La creciente ola de criminalidad en el Perú ha desatado una crisis de inseguridad que impacta tanto en las grandes ciudades como en los distritos más pequeños. En este contexto de violencia, un caso estremecedor ha conmocionado a la población de Marcona, en Nasca (Ica), donde un adolescente de 17 años fue secuestrado y asesinado tras no cumplirse las demandas económicas de sus captores.
El 15 de enero de 2025, el menor identificado con las iniciales D. A. E. H. fue secuestrado en horas de la noche mientras se encontraba en las calles del distrito de Marcona. Según relataron sus familiares, los captores, aparentemente de nacionalidad extranjera, se comunicaron en la madrugada del 16 de enero con Alfredo Espinoza, padre del joven, exigiendo 2 mil soles a cambio de liberarlo.
El afligido padre describió el acto como un golpe devastador para su familia, señaló que los secuestradores también contactaron a otros miembros de la familia. A la madre y hermana del adolescente les demandaron 4 mil soles a cada una. Sin embargo, ante la imposibilidad de reunir el dinero, los delincuentes decidieron asesinar al menor.
El cuerpo del joven fue hallado por sus propios familiares en la playa conocida como “El Hambre”, ubicada en las cercanías de Marcona. Los restos fueron encontrados tendido sobre la arena con un impacto de bala en la cabeza que terminaron con la vida y futuro del menor.
“Estamos en total abandono”
En declaraciones a la prensa, Alfredo Espinoza expresó su frustración y dolor ante la pérdida de su hijo y criticó severamente las condiciones de seguridad en el distrito. “Estamos en total abandono por las autoridades, la muerte de mi hijo no puede quedar impune”, afirmó.
Espinoza subrayó la falta de medidas preventivas en Marcona, como la ausencia de cámaras de seguridad y la deficiencia en la iluminación de las calles, lo que facilita la actividad criminal que terminó quitándole la vida al adolescente.
El padre también relató los momentos previos a la desaparición de su hijo, destacando que había estado con él hasta las 10:00 p.m. del 15 de enero. Horas después, mientras descansaba, comenzó a recibir las llamadas de los secuestradores. A pesar de las amenazas, Espinoza reconoció que no imaginó la gravedad de la situación y no cumplió con las demandas económicas.
Detalles de los secuestradores y entierro en Chincha
El joven D. A. E. H. era descrito por su padre como un adolescente trabajador, que se ganaba la vida en el sector de construcción y que desde los 11 años vivía junto a él en Marcona. El menor, originario de Chincha, era reconocido por su carácter tranquilo y su dedicación al trabajo diario.
Espinoza también señaló que los criminales tenían un marcado acento extranjero, posiblemente venezolano. “Habrán pensado que tengo dinero, pero yo vivo del día a día”, lamentó el padre.
El cuerpo del adolescente será trasladado a su ciudad natal, Chincha, donde la familia ha decidido velarlo y darle sepultura. “Lo vamos a sepultar en Chincha porque él es natural de allá”, declaró Espinoza, quien enfatizó que desea rendirle homenaje en el lugar donde nació y creció su hijo.
Canales de emergencia PNP
El Gobierno ha puesto en marcha la Central 111 de la Policía Nacional del Perú, un servicio gratuito y confidencial disponible las 24 horas del día para que los ciudadanos puedan denunciar extorsiones y recibir protección inmediata. Esta línea está conectada con la Central de Emergencias 105, lo que permitirá a las víctimas proporcionar pruebas como audios y videos.
Además, los usuarios cuentan con otras opciones para realizar sus denuncias, tales como:
- Línea 1818: Teléfono de emergencia para reportar extorsiones.
- Celular 942841978: Contacto directo para denuncias de extorsión.
- Comisarías: Puntos de denuncia ubicados en cada distrito.
- Departamentos de Investigación Criminal (Depincri): Unidades especializadas en delitos como la extorsión.