La salud del papa Francisco sigue siendo un tema de gran preocupación para los millones de fieles de la Iglesia Católica, tras ser internado el pasado 14 de febrero debido a una neumonía. La incertidumbre sobre el futuro del pontífice, sumada a su delicado estado, ha llevado a especular sobre las posibles opciones en caso de que el santo padre decida seguir con los pasos de Benedicto XVI y dedida renunciar al verse incapaz de liderar. En este contexto, el vaticanista Hernán Olano, doctor en Derecho Canónico, compartió su visión sobre los posibles candidatos, y las posibilidades de que el cardenal peruano asuma el cargo.
En una entrevista con RPP, Olano señaló que el proceso de elección del Papa siempre involucra a varios cardenales con posibilidades, quienes son denominados “papables”. Sin embargo, destacó que no todos tienen la misma probabilidad de ser elegidos, ya que algunos cuentan con mayor simpatía dentro del Colegio Cardenalicio. “Siempre hay, como se dice, papables. Papables son todos los cardenales, pero algunos tienen mayor simpatía frente a otros”, indicó.
El vaticanista también mencionó a varios cardenales que podrían ser considerados como opciones fuertes en un eventual cónclave. Entre los nombres destacados se encuentran el cardenal Seán Patrick O’Malley, de Boston, y el cardenal Robert Sarah, de Guinea, aunque Olano subrayó que algunos de ellos ya han alcanzado los 80 años, lo que limita sus opciones. Sin embargo, el experto no descartó a otros cardenales de menor edad, quienes representarían una opción más fresca y con un mandato prolongado.
Cardenales jóvenes podrían asumir como Papa
Uno de los nombres que surgió con fuerza durante la entrevista fue el del cardenal Mykola Bychok, obispo para los ucranianos en Australia, quien con 45 años se perfila como uno de los cardenales más jóvenes con posibilidades de ascender al papado. Olano también mencionó al cardenal Giorgio Marengo, de 50 años, quien es cardenal en Mongolia y, además, cuenta con una particularidad que lo distingue: es exorcista.
“O está, por ejemplo, el cardenal (Mykola) Bychok, que es el cardenal más joven, tiene 45 años y vive en Australia; es el obispo para los ucranianos de Australia. O el cardenal (Giorgio) Marengo, de 50 años, italiano, que es cardenal en Mongolia y, además, es exorcista”, comentó Olano para el citado medio.
En cuanto a las características que se buscarían en un nuevo Papa, Olano enfatizó que lo más importante será garantizar la “estabilidad de la Iglesia”. En este sentido, el vaticanista explicó que, debido a la situación de Francisco, los cardenales más jóvenes se perfilan como los favoritos, ya que podrían asegurar un pontificado largo y estable. “Para mí, los candidatos son, en este momento, los más jóvenes (...), porque nos mostraría una estabilidad de la iglesia, por lo menos durante 35 años más, sin necesidad de hacer un cónclave adicional en ese periodo”, afirmó.
¿El cardenal peruano tiene posibilidades de ser el nuevo Papa?
Uno de los temas abordados por Olano fue la posibilidad de que el cardenal peruano Carlos Castillo sea elegido como Papa en un futuro cónclave. Aunque el vaticanista calificó a Castillo como un “firme candidato” por sus méritos, dejó en claro que existen barreras geopolíticas dentro del Colegio Cardenalicio que dificultan esta opción.
“El cardenal Castillo sí es un candidato firme. Lo que ocurre es que no es probable que dentro de la geopolítica religiosa del Colegio Cardenalicio volvamos a tener un Papa latinoamericano”, explicó Olano, en referencia de la delicada situación que implicaría elegir a un Papa de la misma región que el actual pontífice, Francisco, quien es argentino.
El vaticanista recordó que, aunque la Iglesia abrió sus puertas a una mayor representación de las naciones de América Latina en los últimos años, especialmente con la elección de Francisco en 2013, la posibilidad de repetir un Papa latinoamericano podría no ser tan bien vista por todos los sectores del Vaticano. Esto es debido a la dinámica interna del Colegio Cardenalicio, que observa con atención las diversas regiones del mundo y la necesidad de mantener un equilibrio en la representación geopolítica dentro de la Iglesia.
