Aunque las mujeres y adultos mayores son los más propensos a sufrir estreñimiento, de acuerdo al Seguro Social de Salud (EsSalud), los problemas para defecar se pueden presentar en personas de todas las edades, afectando la calidad de vida de quienes los padecen.
A pesar de ser comunes, los problemas para defecar muchas veces se confunden o se utilizan sus denominaciones de manera incorrecta como cuando los términos “constipación” y “estreñimiento” se emplean como sinónimos. Aunque ambos hacen referencia a dificultades para defecar, en realidad existen diferencias notables entre ellos que es importante comprender para poder tratarlos adecuadamente.
¿Qué es la constipación?
La constipación es un término que, en muchos casos, se utiliza de manera incorrecta en lugar de estreñimiento. Sin embargo, su significado más preciso se refiere a una sensación generalizada de incomodidad en el sistema digestivo, que puede incluir síntomas como dolor abdominal, distensión, o una sensación de evacuación incompleta, aunque no necesariamente haya una alteración importante en la frecuencia de las deposiciones. La constipación puede ser un síntoma transitorio relacionado con un cambio en la dieta, la ingesta insuficiente de líquidos, el estrés o un trastorno digestivo temporal.
En términos más amplios, la constipación no siempre implica una dificultad directa en la evacuación intestinal. Puede referirse a una sensación general de malestar digestivo que puede ir acompañada de falta de apetito, gases o incomodidad en el abdomen. Las personas que experimentan constipación suelen sentir que sus intestinos no están funcionando con normalidad, pero la frecuencia de las deposiciones puede mantenerse dentro de los límites saludables, aunque con un mayor esfuerzo para evacuar o con evacuaciones incompletas.
¿Qué es el estreñimiento?
El estreñimiento, por otro lado, es un término más específico que hace referencia a la dificultad para evacuar el intestino de manera regular. Se considera estreñimiento cuando una persona pasa más de tres días sin evacuar, tiene evacuaciones duras y secas, o experimenta dolor al defecar. La falta de evacuaciones frecuentes o la presencia de heces muy duras son los indicadores más comunes de este trastorno.
El estreñimiento puede estar asociado con diversos factores, como una dieta pobre en fibra, la falta de actividad física, el estrés, ciertos medicamentos o afecciones médicas que afectan la motilidad intestinal. Cuando se experimenta estreñimiento de manera crónica, es necesario buscar tratamiento médico para abordarlo adecuadamente, ya que puede ser un indicio de otros trastornos más serios, como el síndrome del intestino irritable o trastornos neurológicos.
El estreñimiento no solo afecta la frecuencia de las deposiciones, sino que también genera incomodidad significativa, que puede incluir dolor abdominal, cólicos y la sensación de evacuación incompleta. Los tratamientos suelen incluir cambios en la dieta, aumento de la ingesta de líquidos y actividad física, así como el uso de laxantes en algunos casos.
¿Cuál es la diferencia entre constipación y estreñimiento?
La principal diferencia entre constipación y estreñimiento radica en la gravedad y en la naturaleza del problema digestivo. Mientras que la constipación se refiere a una sensación de malestar o incomodidad general en el sistema digestivo, el estreñimiento implica una dificultad más tangible y específica para evacuar el intestino, como evacuaciones infrecuentes, duras o dolorosas. En otras palabras, la constipación podría verse como una manifestación subjetiva del malestar digestivo, mientras que el estreñimiento se caracteriza por signos objetivos relacionados con la frecuencia y la consistencia de las heces.
Además, la constipación no siempre está asociada con una alteración significativa en la frecuencia de las deposiciones, mientras que el estreñimiento sí implica una evacuación insuficiente o dolorosa. En términos simples, alguien que se sienta constipado puede no tener un problema serio de estreñimiento, pero alguien que experimenta estreñimiento está luchando con un problema más grave que afecta la evacuación regular.
Es importante reconocer la diferencia entre estos dos términos para poder tratar adecuadamente el trastorno. Mientras que la constipación puede ser tratada con ajustes dietéticos o cambios temporales en el estilo de vida, el estreñimiento a menudo requiere una evaluación más detallada y, en algunos casos, un tratamiento médico. Ambas condiciones, sin embargo, se benefician de un enfoque integral que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y una correcta hidratación.
