
El reconocido paleontólogo peruano Mario Urbina Schmitt, investigador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), descubrió en el desierto de Ocucaje (Ica) un hallazgo paleontológico sin precedentes: los restos fósiles de un ave marina gigante de aproximadamente 20 millones de años. El fósil, encontrado en un bloque rocoso de unos 300 kilos, se encuentra en un estado de conservación excepcional que lo convierte en uno de los más notables del mundo.
“Es una joya pues se encuentra en un estado de preservación excepcional. Para mí es uno de los más hermosos del mundo pues no existen restos fósiles de otro pájaro tan bien conservados como este”, destacó Urbina, miembro del Departamento de Paleontología de Vertebrados del Museo de Historia Natural de la UNMSM, quien realizó la exploración en coordinación con el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet).

Fósil de gran tamaño y estado de conservación único
El esqueleto corresponde a un ave marina entera, articulada (sin huesos sueltos) y de gran tamaño: alcanza alrededor de metro y medio de longitud, dimensiones similares a las de un cóndor actual. Se trata de un hallazgo particularmente relevante, ya que la mayoría de los fósiles de aves suelen encontrarse fragmentados o incompletos.
Los restos fueron hallados en rocas de origen marino que datan de inicios del periodo Mioceno, lo que sitúa su antigüedad en unos 20 millones de años. Según el investigador, este hallazgo aporta información crucial sobre la fauna prehistórica que habitaba la costa sur del Perú durante esa época.

Posible nueva especie
El fósil presenta características anatómicas singulares que permiten pensar que se trata de una nueva especie nunca antes descrita. Uno de los rasgos más llamativos es el cráneo, de un grosor inusualmente elevado en comparación con el de las aves modernas.
“El cráneo de un pájaro normal tiene un grosor similar al de la cáscara de un huevo. Creo que va a ser una nueva especie porque yo no conozco aves que tengan ese grosor de cráneo”, explicó Urbina, sorprendido por la morfología del hallazgo.
Otro elemento distintivo es el pico alargado, que mide entre 30 y 40 centímetros. Su forma estilizada y puntiaguda sugiere que el ave se alimentaba de peces, probablemente ensartando o atrapando a sus presas en el mar, lo que refuerza la hipótesis de su vida asociada al ecosistema marino.

Adaptaciones para vuelos largos
El análisis preliminar de los huesos de las alas revela que eran ligeros, similares a los de especies actuales como el albatros. Esta estructura está relacionada con un estilo de vuelo planeador, que permite recorrer grandes distancias sin gastar demasiada energía.
“Con este tipo de alas, los pájaros pueden volar mar adentro, a veces por varios días o semanas recorriendo enormes distancias, precisamente gracias a la envergadura de sus alas”, detalló Urbina. Esta capacidad habría sido fundamental para la supervivencia de un ave marina de gran tamaño en un ecosistema oceánico.
Preservación del fósil y posible nombre
Aunque el hallazgo ocurrió hace dos años, el paleontólogo y su equipo recién iniciarán en los próximos días el proceso de recuperación del bloque rocoso que contiene los fósiles, cuyo peso alcanza los 300 kilos. Una vez extraído, será trasladado al Museo de Historia Natural de San Marcos para su estudio detallado.
A diferencia de otros casos, Urbina ha decidido no separar los huesos por completo de la roca que los contiene. “Si quieres estudiar a un pájaro, lo más indicado es que extraigas los huesos en tres dimensiones, pero yo lo voy a hacer solo en dos, para no destruir una obra de arte de la naturaleza, dejando el fósil en su matriz (la roca) porque se trata de una pieza de exhibición fabulosa”, subrayó.
El paleontólogo adelantó que, de confirmarse como nueva especie, propondrá que el ave reciba el nombre de Irma Franke, en honor a la reconocida ornitóloga y docente sanmarquina de la Facultad de Ciencias Biológicas. Este gesto busca rendir homenaje a su trayectoria y aportes en el estudio de las aves en el Perú.

Exhibición para el público
Si no surgen contratiempos, Urbina anunció que los restos fósiles de esta misteriosa ave podrían ser exhibidos al público nacional e internacional en el Museo de Historia Natural de la UNMSM en un par de meses. Se trataría de una oportunidad única para apreciar un ejemplar de valor científico y patrimonial incalculable, que permitirá al Perú consolidarse como un punto clave en el estudio de la fauna prehistórica a nivel mundial.

Con este hallazgo, el desierto de Ocucaje vuelve a confirmar su relevancia como uno de los yacimientos paleontológicos más importantes de Sudamérica, donde ya se han descubierto diversas especies de ballenas, tiburones y otros animales marinos fósiles de millones de años de antigüedad.