
El 11 de abril se reunieron en Buenos Aires los cancilleres de los países miembros del Mercosur. Decidieron darse “flexibilidad” para negociar individualmente hasta 50 posiciones arancelarias con los EEUU.
Bueno, por qué no rompieron el Mercosur…..malo, por qué, en vez de pensar en grande, lo hicieron en chiquito. En vez de reaccionar como lo hizo la Unión Europea (propusieron sentarse a negociar un Acuerdo de libre Comercio con 0xO de arancel), jugamos un partido pequeño porque, de a uno, somos más débiles (hasta el gigante de Brasil).
Juntos, somos 20 millones de kilómetros cuadrados -entre Tierra y mares-, 300 millones de habitantes y la quinta o sexta economía mundial...primeros productores mundiales de alimentos, energía y minerales.
Además, nuestros perfiles exportadores, al 75%, es el mismo: alimentos, minerales y energía (no podría ser de otra manera, dado que ninguno de nosotros ha superado la etapa de primarizacion productiva).
Así como negociamos con la UE (y con otros mercados menores) un TLC, podríamos -y deberíamos- ofrecer a los EEUU hacer lo mismo, recordando que, desde 1992, EEUU nos ha propuesto hacerlo (y China, desde el 2010).
¡Que diferente sería nuestra capacidad negociadora, si actuáramos en conjunto! Las diferencias ideológicas poco importan….la “ideología de la integración” está POR ENCIMA de las personalidades de los Presidentes o la ideología de los partidos que, ocasionalmente, gobiernan en uno u otro país (nuestras Constituciones democráticas contemplan explícitamente la ALTERNANCIA y la DIVERSIDAD política e ideológica, y son nuestros pueblos, en elecciones libres, los que deciden al respecto).
Divididos, somos la sumatoria de nuestra debilidades y contradicciones. Juntos, somos la expresión del Cono Sur de América con proyección sobre el Atlántico Sur, el Pacifico Sur ( a través de nuestro socio Chileno) y la Antártida.
Estamos a tiempo de corregir semejante error.
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