La producción de café en Perú registró una disminución significativa del 9,65% durante 2024, alcanzando un volumen de 239.200 toneladas de café verde, según informó la Junta Nacional del Café (JNC). Este descenso, comparado con las 264.750 toneladas producidas en 2023, se atribuye a una combinación de factores adversos, como el impacto del cambio climático, la alta incidencia de la roya y el envejecimiento del 70% de las plantaciones en una superficie de 380.000 hectáreas. A pesar de este panorama, el valor de las exportaciones del grano aromático logró mantenerse en niveles altos, alcanzando los 1.103 millones de dólares.
De acuerdo con el presidente de la JNC, el ingeniero Delky Gutiérrez Guerrero, el rendimiento promedio por hectárea se situó en 630 kilogramos, uno de los niveles más bajos registrados en décadas. Este rendimiento insuficiente pone en riesgo la sostenibilidad y competitividad del sector cafetalero peruano. Gutiérrez enfatizó la necesidad de implementar un plan de reconversión que permita elevar la productividad a 1.200 kilogramos por hectárea, mediante prácticas como la agroforestería, que además contribuirían a mitigar los efectos del cambio climático.
“Es una inversión con alta rentabilidad económica, social y ambiental. Sin embargo, no hemos logrado que las autoridades del Poder Ejecutivo asignen técnicos con la solvencia profesional necesaria para trabajar en esta agenda, que otros países cafetaleros ya vienen desarrollando desde hace años”, señaló Gutiérrez.
Exportaciones en un contexto de volatilidad para el café peruano
A pesar de la caída en la producción, las exportaciones de café peruano durante 2024 lograron alcanzar un volumen de 240.250 toneladas, equivalente a 5,223 millones de quintales. Según la JNC, estas exportaciones generaron ingresos por 1.103 millones de dólares.
Sin embargo, el ciclo comercial estuvo marcado por una fuerte oscilación de precios y especulación en las zonas de producción, lo que afectó las fechas de embarque pactadas y limitó el potencial de crecimiento tanto en volumen como en valor.
Gutiérrez explicó que la menor cosecha impactó directamente en las expectativas de exportación, aunque destacó que el sector logró sortear las dificultades gracias al esfuerzo de las cooperativas cafetaleras y otros actores clave.
El dirigente también destacó la urgencia de rejuvenecer las plantaciones existentes y adoptar buenas prácticas agrícolas para cumplir con las normativas internacionales, como la reciente regulación de la Unión Europea que exige que las plantaciones no estén vinculadas a la deforestación.
Según Gutiérrez, esta normativa representa tanto un desafío como una oportunidad para el sector. El presidente de la JNC proyectó que, si se toman medidas inmediatas, la producción de café peruano podría alcanzar las 450.000 toneladas de alta calidad para 2030. En este sentido, las cooperativas cafetaleras ya están trabajando en estrategias para adaptarse a estas exigencias y mejorar la competitividad del producto en los mercados internacionales.
Un 2025 cargado de roya, plagas y gusanos para el café peruano
A pesar de los desafíos actuales, el sector cafetalero peruano vislumbra un posible incremento en la cosecha para 2025, siempre y cuando se implementen las medidas necesarias para combatir la roya, los nemátodos y otros factores que afectan la productividad. Según la JNC, el rejuvenecimiento de las plantaciones y la adopción de prácticas agrícolas sostenibles serán claves para alcanzar este objetivo.
“Se perfila un incremento de la cosecha en 2025, pese a la fuerte presencia de la roya y los nemátodos”, señala el comunicado de la organización.
El café peruano, reconocido por su calidad y sabor distintivo, enfrenta un momento crucial en su historia. Con un plan estratégico adecuado y el apoyo de las autoridades, el país podría no solo recuperar los niveles de producción anteriores, sino también consolidarse como un líder en la exportación de café de alta calidad en los mercados internacionales.
El papel crucial de las cooperativas cafetaleras
Las cooperativas cafetaleras han desempeñado un rol fundamental en la reactivación del sector durante las últimas décadas. Según datos de la JNC, estas organizaciones han incrementado su participación en el valor de las exportaciones de café, pasando del 4% en 1996 al 26% en la actualidad. Este avance se ha logrado a pesar de los entornos gubernamentales y económicos adversos que, en palabras de Gutiérrez, han intentado bloquear su desempeño mediante políticas de exclusión financiera y acoso tributario.
Actualmente, operan en el país 1.150 cooperativas agrarias formalizadas, de las cuales el 26% se dedican al cultivo de café, trabajando en aproximadamente 100.000 hectáreas. Estas cooperativas producen 80.000 toneladas de café verde, de las cuales 65.000 toneladas se destinan al mercado internacional, con un 80% de certificación orgánica.
Gutiérrez subrayó el compromiso de las cooperativas con la eficiencia, la transparencia y la solidaridad, y reiteró la necesidad de fortalecer el cooperativismo cafetalero para garantizar la sostenibilidad del sector. “Estamos comprometidos en seguir bregando por el fortalecimiento del cooperativismo cafetalero, bajo las premisas de eficiencia, transparencia y solidaridad”, concluyó.