En un esfuerzo por reforzar la salud pública y combatir la desinformación, el Congreso del Perú ha presentado un proyecto de ley que busca sancionar penalmente a quienes fomenten el rechazo a las inmunizaciones obligatorias. La medida, impulsada por la congresista Susel Paredes, tiene como objetivo proteger a la ciudadanía de enfermedades prevenibles como la poliomielitis y el sarampión, que han resurgido en algunos países debido a la baja cobertura de vacunación.
El proyecto, presentado ante el Congreso por Paredes, del Bloque Democrático Popular, plantea la incorporación del artículo 289-A en el Código Penal. Este nuevo artículo establecería penas de cárcel para las personas que instiguen o induzcan deliberadamente a otras a no cumplir con la vacunación obligatoria declarada por las autoridades. Según el texto legislativo, estas acciones serían consideradas delitos contra la salud pública, debido a los riesgos significativos que representan para la colectividad.
La propuesta especifica que quien incite a la negativa de vacunarse será sancionado con una pena privativa de la libertad de entre cinco y seis años. La misma pena aplicará a quienes promuevan esta postura en relación con menores de edad o personas dependientes bajo su responsabilidad.
Asimismo, el proyecto prevé sanciones más severas si estas actividades se realizan mediante medios de comunicación masiva, redes sociales u otras plataformas digitales. En estos casos, las penas de cárcel oscilarán entre cinco y siete años. Si los actos de instigación llegan a provocar un brote de enfermedad que comprometa la vida y la salud de un número considerable de personas, la pena será de seis a ocho años.
En la exposición de motivos, la congresista resaltó la necesidad de esta legislación para enfrentar los riesgos que genera la desinformación en torno a las vacunas, especialmente en contextos donde su rechazo puede desencadenar el regreso de enfermedades erradicadas o controladas en el país.
Incremento de infecciones respiratorias
El debate sobre la importancia de la vacunación se da en un contexto crítico. Durante la primera semana de 2025, el ministro de Salud, César Vásquez, informó sobre el incremento de infecciones respiratorias, entre ellas el COVID-19, que ha registrado 186 nuevos casos en pocos días. Vásquez reiteró el llamado a la población para que complete sus esquemas de vacunación, especialmente los grupos vulnerables como adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes.
La autoridad sanitaria subrayó que la vacunación sigue siendo una herramienta efectiva para prevenir complicaciones graves y evitar hospitalizaciones en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Por ello, exhortó a las personas que aún no han recibido todas las dosis de la vacuna contra el COVID-19 a acudir a los centros de inmunización disponibles en Lima y otras regiones del país.
Entre los centros autorizados en la capital, destacan el Centro de Salud en Jesús María, el Centro de Salud Breña, el Centro de Salud Surquillo y el Hospital Santa Rosa. Para vacunarse, los ciudadanos deben presentar su DNI o pasaporte y, en el caso de menores, documentos alternativos como partida de nacimiento o carné de vacunación.
El Minsa también pone a disposición la Línea 113 Salud para resolver dudas o brindar orientación, disponible las 24 horas del día, los 365 días del año.
Estrategias para cerrar la brecha de vacunación
En paralelo, el Ministerio de Salud (Minsa) ha definido su hoja de ruta para 2025, orientada a cerrar las brechas de vacunación, especialmente en niños menores de cinco años. Según Magdalena Quepuy Izarra, directora ejecutiva de la Dirección de Inmunizaciones, el padrón nominal será una herramienta clave para identificar a los menores con esquemas incompletos. Además, se están coordinando esfuerzos con el Ministerio de Educación y el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social para facilitar el acceso a las vacunas en esta población.
No obstante, persisten desafíos. En regiones como Piura, Loreto y Puno, las autoridades han señalado que uno de los principales obstáculos es la desconfianza de padres jóvenes, quienes no han enfrentado enfermedades como el sarampión o la poliomielitis en sus propias vidas. Este desconocimiento de los riesgos ha incrementado el rechazo hacia las vacunas.
Loyda Soto, coordinadora de inmunizaciones en Loreto, señaló que las enfermeras están siendo capacitadas para abordar las inquietudes de los padres y explicarles la seguridad y efectividad de las vacunas. “Muchos preguntan por qué tantas vacunas para sus hijos, y esa es una barrera que debemos superar”, afirmó.
Finalmente, Quepuy destacó que, aunque las tasas de vacunación han mostrado una leve mejora, el desafío sigue siendo convencer a los padres de que las vacunas no solo son seguras, sino esenciales para salvar vidas y evitar brotes epidémicos.