Este 2025, el restaurante Maido no solo ha hecho historia al ser elegido el mejor del mundo por The World’s 50 Best Restaurants, sino que también revive entre anécdotas una que resume su alma: peruanidad sin pretensiones.
En medio de la sofisticación de sus menús nikkei y técnicas de vanguardia, hubo un momento en que un “mostrito” —esa mezcla tan criolla de arroz chaufa con pollo a la brasa— se coló en la experiencia gastronómica. Fue obra del influencer @soyelarturito, que entre risas y bromas logró servir un plato tan callejero como entrañable en el templo del fine dining limeño.
Cuando el “mostrito” llegó a la mesa más elegante del Perú

Nadie lo esperaba, y quizás por eso fue tan memorable. En pleno corazón de Maido, donde platos como el nigiri de wagyu o el pulpo al olivo se presentan como joyas comestibles, irrumpió un clásico del barrio: el “mostrito”.
Esta combinación de arroz chaufa con pollo a la brasa, acompañada a veces de papas fritas o salsas caseras, llegó gracias al influencer @soyelarturito, cuya visita se tornó viral por lo inesperado y entrañable del momento.
“Estamos en Maido, el quinto mejor restaurante del mundo y el primero en América Latina, y vamos a probar un mostrito”, anunció con picardía. Aunque el plato no era parte del menú, no faltó quien bromeara con traerlo por delivery. Micha, el propio Tsumura, no solo se sumó a la broma, sino que celebró esa muestra de cariño popular por una comida que, sin etiquetas ni estrellas, une generaciones.
Una cocina de alta gama con sabor a calle

Mitsuharu Tsumura nunca ha ocultado su admiración por la comida popular peruana. Aunque su propuesta culinaria en Maido gira en torno a la fusión nikkei —esa alquimia perfecta entre la tradición japonesa y los insumos del Perú—, el chef ha demostrado en muchas ocasiones que no existe una barrera entre lo gourmet y lo cotidiano.
La llegada del “mostrito” a su restaurante fue un reflejo de eso. No se trató de una burla ni de una transgresión, sino de un homenaje espontáneo a la esencia nacional. “Ahora sí, uno de los platos más queridos y apreciados del Perú. Podría estar en el top tres. Claramente, lo que más comemos aquí”, dijo Micha mientras se servía el insólito bocado. Su reacción fue de orgullo, no de censura. En esa escena, la alta cocina y la cocina callejera se abrazaron como viejos amigos.
Risas, delivery y pierna: cuando lo formal se vuelve fiesta

Aquel día, las formalidades del menú degustación quedaron en segundo plano. El equipo había culminado una selección de seis platos “sin menudos”, como comentó el propio Arturito entre risas. “Son seis platos con mamantanga. Esos se ven espectaculares. Pierna, pierna, listo”, bromeaba mientras la cámara captaba la mesa. Cuando llegó el momento del “especial”, el humor se mantuvo: “¿Te durará una hora, no? Yay, la papa, la papa”.
En un país donde la gastronomía convoca desde lo ancestral hasta lo improvisado, este tipo de momentos alimentan no solo el estómago, también el corazón. La escena, convertida en contenido viral, fue más que una anécdota; fue un testimonio del espíritu lúdico y generoso que ha hecho de Maido algo más que un restaurante. Allí, incluso un “mostrito” puede entrar, si es con respeto, amor por el sabor y una sonrisa.
El restaurante más premiado del mundo, pero con los pies en el Perú

Desde que Maido ingresó a la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo, su ascenso ha sido constante. En 2025, la cúspide llegó: el primer lugar absoluto. Pero lo más admirable es que esa cúspide no lo ha desconectado de sus raíces. Maido es, a la vez, laboratorio y hogar, escenario de inventiva y refugio de tradición.
El día que el “mostrito” cruzó la puerta de vidrio y madera pulida del local en Miraflores, el Perú entero se vio reflejado en esa mezcla perfecta de humor, ternura y hambre. La lección fue clara: no hay contradicción entre la excelencia y la humildad. Y quizá esa sea, precisamente, la receta secreta de Maido.
Porque para los peruanos, comer es celebrar, y en Maido se celebra al Perú. Con nigiris, con sakes, con panceta glaseada... o con un mostrito cargado de historia y sabor.



