Granada de guerra es hallada dentro de baño de una pollería en San Borja junto a mensaje extorsivo

El hallazgo de un explosivo acompañado de un mensaje intimidatorio y datos de contacto dentro de un local reactivó temores entre vecinos, quienes recuerdan ataques previos en la misma zona

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Granada de guerra es hallada dentro de baño de una pollería en San Borja junto a mensaje extorsivo - Panamericana Noticias

La noche del jueves, una granada de guerra fue localizada dentro del baño de una pollería en el distrito de San Borja, en Lima, acompañada de un mensaje extorsivo y un número telefónico. El incidente conmocionó a los clientes y trabajadores del local, situado en la cuadra dieciocho de la avenida Canadá, una zona reconocida por su alta actividad comercial nocturna y cerca de la avenida Aviación.

El hallazgo y la reacción inmediata

Según los testimonios recogidos por quienes presenciaron el suceso, un cliente ingresó al baño del local El Presidente y detectó sobre el suelo el artefacto explosivo, modelo tipo piña de color verde, envuelto en una mascarilla quirúrgica. Junto a la granada, halló un papel cuadriculado con una inscripción amenazante: “Pagas porque pagas. Si no, ya verás las consecuencias. Comunícate”, además del nombre Batallón del Centro y un número telefónico asignado, datos que incrementaron la alarma entre los presentes.

Granada de guerra es hallada
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La rápida reacción del cliente, que alertó a los responsables del establecimiento, permitió que el lugar fuera evacuado de manera preventiva. Todos los negocios de la cuadra quedaron temporalmente cerrados mientras personal especializado de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) evaluó el dispositivo y aseguró el área.

Antecedentes de amenazas y extorsión

Este mismo negocio ya había afrontado episodios de extorsión hace aproximadamente un año, cuando desconocidos lanzaron una bombarda como advertencia tras negarse a pagar a una presunta organización criminal. Durante aquel incidente, cámaras de seguridad recolectaron imágenes que sirvieron para identificar el modus operandi de la banda, considerada en ese momento vinculada al denominado El Tren de Aragua. Fuentes relacionadas con la investigación describieron un patrón de ataques nocturnos orientado a infundir temor entre los propietarios de comercios de la zona.

Granada de guerra es hallada
Granada de guerra es hallada dentro de baño de una pollería en San Borja junto a mensaje extorsivo - Panamericana Noticias

La presencia policial se incrementó en los meses siguientes, lo que permitió cierto control. Sin embargo, el hallazgo de este nuevo artefacto sugiere la reactivación de amenazas bajo una identidad distinta, ahora dirigida por una agrupación autodenominada Batallón del Centro.

Uso reiterado de teléfonos en mensajes extorsivos

Expertos en seguridad señalaron que el uso de números telefónicos en mensajes extorsivos es una práctica reiterada por parte de organizaciones criminales. Las autoridades han detectado que estos números, muchas veces asociados a nombres y documentos de identidad, permanecen activos incluso después de la denuncia. “En ocasiones, un mes después de la denuncia, los mismos números siguen siendo utilizados para extorsionar”, advierten fuentes consultadas durante las investigaciones.

La trazabilidad de estas líneas ha sido un desafío para las entidades encargadas de la lucha contra el crimen organizado, pese a los anuncios previos de medidas para controlar y desactivar números vinculados a amenazas.

Zonas afectadas y expectativa de las investigaciones

La cuadra donde ocurrió el hallazgo agrupa distintos negocios, incluidas cevicherías y locales de comida nocturna, circunstancias que convierten a esta área de San Borja en un entorno vulnerable a las extorsiones. Personal policial permanece vigilando el sector tras el retiro del artefacto explosivo, y se espera que las grabaciones de cámaras de seguridad aporten información útil para identificar a los responsables.

La hipótesis principal que manejan los agentes policiales es que los extorsionadores buscan coaccionar a los dueños de comercios, aprovechando la recurrencia de amenazas y el impacto psicológico en la comunidad.

El caso reaviva la preocupación sobre la capacidad de las autoridades para rastrear comunicaciones criminales y prevenir nuevos actos de violencia en espacios públicos frecuentados a diario por familias y trabajadores.