
La actividad física regular es uno de los pilares fundamentales para mantener la salud y el bienestar en la adultez mayor. Según el Ministerio de Salud (Minsa) y el Seguro Social de Salud (EsSalud), practicar deporte de forma adaptada a las capacidades de cada adulto mayor reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, fortalece músculos y huesos, mejora el equilibrio y la movilidad, y contribuye a la salud mental.
Además, está comprobado que el ejercicio ayuda a prevenir la depresión y el deterioro cognitivo, favoreciendo una vida más activa e independiente. Por ello, conocer cuáles son los tipos de actividad física más adecuados para quienes tienen 60 años o más es esencial para disfrutar de esta etapa con energía y vitalidad.
Tipos de actividad física más recomendables a partir de los 60 años

La elección de la actividad física ideal para una persona mayor de 60 años depende de su estado de salud, nivel de condición física y gustos personales. Sin embargo, hay disciplinas especialmente recomendadas por su bajo impacto y múltiples beneficios:
- Caminata: es la actividad más sencilla y accesible. Fortalece el sistema cardiovascular, mejora la circulación y ayuda a mantener un peso saludable.
- Natación: el agua reduce la presión sobre las articulaciones, lo que permite trabajar todos los músculos sin riesgo de lesiones. Además, mejora la capacidad respiratoria y la flexibilidad.
- Yoga: aumenta la flexibilidad, la fuerza muscular y el equilibrio, a la vez que reduce el estrés y mejora la concentración.
- Ciclismo en bicicleta estática: es ideal para quienes desean ejercitarse sin impacto en las articulaciones. Fortalece las piernas y mejora la resistencia cardiovascular.
- Tai chi: este arte marcial suave combina movimientos lentos y controlados con técnicas de respiración, lo que mejora la postura, la coordinación y el equilibrio.
- Gimnasia suave o funcional: se centra en movimientos que mejoran la movilidad, la fuerza y la estabilidad, que son necesarias para las actividades diarias.
Beneficios de la actividad física en adultos mayores
Beneficios físicos:
- Fortalecimiento muscular y óseo: el ejercicio estimula la masa muscular y la densidad ósea, reduciendo el riesgo de osteoporosis y fracturas.
- Mejora del equilibrio y la coordinación: disminuye las probabilidades de caídas, una de las principales causas de lesiones en la adultez mayor.
- Prevención de enfermedades: ayuda a controlar la presión arterial, el colesterol y el azúcar en sangre, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.
- Mayor resistencia: incrementa la capacidad pulmonar y cardiovascular, mejorando la energía para las actividades cotidianas.
Beneficios mentales y emocionales:
- Prevención del deterioro cognitivo: el ejercicio regular favorece la oxigenación cerebral y puede retrasar el avance de enfermedades como el Alzheimer.
- Reducción del estrés y la ansiedad: la actividad física libera endorfinas, hormonas que generan sensaciones de bienestar.
- Mejora de la autoestima y el ánimo: alcanzar metas físicas, por pequeñas que sean, refuerza la confianza personal.
- Fomento de la socialización: practicar deportes en grupo fortalece la vida social, evitando el aislamiento.
Adultos mayores: cuántos minutos a la semana deben realizar actividad física
El Minsa y EsSalud recomiendan que los adultos mayores realicen al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, como caminar a paso ligero, nadar o hacer yoga, distribuidos en 3 a 5 días por semana. Para quienes tienen buena condición física y no presentan problemas médicos importantes, se puede optar por 75 minutos semanales de actividad más intensa, siempre bajo supervisión médica. Además, se sugiere incluir ejercicios de fuerza 2 veces por semana, para mantener la masa muscular, y actividades de equilibrio y estiramiento para prevenir caídas y mejorar la movilidad.
Es importante iniciar de forma gradual, adaptando el nivel de exigencia a las capacidades de cada persona y realizando un chequeo médico previo. La constancia es clave: mantener una rutina regular es más beneficioso que realizar esfuerzos esporádicos de alta intensidad.



