Bolivia enfrenta una grave crisis de escasez de combustibles que ha impactado directamente a miles de ciudadanos en todo el país. Durante más de un año, el suministro de diésel y gasolina ha sido irregular debido a la baja producción local y la insuficiencia de divisas para cubrir las importaciones necesarias. Esta situación no solo ha afectado el transporte y la industria, sino que también ha exacerbado los problemas económicos en el país. Además, a esta crisis se le suma un fenómeno alarmante: el contrabando hacia Perú, situación que podría agravarse aún más si no se toman medidas eficaces de control en la frontera.
El Gobierno boliviano ha reconocido que la crisis es estructural, ya que la falta de recursos financieros impide cubrir la demanda interna. Según fuentes oficiales, Bolivia importa el 86% del diésel y el 56% de la gasolina que consume. Sin embargo, debido a la falta de dólares para financiar estas importaciones, se ha hecho cada vez más difícil mantener un abastecimiento estable.
El presidente de la petrolera estatal boliviana, Armin Dorgathen, reconoció recientemente que la empresa no cuenta con los fondos necesarios para importar combustibles para cubrir ni siquiera la mitad de la demanda habitual del país. Esta escasez ha obligado a los ciudadanos a hacer largas filas en las estaciones de servicio, con tiempos de espera que llegan a extenderse por horas, e incluso días en algunas regiones, especialmente en áreas rurales.
Contrabando hacia Perú
En paralelo a la crisis económica y la escasez de combustibles, Bolivia ha visto un aumento del contrabando de productos a través de la frontera con Perú. Esta actividad ilícita ha generado preocupaciones para ambas naciones, ya que las redes de contrabando operan con creciente sofisticación, aprovechándose de la aparente insuficiencia de control en las fronteras. Es decir, que a pesar de la escasez de combustible en Bolivia, las mafias continúan operando, contrabandeando el diésel hacia Perú debido a la diferencia de precios, ya que el combustible en Bolivia es considerablemente más barato.
Según un reportaje del dominical ‘Cuarto Poder’, las autoridades han incautado grandes cantidades de diésel y gasolina que eran transportadas de manera ilegal a Perú. La ruta más utilizada para este tráfico ilícito es la localidad de Tilali, en la región Puno, donde vehículos cargados con mercancías cruzan sin ser detenidos por las autoridades.
La ruta del contrabando es una trocha que está cerca a un puesto de vigilancia fronterizo que no cuenta con la presencia de policías. “Las fronteras del país son territorios liberados. Hemos perdido el control territorial de nuestras fronteras. Los puestos fronterizos son nominales, básicamente cumplen una formalidad”, dijo el exministro del Interior, Ruben Vargas, al citado medio. Además, se develó que varios de los contrabandistas están construyendo sus casas de varios pisos que financian con dinero de esta economía criminal.
Puestos de contrabando y productos
De acuerdo con ‘Cuarto Poder’, los productos contrabandeados son comercializados en un centro poblado cerca a una ruta principal, que se ha convertido en un punto estratégico para el comercio ilegal. Cada miércoles, según un informe, este lugar se llena de personas que buscan productos como ropa, combustible y otros insumos, siendo conocido localmente como “La Feria”.
“Ya en este punto, las organizaciones que están detrás del contrabando han logrado tener niveles de sofisticación que hace que tengan una cada de distribución impresionante”, alertó Claudia Linares, presidenta de la Comisión de Luchas contra el Comercio Ilícito.
El impacto económico del contrabando en Perú es significativo, con pérdidas anuales estimadas en 600 millones de dólares. Sin embargo, esa cifra podría ser mucho mayor, alertó el dominical.
Incautaciones en la frontera y productos ilegales
En los últimos meses, las autoridades bolivianas han intensificado los operativos en las zonas fronterizas para combatir el contrabando. En uno de los operativos más recientes, el Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando incautó un camión cisterna con 14 mil litros de diésel que no contaba con la documentación legal para su transporte. Este combustible estaba destinado a ser trasladado ilegalmente hacia Perú.
Sin embargo, el contrabando no se limita solo al combustible. En los operativos también se han incautado otros productos como carne, maíz, ropa y aceite, que eran transportados de manera ilegal a través de las fronteras.
El 4 de enero de 2025, en un operativo conjunto entre la División de Investigación Criminal (DIVINCRI) Puno, la División de Investigación de Delitos contra el Patrimonio (DEPINCRI) Puno y la Policía Fiscal (AREPOFIS), se intervino un volquete en el Óvalo Huáscar. El vehículo, que transportaba piedra grava como carga aparente, llevaba escondidos 4 mil galones de combustible en dos grandes contenedores ocultos bajo una capa de arena y escombros. La intervención resultó en la detención de David Wilson Flores Mamani, de 39 años, por el presunto delito de contrabando.
El camión, con placa A4Y-854, provenía de Desaguadero, en la frontera con Bolivia, y tenía como destino Juliaca. Según las primeras investigaciones, el vehículo no contaba con la documentación legal que certificara la procedencia del combustible. Este modus operandi, característico de organizaciones criminales dedicadas al contrabando de hidrocarburos.
