Cadete confunde una granada con una piedra, pierde una mano y la visión por la explosión; 20 años después triunfa en EE.UU.: “Me resistí a morir”

Carlos Serván se convirtió en mentor y líder de organizaciones de personas ciegas en EE.UU., impulsando políticas públicas y apoyando a jóvenes con discapacidad visual

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La explosión que lo dejó
La explosión que lo dejó sin visión ni mano derecha no lo detuvo: hoy es abogado en EE.UU. (Foto composición: Infobae Perú/Perú 21)

La vida de Carlos Serván cambió de manera irreversible en cuestión de segundos. Sin embargo, su trayectoria no es solo la de un sobreviviente, sino la de un referente internacional de superación y liderazgo. Al perder la visión y la mano derecha durante su formación policial en Perú, se vio forzado a reconstruirse desde cero, un camino que lo llevaría a triunfar en Estados Unidos como abogado, mentor y defensor de los derechos de las personas con discapacidad visual.

A los 23 años, tras el accidente que le quitó una mano y la vista, Serván emigró con el objetivo de rehacer su vida. Más de tres décadas después, ha demostrado que la adversidad puede abrir oportunidades insospechadas.

Carlos Serván. (Foto: El Peruano)
Carlos Serván. (Foto: El Peruano)

Accidente que cambió su vida

El uno de abril de 1986, en el fundo Barbadillo, distrito de Ate, en Lima, Serván participaba en un ejercicio de campo como cadete en la Escuela de Oficiales de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP). Tropezó con una granada cubierta de barro y la explosión marcó su destino, causándole ceguera total y la pérdida de la mano derecha. “El día se convirtió en una noche eterna, la luz se extinguió”, relató Carlos Serván a El Peruano, al recordar la última imagen que sus ojos captaron en los cerros limeños. El pensamiento inmediato fue hacia su madre, quien ya había perdido a su esposo el año anterior. “Me resistía a morir, sería una tragedia para mi madre”, recordó al mismo medio.

El primer año tras el accidente lo dedicó a intentar recuperar la vista sin éxito. Los dos años siguientes estuvo enfocado en buscar ingresos y enfrentar la depresión. Pronto descubrió que en Perú no había oportunidades para personas con discapacidad visual. “Todos me hablaban de prótesis y que me llevarían a Estados Unidos. Sentía que me trataban diferente, con condescendencia, y eso no me gustaba”, explicó Serván.

Excadete que quedó ciego por
Excadete que quedó ciego por una granada reconstruyó su vida en EE.UU. y se convirtió en abogado.. (Foto: Agencia Andina)

Empezar de nuevo en EE.UU.

Con veintitrés años y la esperanza de hallar mejores condiciones, decidió emigrar a Estados Unidos. El camino fue complejo: aprendió braille, se vio obligado a usar la mano izquierda, dominó el inglés, la carpintería y la computación. “No iba a permitirme quedar postrado”, afirmó Serván a El Peruano. Ingresó a la Universidad de Nuevo México, donde obtuvo el título de doctor en jurisprudencia y una maestría en administración pública. En 1992, recibió la beca principal de la NFB Ezra Davis Memorial, un reconocimiento significativo en su carrera académica.

La vocación de Serván extendió sus límites al ámbito social. Mientras avanzaba en sus estudios, se convirtió en un mentor para estudiantes ciegos y en líder de organizaciones como la Federación Nacional de Ciegos y la Asociación Nacional de Estudiantes Ciegos (NABS). “Me chocó quedarme ciego, creía que no sería productivo y luché para serlo. Por eso intenté involucrarme con gente ciega, quería ayudar”, expresó.

De accidente con granada a
De accidente con granada a dirigir una agencia para ciegos en EE.UU.: la trayectoria de Carlos Serván. (Foto: @librosami.pe)

Consolidación personal y profesional

Actualmente, Carlos Serván reside en Estados Unidos desde hace treinta y cuatro años. A sus cincuenta y siete años, ha creado una familia, la cual considera clave en su proceso de superación. Hoy es director ejecutivo de la Comisión de Nebraska para Ciegos y Discapacitados Visuales, forma parte del comité ejecutivo del Consejo Nacional de Agencias Estatales para Ciegos y participa en la Asociación Nacional de Rehabilitación y en el Consejo Nacional de Administradores Estatales para la Rehabilitación Vocacional.

Su experiencia también lo llevó al ámbito literario. Inspirado por sus colegas y quienes escuchan sus conferencias, publicó Running Dreams (en inglés) y Aprendizaje de la oscuridad, una memoria presentada en Lima. “Pude salir adelante gracias a mi capacidad de resiliencia y superación, todo depende de uno mismo”, subrayó Serván al citado medio. Su testimonio demuestra que, en la oscuridad, siempre existe la posibilidad de restablecer la luz a través de la determinación y el espíritu de lucha.