En una pequeña casa hogar de Huánuco, rodeado por la flora y fauna que lo han acompañado durante más de un siglo, Marcelino Abad Tolentino, celebró este 5 de abril sus 125 años. Con este hito, ’Mashico‘, como es conocido cariñosamente, no solo se ha consolidado como el hombre más longevo del Perú, sino que, según las últimas gestiones, su caso podría ser reconocido como el de más edad en el mundo, superando incluso los récords previamente establecidos por personas verificadas internacionalmente.
La vida de Marcelino, nacido en 1900 en el pequeño pueblo de Chaglla (en la región central de Huánuco), está marcada por una impresionante resiliencia, marcada por la tragedia, la soledad y una vida de trabajo en la que aprovechó las bondades de la naturaleza para mantenerse saludable.
A lo largo de su vida, Mashico ha sido testigo de importantes cambios históricos (nació antes de que estallara la Primera Guerra Mundial), pero su mayor logro sigue siendo el cuidado de su salud y bienestar, basados en una dieta natural y un espíritu imbatible.

Una vida de sacrificios y aprendizajes
Desde muy joven, Marcelino, un hombre de apenas 1.30 m de estatura, enfrentó adversidades que habrían desbordado a otros. A los siete años quedó huérfano de padre y madre, quienes fallecieron trágicamente al intentar cruzar el río Huallaga. Fue entonces cuando comenzó una vida de lucha, primero como niño que vivió con los dueños de una hacienda en Chaglla, sin la oportunidad de estudiar debido a la lejanía del centro educativo más cercano. Aunque la vida no fue fácil, Mashico comenzó a cultivar la tierra y criar animales, utilizando las bondades de la naturaleza para subsistir.
Mashico cuenta que su vida estuvo marcada por el trabajo en las chacras y el intercambio de productos mediante el trueque. Un accidente en su juventud, cuando un muro se desplomó sobre él, le dejó secuelas en la cadera, pero la adversidad nunca lo derrotó.
Aunque nunca tuvo hijos ni una pareja, Marcelino vivió de manera autosuficiente, abrazando una vida sencilla y solitaria. Según sus vecinos, su vida estuvo siempre marcada por su solidaridad: a pesar de su soledad, Mashico era conocido por ayudar a quienes lo necesitaban, compartiendo lo poco que tenía y ofreciendo consejos llenos de sabiduría.

El secreto de la longevidad
A lo largo de los años, Mashico desarrolló una dieta basada en los productos que él mismo cultivaba en su huerto, el cual describía como su “bosque del edén”. Su alimentación, a base de frutas, verduras frescas y carne de cordero, es uno de los factores que más contribuyó a su longevidad.
La rutina de Mashico también incluía masticar hojas de coca, una práctica tradicional de las comunidades andinas, que le ayudaba a mantenerse enérgico. Esta costumbre, aprendida desde sus tiempos de trabajo en las chacras, ha sido parte esencial de su dieta y bienestar.

Según Misael Ayra, promotor de Pensión 65 en Huánuco, Marcelino consumía productos naturales que lo mantenían vigoroso. “Cada vez que lo visitábamos antes de que ingresara a la casa hogar, nos daba frutos de su huerto. Era como una fuente de vitalidad”, aseguró. Además, la dieta de Mashico se complementaba con lo que él mismo recolectaba de la naturaleza, como hierbas y plantas medicinales, un hábito que heredó de los conocimientos ancestrales de los pueblos andinos.
Por su parte Dolores Pérez, cocinera de la casa hogar, indicó que el estilo de vida de Mashico ha tenido un impacto positivo en su longevidad: “Siempre me pide palta en las mañanas como desayuno. No puede vivir sin su palta”, comentó.

Un nuevo comienzo
A pesar de la vida aislada que llevaba, en 2019, Marcelino Abad Tolentino fue encontrado por el programa social Pensión 65, perteneciente al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis). Este programa permitió que recibiera servicios del Estado, tras recibir por primera vez su DNI, lo que le dio acceso a servicios básicos como atención médica y pensiones.
La intervención del promotor de Pensión 65, Misael Ayra, fue clave para ubicarlo, ya que Mashico vivía en un sector muy alejado de la ciudad, donde la comunicación y el acceso a servicios eran prácticamente nulos. En colaboración con el municipio y el Reniec, se logró que Marcelino pudiera obtener su documento de identidad y acceder a la atención que necesitaba.
Mashico pasó a formar parte de la casa hogar “Mis abuelitos”, un lugar donde actualmente reside junto con otros adultos mayores que también forman parte del programa. Según el director del albergue, Padre Oswaldo Rodríguez, la integración de Marcelino a la casa hogar ha sido muy positiva para todos: “Es un hombre lleno de energía y sabiduría, siempre dispuesto a ayudar a los demás. Su historia inspira a todos los que lo conocemos”, comentó.

Además, la convivencia con otros adultos mayores ha proporcionado a Mashico una nueva familia, un círculo de apoyo que le ha permitido continuar disfrutando de su vida con dignidad y bienestar.
Marcelino Abad, el hombre más longevo del Perú y posiblemente del mundo, nos recuerda que el secreto de la longevidad está en nuestras manos, en nuestra forma de vivir y en nuestra capacidad para enfrentar las adversidades con una sonrisa.

Los más longevos
En la última década, las personas más longevas del mundo han superado los 110 años de edad. Entre los casos más destacados y verificados se encuentran:
- Kane Tanaka (Japón): Nacida el 2 de enero de 1903, Kane Tanaka fue reconocida como la persona viva más longeva del mundo hasta su fallecimiento en abril de 2022, a los 119 años.
- Jeanne Calment (Francia): Sigue siendo la persona más longeva registrada en la historia. Murió en 1997, con 122 años y 164 días
- Sarah Knauss (Estados Unidos): Vivió hasta los 119 años y 97 días antes de su fallecimiento en 1999.
- Jiroemon Kimura (Japón): Alcanzó los 116 años y 54 días.
- Susannah Mushatt Jones (Estados Unidos): Vivió hasta los 116 años y 311 días, falleciendo en 2016.
- Emma Morano (Italia): La última superviviente conocida del siglo XIX, vivió hasta los 117 años y 137 días.
- Chiyo Miyako (Japón): A los 117 años, fue considerada la persona más longeva del mundo hasta su fallecimiento en 2018.