En cada rincón de las zonas más vulnerables del país, miles de familias luchan cada día para llevar comida a sus mesas. Entre ellas, las ollas comunes que son un salvavidas, ofreciendo a quienes más lo necesitan una oportunidad de alimentarse dignamente. Sin embargo, esta tarea no es sencilla. La falta de recursos, la escasez de alimentos nutritivos y las dificultades logísticas ponen a estas iniciativas en constante desafío. A pesar de ello, las ollas comunes continúan con su misión, guiadas por la solidaridad y el esfuerzo incansable de sus integrantes.
Uno de los problemas más graves que enfrentan estas comunidades es la anemia, una condición que afecta a miles de niños y mujeres en edad fértil. Según datos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDES), en 2023 el 43,1% de los niños entre 6 y 35 meses sufrían de anemia, una cifra alarmante que refleja la grave situación nutricional del país. La falta de hierro en la dieta afecta el desarrollo físico y cognitivo de los menores, además de poner en riesgo la salud de las madres durante el embarazo.
El pescado como parte de una dieta balanceada
Para enfrentar este reto, la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) y el Instituto Le Cordon Bleu se unieron para ofrecer una clase maestra de cocina nutritiva a más de 30 representantes de ollas comunes de Jicamarca. La idea detrás de este taller era simple, pero poderosa: enseñar a las cocineras de estas comunidades a optimizar los recursos disponibles y a incorporar alimentos nutritivos como el pescado, un producto rico en hierro que muchas veces no forma parte de la dieta cotidiana de estas familias.
El director de Le Cordon Bleu, Andrew Gibbon, fue el encargado de impartir la clase. Con la experiencia y conocimientos adquiridos a lo largo de su carrera, junto a sus alumnas de la carrera, presentaron a las participantes nuevas técnicas culinarias que podían aplicar en su trabajo diario. El desafío, según el chef, era encontrar recetas que pudieran prepararse en grandes cantidades, ya que las ollas comunes sirven a un número elevado de personas. “La premisa era poder hacer platos que se pudieran preparar a gran escala, pero que al mismo tiempo fueran innovadores y nutritivos”, explicó Gibbon para Infobae Perú.
En el taller, los participantes aprendieron a trabajar con caldos y salsas nutritivas, además de descubrir nuevas formas de preparar pescado, como el proceso de cocción al vapor, similar al utilizado en plantas pesqueras para la producción de conservas. Esta técnica permite desmenuzar el pescado de manera eficiente y económica, facilitando la preparación en grandes volúmenes. De esta manera, no solo se mejoraba la calidad nutricional de los platos, sino que también se facilitaba su elaboración.
Lo que muchos no saben es que las cocineras de las ollas comunes, quienes se levantan temprano y trabajan hasta tarde para alimentar a sus comunidades, tienen una gran experiencia en la cocina. El chef no tardó en reconocer la dedicación y el talento de estas mujeres. “Ellas son las máximas cocineras. Probablemente, ninguno de nosotros podría aguantar el nivel de trabajo que ellas tienen”, comentó. De hecho, durante la clase, se destacó la humildad y el deseo de aprender de las participantes, quienes no dudaron en hacer preguntas y mostrar su disposición para incorporar nuevas técnicas.
Por otro lado, las cocineras también compartieron sus experiencias y conocimientos. Yony Quispe, representante de la olla común Ángel de la Fortaleza, expresó que el taller había sido una experiencia enriquecedora. “Creo que ha sido muy importante, ya que nos va a ayudar a tecnificar nuestra preparación de alimentos. Hemos aprendido a utilizar ingredientes de manera más económica y saludable”, dijo para Infobae Perú.
El arduo trabajo de las ollas comunes
Desde hace tres años, a través de su programa de responsabilidad social, la SNP entregó miles de toneladas de pescado a las ollas comunes y comedores populares. Según Araceli Lay, jefa de Responsabilidad Social de la SNP, esta iniciativa comenzó en un esfuerzo por mejorar la alimentación de los colaboradores de la empresa, pero rápidamente se expandió a las comunidades más necesitadas.
“Empezamos con los hijos de los colaboradores, luego con las comunidades. A raíz de la pandemia, vimos una gran necesidad de alimentación en las ollas comunes. Por eso, comenzamos a llevarles pescado como una fuente de proteína”, explicó para Infobae Perú. A través de este programa, la SNP logró entregar más de 120 mil kilos de pescado en 2024, beneficiando a más de medio millón de personas en todo el país. La importancia de este alimento, especialmente el bonito y el jurel, radica en su alto contenido de proteínas y nutrientes esenciales, que contribuyen a mejorar la salud de los beneficiarios.
El impacto de esta entrega es significativo, especialmente en las zonas más vulnerables. “Las señoras de las ollas comunes están despiertas desde las 3 o 4 de la mañana, buscando cómo conseguir los alimentos para sus beneficiarios. Y, sin embargo, están aquí hasta tarde, aprendiendo cosas nuevas”, destacó.