Cuatro explosiones sacudieron la madrugada del martes el mercado La Cumbre, ubicado en el distrito limeño de Carabayllo, dejando daños materiales en varios puestos y obligando al cierre del establecimiento durante las primeras horas del día. Los estallidos ocurrieron cerca de la una de la mañana sobre la avenida Túpac Amaru, donde se levantan decenas de puestos informales a lo largo de varias cuadras. De acuerdo a los testimonios de comerciantes, los ataques habrían buscado amedrentar a los comerciantes, presuntamente en el contexto de un cobro de cupos o extorsión vinculado a mafias locales.
Daños materiales y temor entre los comerciantes
La detonación de los explosivos causó destrozos en los puestos y partes del mobiliario del mercado informal. Según pudo constatarse en el lugar, la onda expansiva ocasionó la destrucción de javas de frutas, secciones de muros de concreto y productos almacenados, afectando el patrimonio de los vendedores. Muchos de ellos, sorprendidos por la noticia al llegar en la mañana, expresaron su preocupación. Una trabajadora del mercado declaró a Latina Noticias: “Siempre hemos trabajado tranquilos. Nunca vi nada de estos problemas”.

Las explosiones se produjeron en distintos puntos entre la avenida Miguel Grau y el cruce con Tres de Octubre, abarcando al menos tres cuadras de la vía auxiliar. El tránsito vehicular permaneció bloqueado por la presencia policial y la intervención de Serenazgo, provocando una congestión inusual en la zona.
Hipótesis de extorsión: versiones encontradas
Diversos comerciantes relataron antecedentes de intimidaciones relacionadas con extorsiones. Un grupo señaló que desde hace años algunos trabajadores del mercado han recibido amenazas para exigir el pago de cupos diarios, en ocasiones de hasta cuatro soles al día. Otra parte de los vendedores negaron haber sido víctimas de este modo de presión o tener información concreta sobre quienes estarían detrás de los delitos. Los diferentes testimonios ha generado incertidumbre sobre el alcance real del problema dentro del mercado.
Hay un ambiente de hermetismo entre los comerciantes, quienes evitaron profundizar sobre posibles extorsionadores, ante el temor de represalias. La mayoría de los puestos permaneció cerrada por precaución durante buena parte de la mañana, decisión consensuada en los grupos de mensajería que utilizan para coordinarse. El hecho de que se trate de un mercadillo informal y abierto facilitó el acceso de los atacantes y, al mismo tiempo, dificultó la labor de control y prevención por parte de las autoridades locales.

Un mercado vulnerable y la respuesta de las autoridades
El mercado La Cumbre opera desde hace años en plena vía pública, ocupando seis a siete cuadras de la avenida Túpac Amaru. Su carácter informal y la falta de una barrera física lo convierten en un blanco expuesto ante acciones delictivas. En el lugar, agentes de la Policía Nacional del Perú y la municipalidad desplegaron vigilancia y acordonaron la zona tras el atentado. Ninguna persona resultó herida como consecuencia del ataque, aunque los daños en los puestos generan preocupación sobre la continuidad de la actividad comercial y el impacto económico para los vendedores afectados.
Por el momento, no se ha identificado a los responsables ni se ha establecido el móvil exacto de los atentados, aunque la teoría del cobro de cupos se mantiene como hipótesis principal. Las investigaciones siguen en curso, mientras los comerciantes esperan poder reabrir con normalidad bajo resguardo policial y estrategias para mejorar la seguridad en el mercado.