El papa León XIV presidió este domingo en la explanada de Tor Vergata, en la periferia de Roma, una multitudinaria misa ante más de un millón de jóvenes procedentes de todo el mundo, en el cierre del Jubileo de la Juventud, un evento que formó parte de la celebración del Año Santo. El pontífice dedicó buena parte de su mensaje a animar a los jóvenes a no conformarse con lo mínimo y a aspirar a metas elevadas.
“Aspiren a cosas grandes, a la santidad, allí donde estén. No se conformen con menos. Así verán crecer cada día la luz del Evangelio, en ustedes mismos y a su alrededor”, sostuvo el papa durante la homilía, transmitida en italiano, inglés y español. León XIV exhortó a los presentes a evitar el conformismo y el consumismo, y subrayó que “la plenitud de nuestra existencia no depende de lo que acumulamos ni de lo que poseemos, sino que está unida a aquello que sabemos acoger y compartir con alegría”.
Esta misa puso punto final a una semana de actividades en Roma, con miles de jóvenes que participaron de celebraciones, encuentros y actos culturales. El pontífice recordó que durante esos días, los asistentes “han tenido muchas experiencias hermosas” y destacó el intercambio entre jóvenes de diferentes culturas y la importancia de compartir y dialogar.

Un mensaje contra el conformismo y el consumismo
En su intervención ante la multitud en Tor Vergata, León XIV indicó que “comprar, acumular, consumir no es suficiente. Necesitamos alzar los ojos, mirar a lo alto, a las cosas celestiales”. Insistió en la necesidad de practicar la humildad, el perdón y la paz, y aludió a la fragilidad humana como parte de la riqueza de cada persona, comparándola con la renovación permanente de la naturaleza.
“La fragilidad forma parte de la maravilla que somos”, afirmó. Y agregó: “Así vive el campo, renovándose continuamente, e incluso durante los meses fríos del invierno, cuando todo parece callar, su energía vibra bajo tierra y se prepara para explotar en miles de colores durante la primavera”.

En la conclusión de su mensaje, León XIV encomendó a los jóvenes a la Virgen María, con un deseo de que la experiencia vivida en Roma los impulse a regresar a sus países “contagiando entusiasmo y fe a quienes encuentren”.
Las autoridades italianas y el Vaticano confirmaron que la presencia en este evento superó el millón de personas, en un marco de organización que recordó la histórica Jornada Mundial de la Juventud celebrada en ese mismo lugar medio siglo atrás, con Juan Pablo II.

Un papa peruano
León XIV asumió el pontificado en mayo de este año, convirtiéndose en el nuevo líder de la Iglesia católica tras la renuncia de su antecesor. Su elección generó múltiples reacciones a nivel mundial, pero en Perú las muestras de alegría fueron especialmente notorias. León XIV posee ciudadanía peruana, Documento Nacional de Identidad (DNI) e incluso está inscrito en el Seguro Integral de Salud (SIS) del país.
En Perú, fieles y autoridades celebraron su elección con manifestaciones públicas y muestras de orgullo, destacando el vínculo del pontífice con la nación sudamericana. La figura de León XIV se ha fortalecido rápidamente, y su paso por el Jubileo de la Juventud ya marcó un hito: fue el acto más concurrido desde el inicio de su papado.