La amenaza de un ataque criminal obligó a más del 70 por ciento de los buses de la Línea T de la Empresa de Transportes Unidos S.A. (ETUSA) a paralizar sus actividades en Lima. El temor se extendió luego de recibir un mensaje extorsivo y constatarse un atentado armado contra uno de los conductores mientras cumplía su recorrido en el distrito de Chorrillos.
Ola de amenazas y extorsión a transportistas
En los últimos días, conductores y trabajadores de ETUSA informaron que recibieron varias amenazas de bandas que exigen pagos diarios para garantizar la seguridad de los choferes y las unidades. Uno de estos mensajes, entregado a un conductor en la ruta de Salaverry a Chorrillos, advertía: “Señores, comunicarse sí o sí. De lo contrario, atacaremos a sus chóferes y unidades de transporte”. El mensaje llegó acompañado de una bala y un número telefónico de contacto, según testimonios recogidos por los propios empleados de la línea.
La situación provocó que solo tres de cada diez buses salieran a trabajar el último día, bajo estrictas medidas de autoprotección y con temor por un posible atentado. Un trabajador de la empresa aseguró a 24 Horas Noticias que la compañía paga entre tres y treinta soles por unidad a distintos grupos extorsivos para evitar ataques. “La empresa sí paga cupos”, declaró, aunque matizó que no todos conocen el destino exacto de los aportes ni el número de bandas implicadas.

Ataques armados y pánico en la ruta
El último episodio de violencia se registró en la avenida Los Pinos de Chorrillos, en una ruta alterna utilizada por los transportistas debido a obras viales en la zona habitual de paso. En ese punto, una motocicleta con dos ocupantes se aproximó a uno de los buses de la Línea T, desde donde se dispararon al menos cuatro balas contra el conductor. El vehículo quedó varado con el motor encendido y con múltiples impactos en la carrocería.
El conductor resultó herido por rozaduras de bala en la pierna y fue trasladado a un hospital por servicios policiales y de serenazgo. Usuarios que viajaban en el bus evacuaron la unidad en medio del pánico, sin que se reportaran heridos entre los pasajeros. La motocicleta implicada fue registrada por cámaras de vigilancia, lo que permitió identificar parte del recorrido de los atacantes.
Un hecho similar ya había ocurrido en esa misma ruta a raíz de amenazas previas. Testimonios de los conductores confirman que los ataques coinciden con la negativa a pagar los cupos solicitados.

Impacto en el servicio y reacción de las autoridades
La Empresa de Transportes Unidos S.A. cuenta con al menos setenta microbuses en la capital peruana. Tras el ataque armado y la circulación de mensajes extorsivos, la mayor parte de la flota paralizó operaciones para evitar nuevos incidentes. Algunos conductores, motivados por la necesidad económica, manifestaron que continuaron trabajando pese al miedo. “Trabajamos por necesidad. Tenemos una familia, pero con el temor”, relató uno de ellos.
Durante un recorrido realizado en Chorrillos, se observaron patrulleros policiales desplegados en puntos considerados clave. Sin embargo, tanto conductores como usuarios afirman que la presencia policial resulta insuficiente para detener la escalada de violencia. “No hay seguridad en los buses, no hay presencia policial”, reclamó otro trabajador de la empresa.
En la zona afectada, el tránsito habitual de vehículos grandes quedó restringido tras el último episodio de violencia. Solo circulan automóviles particulares, taxis y mototaxis, lo que refleja el clima de preocupación y la interrupción del servicio, mientras los hechos siguen bajo investigación policial.



