
El empleo formal en el Perú registró en junio un crecimiento de 4,7 % en comparación con el mismo mes de 2024, lo que equivale a la creación de 272.000 nuevos puestos de trabajo. Con este resultado, se acumulan 15 meses consecutivos de expansión en este indicador, informó este lunes el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).
De acuerdo con el reporte, la mayor parte del dinamismo se concentró en los sectores de servicios, agropecuario y comercio, que en conjunto explicaron el grueso de la generación de empleo durante el sexto mes del año.

Crecimiento en el sector privado
En el ámbito privado, el empleo formal mostró un crecimiento interanual de 6,3 %. El sector servicios lideró la creación de puestos de trabajo con 88.000 adicionales (4,1 %), seguido por el agropecuario, con 67.000 nuevos empleos (19,7 %), y el comercio, que aportó 34.000 plazas (4,9 %). Según el BCRP, este comportamiento confirma que la recuperación del mercado laboral mantiene un ritmo sostenido y generalizado en las principales ramas de actividad económica.
Este incremento cobra relevancia en un contexto donde solo el 29 % de la población económicamente activa (PEA) cuenta con un empleo formal, de acuerdo con cifras oficiales de 2024.

Masa salarial al alza
Otro de los indicadores que mostró una evolución favorable en junio fue la masa salarial formal, que comprende el valor total de los ingresos percibidos por los trabajadores. Esta aumentó 6,2 % en términos reales respecto al mismo mes del año anterior.
El BCRP explicó que este desempeño responde directamente al crecimiento de 4,7 % en el número de empleos formales reportados en la planilla electrónica.
En el caso del sector privado, la masa salarial avanzó 8,7 % interanual en junio, siendo la segunda tasa más alta del 2025, después del pico de 12,4 % registrado en marzo. El mayor impulso provino de los sectores de servicios y comercio, que concentraron los mejores resultados en generación de ingresos.

Lima Metropolitana
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que en el trimestre mayo-junio-julio de 2025, la población ocupada en Lima Metropolitana alcanzó los 5 millones 562.900 trabajadores, lo que representó un aumento de 1,6 % (86.600 personas) frente al mismo periodo de 2024.
El ente estadístico detalló que, al desagregar por género, la población ocupada masculina creció en 3,6 % (105.000 personas), mientras que la femenina retrocedió en 0,7 % (18.400 personas menos).
Con estos resultados, tanto el BCRP como el INEI coinciden en señalar que la economía peruana mantiene una tendencia positiva en la generación de empleo formal, aunque persiste el reto de ampliar la cobertura en un mercado laboral que aún es mayoritariamente informal.

¿Cuántos desempleados hay en Lima?
Por primera vez desde la pandemia, Lima ha registrado un aumento en su tasa de desempleo, de acuerdo con los últimos informes oficiales. En el trimestre mayo-junio-julio de 2025, el indicador pasó de 6,0 % a 6,1 %, lo que supone un retroceso frente al avance positivo que se venía logrando y que, en 2024, había permitido alcanzar nuevamente los niveles de ocupación previos a la crisis sanitaria. Este cambio refleja la fragilidad del mercado laboral en la capital, donde actualmente se contabilizan 358.800 personas sin empleo, una cifra que interrumpe la tendencia de recuperación económica observada en los últimos años.
El aumento también se tradujo en 11.700 desempleados adicionales respecto al mismo periodo del año anterior, lo que evidencia una presión creciente sobre los trabajadores y las familias en la ciudad. Los hombres fueron el grupo más golpeado, con más de 15.000 varones que quedaron sin trabajo, lo que refleja un debilitamiento de la estabilidad laboral incluso entre quienes tradicionalmente concentran mayores tasas de ocupación.

Sin embargo, el impacto más fuerte se concentró en la población juvenil, cuya tasa de desempleo se elevó en 14 %, muy por encima del promedio general. En contraste, entre los adultos mayores de 45 años, la tasa se ubicó en 5,8 %, lo que confirma que la pérdida de empleos afecta con mayor intensidad a los sectores más vulnerables y con menos experiencia laboral consolidada, profundizando la brecha de oportunidades en el mercado de trabajo.


