La confianza depositada en un nuevo trabajador terminó en una amarga experiencia para los dueños de un hotel bungalow en Nuevo Chimbote. Jonathan Manuel Rodríguez Sandoval, de 38 años, fue contratado para desempeñarse en la recepción del establecimiento. Sin embargo, apenas cumplía su primera hora de labores cuando decidió perpetrar un robo. El incidente ocurrió cuando su compañera de trabajo se ausentó momentáneamente para limpiar uno de los cuartos, dejándolo solo en el lugar.
Según el relato de los afectados, al quedarse solo Rodríguez Sandoval, inicialmente mostró nerviosismo y dio vueltas por el área de recepción. Su primera acción consistió en apoderarse de un teléfono celular de alta gama, propiedad de uno de los trabajadores del hospedaje. Acto seguido, verificó que no hubiera personas cerca y se dirigió a uno de los almacenes. Allí sustrajo más de mil soles, dinero correspondiente a las ganancias del día.
Tras completar el robo, tomó su mochila, manipuló el mecanismo de la cochera y salió por el lugar con la intención de no regresar. Cuando la otra trabajadora terminó la limpieza y descendió, se percató de la ausencia del nuevo empleado. La puerta de la cochera había quedado semiabierta y el hombre se había marchado con el botín.

Los hechos denunciados y la reacción de los empleadores
Los propietarios del hotel realizaron la denuncia ante la comisaría local por hurto. Manifestaron su indignación y sorpresa, pues no habían enfrentado antes un hecho de estas características. El hombre había solicitado el empleo el mismo día y, luego de una breve evaluación, fue admitido por los encargados, quienes buscaban personal para cubrir una vacante en la recepción. La experiencia dejó consternados a los empleados y la administración, que reconocieron que no volverán a brindar oportunidades laborales a desconocidos sin mayores referencias.
En declaraciones ante las autoridades, los administradores señalaron que Rodríguez Sandoval no mostró señales evidentes de querer delinquir hasta el momento del hecho. El hurto ocurrió poco después de recibir instrucciones básicas sobre sus labores, lo que generó desconcierto entre el resto del personal. Los responsables del hospedaje lamentaron la pérdida de confianza y la dificultad de encontrar trabajadores confiables tras lo sucedido.

Delito de hurto agravado según la legislación peruana
El caso protagonizado por Rodríguez Sandoval se encuadra dentro del delito de hurto agravado. El Código Penal peruano señala que el hurto es la sustracción ilegítima de un bien mueble en perjuicio de otra persona, sin violencia ni intimidación. La agravante en este caso parte del abuso de confianza y la condición de empleado del autor.
Según la normativa, el hurto puede sancionarse con penas de entre uno y seis años de cárcel, dependiendo de factores como el monto sustraído, la reincidencia y las circunstancias en que se produjo. Cuando el hurto es cometido aprovechando la relación de trabajo, la pena puede incrementarse. En situaciones donde el valor de lo robado supera las dos remuneraciones mínimas vitales, la sanción puede rondar los ocho años de prisión.
El proceso penal continúa abierto, y las autoridades buscan dar con el paradero de Rodríguez Sandoval, quien permanece como no habido después de abandonar el hospedaje.