La Comisión de Transporte del Congreso llevó a cabo una inspección el miércoles 5 de marzo en las vías de acceso al nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, en medio de crecientes preocupaciones sobre la capacidad vehicular del proyecto. Según informó Ositran, la infraestructura vial que conectará con el renovado terminal aéreo reducirá drásticamente el flujo de vehículos, pasando de 3.480 vehículos por hora a solo 1.422. Este cambio, que representa una disminución de más del 50 %, ha generado cuestionamientos sobre la planificación y viabilidad del proyecto.

De acuerdo con el informe de Ositran, el actual aeropuerto cuenta con hasta nueve carriles de acceso distribuidos entre las avenidas Fossett y Tomás Valle. Sin embargo, el nuevo diseño contempla únicamente tres carriles principales para el ingreso, lo que podría ocasionar graves problemas de congestión vehicular. La entidad reguladora advirtió que, incluso con medidas de mitigación como semaforización inteligente y la habilitación de intersecciones, el riesgo de colapso vial es significativo, especialmente hacia el año 2028.

El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), a través de su jefe de gestión de Obras, José Palomino Reina, aseguró que se están implementando estrategias para garantizar un tránsito más fluido en las avenidas Faucett y Morales Suárez, que conectan con el aeropuerto. Según Palomino, estas medidas incluyen un sistema de semaforización sincronizada y mejoras en las vías, basadas en estudios especializados en ingeniería de tráfico y seguridad vial. “Con todas las mejoras que se están haciendo, entiendo que el flujo vehicular va a mejorar de todas maneras”, afirmó el funcionario.

Por su parte, Provías, entidad encargada de las obras complementarias, aseguró que los accesos estarán listos para pruebas el próximo 15 de marzo, con el objetivo de garantizar la funcionalidad del sistema antes de la inauguración del aeropuerto, programada para finales de ese mismo mes. No obstante, Ositran mantiene su postura de que los cuellos de botella serán inevitables debido a la limitada capacidad de los carriles de ingreso.

Durante la inspección realizada por la Comisión de Transporte del Congreso, su presidenta, Hilda Portero, expresó su preocupación por la falta de coordinación entre las entidades responsables del proyecto. “Aquí todo el mundo se lava las manos. Hay entidades responsables y les pido que se sienten en una mesa de trabajo. Antes de ver el problema, tenemos que solucionarlo”, declaró Portero, haciendo un llamado a Ositran, el MTC, las concesionarias y Provías para trabajar en conjunto.

Además, algunos miembros de la comisión plantearon la posibilidad de postergar la entrega del nuevo aeropuerto hasta que se garantice una solución definitiva a los problemas de acceso vehicular. “Solo se quiere brindar una solución temporal. Considero que se debe evaluar la entrega de la obra definitiva y en funcionamiento para una nueva fecha”, señaló uno de los congresistas presentes.

El nuevo Aeropuerto Jorge Chávez, que busca posicionarse como un hub regional de transporte aéreo, enfrenta crecientes cuestionamientos debido a los problemas de planificación en su infraestructura vial. Según Ositran, la reducción en la capacidad vehicular no solo afectará a los pasajeros, sino también a las operaciones logísticas y comerciales que dependen del aeropuerto. A pesar de las promesas de mejoras por parte del MTC y Provías, las preocupaciones sobre el impacto a largo plazo persisten.

Con la fecha de inauguración acercándose rápidamente, la presión sobre las autoridades para resolver estos problemas aumenta. Mientras tanto, la cuenta regresiva continúa, dejando en el aire la pregunta de si el nuevo Aeropuerto Jorge Chávez estará realmente preparado para cumplir con las expectativas de los usuarios y operadores.