástrofe más grande en mayo del 2024″, señaló. En cuanto a la campaña actual, si bien la siembra se desarrolló con normalidad, la sequía de enero y febrero redujo drásticamente la cosecha esperada de soja. “De los 25 millones de toneladas proyectadas, solo cosecharemos 14 millones, lo que representa una pérdida de casi 10 millones de toneladas”, explicó. En cuanto a la ganadería, señaló que la sequía impactó en la oferta, afectando el engorde y la preñez del ganado. “A diferencia de la soja, que se perdió, el ganado sigue ahí”, aseguró.
Las inundaciones en el estado brasileño de Rio Grande do Sul en 2024, provocadas por intensas lluvias que superaron los 1.000 milímetros entre el 29 de abril y el 4 de mayo, afectaron gravemente al agro de la región y causaron una catástrofe climática sin precedentes. El río Guaiba creció 5,3 metros por encima de sus niveles normales, y su derrame afectó a casi todo el estado, con epicentro en los valles de los ríos Taquari, Caí, Pardo y Jacuí. Se produjeron, además, deslizamientos de tierra y avalanchas de lodo, ocasionando la pérdida de los cultivos y el traslado obligado de hacienda a campos altos.
Brasil, sin retenciones

A pesar de la situación en el sur de Brasil, el país se encamina a una cosecha récord de 169 millones de toneladas, superando a Estados Unidos como el mayor productor y exportador mundial. En ese contexto, Pereira resaltó el avance tecnológico en la siembra de la oleaginosa en su país. “Hoy contamos con cerca de 300 variedades de soja adaptadas a diferentes climas. La agricultura brasileña es tropical, un fenómeno espectacular que nos permite producir a gran escala”, indicó.
Por otra parte, el titular de Farsul, explicó que una bolsa de soja puesta en los puertos de Río Grande o Paranaguá ronda los 130 reales. “Si tomamos un tipo de cambio de 5,75 reales por dólar, el precio de la tonelada está por encima del valor en Argentina, ya que en Brasil no tenemos retenciones a la exportación”, afirmó.
Sobre el maíz, destacó su crecimiento sostenido, impulsado por la posibilidad de realizar dos cosechas anuales. “Brasil producirá 124 millones de toneladas de maíz este año, y la tendencia indica que podría superar a la soja en los próximos cinco años”, aseguró. Además, mencionó la expansión de las fábricas de etanol de maíz como un factor clave para la sustentabilidad del sector.
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