
Las lesiones en el sistema musculoesquelético son más comunes de lo que se cree. Un mal paso al bajar las escaleras, una caída en bicicleta, un golpe durante un partido de fútbol o incluso un tropezón en casa pueden terminar en una lesión dolorosa. En estos casos, dos de los diagnósticos más frecuentes son el esguince y la fractura. Ambos pueden presentar síntomas similares: dolor, hinchazón, dificultad para moverse y cambios en la forma o el color de la zona afectada. Sin embargo, no son lo mismo, y saber diferenciarlos es clave para recibir el tratamiento adecuado.
Según el Seguro Social de Salud (EsSalud) y el Ministerio de Salud (Minsa), las lesiones músculo-esqueléticas, como esguinces y fracturas, se ubican entre los motivos más frecuentes de consulta en los servicios de emergencia, especialmente en personas activas físicamente, adultos mayores y trabajadores expuestos a riesgos físicos. Aunque pueden parecer similares a simple vista, es fundamental conocer las diferencias entre un esguince y una fractura, ya que su tratamiento, recuperación y posibles complicaciones son distintos.
¿Qué es un esguince?
Un esguince es una lesión que afecta a los ligamentos, que son los tejidos elásticos que conectan los huesos entre sí en una articulación. Ocurre cuando un ligamento se estira más allá de su capacidad normal o se rompe parcial o totalmente, generalmente por un movimiento brusco, una torcedura o una caída.
Los esguinces ocurren con frecuencia en tobillos, muñecas, rodillas y dedos, y pueden clasificarse en tres grados según su gravedad:
- Grado I (leve): distensión del ligamento sin desgarro.
- Grado II (moderado): desgarro parcial del ligamento.
- Grado III (grave): rotura total del ligamento, a veces acompañado de inestabilidad en la articulación.

Los síntomas comunes de un esguince incluyen:
- Dolor al mover o apoyar la zona afectada.
- Hinchazón.
- Hematomas.
- Dificultad para mover la articulación.
El tratamiento varía según el grado del esguince, pero suele incluir reposo, aplicación de hielo, compresión, elevación (técnica RICE), analgésicos y fisioterapia.
¿Qué es una fractura?
Una fractura es la rotura total o parcial de un hueso. Puede producirse por un golpe fuerte, una caída, un accidente o incluso por movimientos repetitivos que causan estrés óseo, como en los casos de fracturas por sobrecarga en deportistas.
Existen distintos tipos de fracturas:
- Fractura simple (cerrada): el hueso se rompe pero no atraviesa la piel.
- Fractura compuesta (abierta): el hueso atraviesa la piel, lo que aumenta el riesgo de infección.
- Fractura por fisura o línea de fractura: el hueso tiene una grieta.
- Fractura conminuta: el hueso se rompe en varios fragmentos.
Los síntomas de una fractura incluyen:
- Dolor intenso e inmediato.
- Deformidad visible.
- Incapacidad para mover o cargar peso sobre la zona lesionada.
- Hinchazón y hematomas.
- A veces, crujido o sonido al momento del impacto.
El tratamiento de una fractura requiere inmovilización con yeso o férula, y en casos más graves, cirugía para colocar clavos, placas o tornillos. La recuperación es más lenta que en un esguince y puede tomar de semanas a varios meses.
Diferencia entre un esguince y una fractura

Aunque ambas lesiones pueden causar dolor, hinchazón y dificultad para moverse, la principal diferencia radica en el tipo de tejido afectado:
- El esguince afecta a los ligamentos (tejido blando).
- La fractura afecta al hueso (tejido duro).
Otras diferencias importantes:
- El dolor del esguince suele ser más tolerable y mejora al reposar. En cambio, el dolor de una fractura es agudo, constante e incapacitante.
- Las fracturas suelen provocar deformidades evidentes, mientras que los esguinces raramente lo hacen.
- Una radiografía es fundamental para confirmar si existe fractura; los esguinces no siempre se detectan por imagen.
¿Qué profesional de salud debe atender un esguince y una fractura?
Ambos tipos de lesiones deben ser evaluados por profesionales de la salud para evitar complicaciones. Ante cualquier golpe o dolor intenso, se recomienda acudir a un centro médico u hospital lo antes posible.
- En el caso de un esguince leve o moderado, un médico general, traumatólogo o fisioterapeuta puede indicar el tratamiento adecuado y supervisar la recuperación.
- En el caso de una fractura, es imprescindible la atención de un traumatólogo u ortopedista, ya que podría requerir estudios de imagen, inmovilización o cirugía.
Nunca se debe automedicar, intentar “acomodar” un hueso ni aplicar remedios caseros sin diagnóstico profesional, ya que esto podría empeorar la lesión.



