En el contexto actual de la gastronomía, pocas ciudades han logrado atraer la atención internacional como lo ha hecho Chiclayo, la capital de Lambayeque. Este 2025, el mundo pone su mirada en esta región del norte de Perú, conocida por su rica tradición culinaria y su legado histórico. Un reciente artículo de Eater.com, un portal de renombre en gastronomía, vida nocturna y restaurantes, ha incluido a Chiclayo entre los 18 mejores destinos para comer en el 2025, asegurando su posición en el mapa culinario global.
La cocina peruana alcanzó reconocimiento mundial gracias a su diversidad y riqueza, impulsada en gran medida por el prestigio de Lima. Sin embargo, el portal gastronómico destacó que Lambayeque, con Chiclayo como epicentro, ofrece una propuesta culinaria única que se distingue de la capital. “La cocina peruana ha logrado una enorme expansión en todo el mundo, a menudo aprovechando el talento culinario y el prestigio de Lima. Pero los lugareños han guardado durante mucho tiempo el secreto de la región de Lambayeque, en la costa norte de Perú, hogar de una cocina completamente diferente a la de la capital”, explicó el portal.
Un legado histórico que define el sabor
La distinción de la gastronomía chiclayana radica en su conexión con los antiguos pueblos que habitaron la región. Eater.com destaca la influencia de los moche, quienes dejaron un rico legado cultural, visible en monumentos como las tumbas de Sipán, los complejos piramidales de adobe en Túcume y las cerámicas que reflejan elementos locales como el pepino dulce, la guanábana y el pato criollo. Este patrimonio cultural se traduce en una cocina que integra ingredientes y técnicas ancestrales, creando una identidad única que atrae tanto a locales como a visitantes extranjeros.
Además, el artículo resalta cómo la cocina de Chiclayo ha ganado proyección más allá de las fronteras peruanas gracias a chefs de renombre internacional. Nombres como Valerie y Nando Chang en Miami, o Rodrigo Fernandini en Nueva York, han llevado los sabores de Lambayeque a nuevos horizontes. Esto, sumado a la aparición de restaurantes en Lima que celebran la gastronomía lambayecana, ha contribuido a que el mundo descubra la riqueza culinaria de esta región.
El portal propone un itinerario gastronómico para quienes deseen explorar Chiclayo y sus alrededores. Recomienda comenzar con una visita a restaurantes emblemáticos como El Cántaro, conocido por su ambiente folclórico, o Fiesta, bajo la dirección del chef Héctor Solís, cuya propuesta celebra la cocina regional con un enfoque contemporáneo. Estos espacios ofrecen una introducción a los platos icónicos de Lambayeque, como el arroz con pato a la chiclayana, preparado con loche y cilantro.
Sin embargo, la experiencia no termina allí. Para una inmersión más profunda, el visitante puede dirigirse a las picanterías y chicherías de los alrededores. Estos establecimientos mantienen viva la tradición culinaria local con preparaciones como la tortilla de raya, el ceviche de chinguirito elaborado con pez guitarra y el espesado, un guiso de raíces precolombinas. Cada plato cuenta una historia que conecta el presente con el pasado de la región.
Otro de los atractivos destacados es la playa de Pimentel, donde la gastronomía se fusiona con la tradición pesquera. Aquí, los pescadores locales aún utilizan balsas de totora, una técnica ancestral que añade un toque de autenticidad a la experiencia. Según Eater.com, este entorno también alberga propuestas innovadoras como la versión de mariscos de La Picantería, el reconocido restaurante limeño del chef Héctor Solís.
Además, concluye su recomendación resaltando que este año representa una oportunidad única para explorar destinos menos conocidos y descubrir sabores inéditos. Chiclayo no solo ofrece una cocina que despierta los sentidos, sino también un viaje a través de su historia y su cultura. Para quienes buscan algo más allá de lo convencional, Lambayeque promete ser una revelación.