Un hallazgo inquietante en el penal de Piedras Gordas ha puesto en evidencia una red de extorsión que operaba desde el interior de la prisión. Durante una requisa en la celda de John Zafra, un recluso condenado a cadena perpetua por ser el autor intelectual del asesinato del exdirector del penal Castro Castro, Manuel Coronado, las autoridades encontraron un libro que contenía números telefónicos de empresarios, dueños de negocios y figuras públicas. Entre los contactos figuraba el número de Jorge Lozada, exmánager del grupo musical Armonía 10, lo que ha generado nuevas interrogantes sobre los vínculos entre el crimen organizado y el ataque mortal que sufrió la agrupación musical.
El libro de caracter religioso, titulado La gran Esperanza, contenía una lista de nombres y números telefónicos de personas que, según las investigaciones, habrían sido víctimas de extorsión o ataques por parte de emisarios de Zafra. Este hallazgo refuerza las sospechas de que el peligroso delincuente dirigía actividades ilícitas desde la cárcel, utilizando incluso una red de wifi ilegal que, según las autoridades, provenía de una vivienda cercana al penal.
La conexión con Armonía 10 y la retirada de protección policial
El descubrimiento del número de Jorge Lozada en el libro de Zafra ha generado especial preocupación, ya que apunta a un posible seguimiento a la agrupación Armonía 10 en los meses previos al atentado que cobró la vida de uno de sus integrantes, Paul Flores, conocido como “el russo”. Este hallazgo ha sido interpretado como una prueba contundente de que la banda musical estaba en la mira de los delincuentes.

En este contexto, el abogado de la agrupación, Hugo Laurente, reveló que durante meses anteriores al ataque, Armonía 10 contaba con protección policial proporcionada por el Escuadrón de Halcones de la Policía Nacional. Sin embargo, esta protección fue retirada aproximadamente dos semanas antes del atentado. Laurente explicó que, al consultar las razones de esta decisión, se les informó que se trataba de disposiciones del nuevo jefe policial. “Ellos me relatan que hace dos semanas y media, aproximadamente, se les fue retirada la protección policial”, afirmó el abogado a 24 Horas Noticias, quien subrayó que esta decisión pudo haber facilitado el ataque contra la agrupación.
Extorsiones y amenazas desde la prisión
El libro encontrado en la celda de John Zafra no solo contenía escritas a lapicero el número de Lozada, sino también los contactos de empresarios, dueños de conocidas cebicherías, clínicas y empresas constructoras. Varias de estas personas habrían sido víctimas de ataques o extorsiones, lo que confirma la capacidad de Zafra para operar desde la prisión. Este hallazgo ha llevado a las autoridades a trasladar al recluso al penal de Challapalca, una prisión de máxima seguridad ubicada en una zona remota, con el objetivo de limitar sus comunicaciones y actividades ilícitas.
Además del libro, durante la requisa se encontraron dispositivos electrónicos que, según las investigaciones, estaban conectados a una red de wifi ilegal. Este sistema habría permitido a Zafra coordinar las extorsiones y mantener contacto con sus cómplices fuera de la prisión. Las autoridades ahora enfrentan el desafío de esclarecer cómo se permitió la instalación de esta red y quiénes podrían estar involucrados en facilitar las operaciones delictivas desde el penal.

Un caso que expone fallas en el sistema penitenciario
El traslado de John Zafra al penal de Challapalca es una medida que busca limitar su capacidad de operar desde la prisión, pero también pone de manifiesto las fallas en el sistema penitenciario. La existencia de una red de wifi ilegal y la posesión de un libro con información sensible dentro de su celda son ejemplos de cómo los controles en los penales pueden ser vulnerados.